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El peliblanco analizo con detenimiento la razón de su presencia en los terrenos de los Otsutsuki, siempre que trataba de lidiar con Toneri le era imposible adivinar que pasaba por su mente. Sus cabellos bailaron de adelante hacia atrás debido al viento mientras su mente divagaba en un intento de adivinar lo que pretendía y lógicamente termino pensando en su amada Uzumaki.

Karin pertenecía a la casi extinta familia Uzumaki, la cuál redujo sus miembros debido a la última guerra y el desinterés de sus descendientes por procrear. Al ser familiar lejano pero al mismo tiempo pertenecer a una rama de la familia principal Uzumaki la joven de cabello rojo siempre había creído que ella se convertiría en la siguiente emperatriz.

Ilusión que murió cuando Minato anuncio a la chica de ojos perla en su lugar. Y eso lo traía aquí, un pequeño chico que vio morir a su padre y que por razones del destino fue salvado por esa mujer.
Desde ese día, se juro a sí mismo que velaria por ella, aún si debía venderle su alma al diablo.

En su caso, el demonio fue Toneri y su infierno la mansión en la que ahora se encontraba; Tal vez no debió adquirir una deuda con ese estúpido playboy mimado pero no sé arrepentía si con ello su dama tendría lo que deseaba.

La corona.

—El joven maestro no debería estar tan a la defensiva.

Escucho a su espalda el albino de ojos púrpura.

—El joven marqués me hace una invitación repentina a sus dominios después de nuestra pequeña reunión reciente ¿Cómo debería actuar?

Suigetsu giro sobre sus talones y frente a él pudo encontrar al benefactor que hizo posibles sus movimientos. El joven Otsutsuki sonreía con libertinaje, confiado y elegante como siempre acostumbraba.

—Supuse que en esta finca nadie nos interrumpiria. Recuerde que aún debo entregarle la otra mitad del dinero que pidió y usted debe firmar oficialmente el contrato.

—Entonces, supongo que el evento de caza no era más que una mera excusa.

—¿Excusa? — El muchacho ladeó la cabeza y sonrió aún más. —Por supuesto que no, lord Suigetsu. El evento de caza es genuino, así como la reunión de mi padre con los caput de cada casa; Sólo está aquí por adelantado, supuse que no querría sentirse observado por otro joven maestro.

El nombrado apretó los puños con fiereza y después habló.

—¿Que es lo quieres?

—Por favor, no sea tan impaciente, ¿Gusta una taza de té?

[...]

Reino de Terra, Palacio del sol.

—Aqui se encuentra su té, su majestad. — Dijo uno de los sirvientes principales al rey de Terra.

El hombre tenía una expresión rígida y parecía no haber podido dormir en mucho tiempo; Volvió sus profundos y apagados ojos hacia él, quien al percatarse de ello se inclino para recibir otra orden.

—¿Dónde está el primer príncipe?

—Su majestad se encuentra en las filas posicionadas en las fronteras de Ignis.

—¿Y que hay de la princesa?

—La princesa se encuentra en una reunión privada.

—¿Reunión?

El sirviente asintió.

—Ahora que usted le ha dado el permiso para colaborar en la fabricación de armas imperiales, la princesa se ha reunido con los jefes militares para discutir el diseño nuevo de algunas.

ɢᴜᴇʀʀᴀ ᴅᴇ ғᴀᴄᴄɪᴏɴᴇs [SasuHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora