ɢᴜᴇʀʀᴀ ᴅᴇ ғᴀᴄᴄɪᴏɴᴇs [SasuHina]

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Hinata miro con detenimiento a su sirvienta Natsu, la cual le extendía una carta de color negro con un sello rojo, de inmediato reconoció dicha nota y dejo sus deberes de administración de lado para poder leer su contenido.

La mujer de cabello rosa sonrió sutilmente, su maestra era un libro abierto a sus ojos.
Con mucho cuidado la chica retiro el sello y abrió el contenido de la misma.

—Lady Hyuga.

He llegado a la mansión Uchiha hoy por la madrugada después de nuestra extensa plática nocturna, y debo decir que extraño su presencia en esta fría madrugada.

Es por eso que me he atrevido a escribirle estás líneas con el fin de tener un encuentro, si usted no tiene inconvenientes, ¿Me podría conceder un poco de su tiempo mañana al medio día?

He pensado en lugares múltiples en los cuales podríamos conversar amenamente con el fin de contemplar su rostro y crear recuerdos.

Atte: Suyo, Uchiha Sasuke.

La muchacha sonrió con sutileza, y abrazo la carta con la misma delicadeza que su mueca.

—Señorita. — Llamo Natsu atrayendo la atención de la mujer. — El señor me ha ordenado prepararla está noche para una cena con el Duque Uchiha y su familia.

—¿Cena? — Ante la interrogante la mujer asintió.

—Asi es, su gracia. ¿Que vestido debería de buscarle a la dama?

La mujer analizo las palabras de su sirvienta personal, quiza, su padre había fijado una cena para hablar los detalles del matrimonio con Lord Uchiha.

No era para menos, su futuro suegro y su padre no tardarían en regresar a sus respectivas mansiones para poder explicar su charla con el emperador, posiblemente habrían decidido hablar con todos en conjunto para ello.

—Mi padre me dió poco tiempo para prepararlo todo... — Se hablo a sí misma. — Natsu, convoca a cada sirviente y reúne a todos en la entrada, por favor.

La muchacha asintió en silencio y salió calmadamente de la oficina.

Hinata por su parte inclino su espalda en el respaldo de su silla y dió un suspiro mirando el techo.

Estaba comenzando a sentir la presión.

Aún no podía procesar todo lo ocurrido con la diosa Kaguya.

Y lo sabía debido a la intensa rabia y sed de venganza que sentía por dentro, y se pregunto por un momento si el moreno sentía lo mismo. Llevó su mano derecha hacia su vientre y lo acaricio con suavidad de derecha a izquierda.

Sintió una abrumadora frustración y un sentimiento amargo invadió su ser, maldito sea Naruto y peor aún, maldita sea Sakura quien asesino a su hijo sin piedad.

No sabía a quien odiaba más a este punto de su vida.

Sabía que Sasuke tenía razón, no vengarse era lo mejor que podían hacer, aún así, no podía evitar sentir un intenso odio en su interior.

Se levantó de su asiento y se dirigió hacia la salida de su despacho con la intención de dejar que sus pensamientos se perdieran en alguna parte.