—Su majestad. — Dijo inclinándose ante el heredero de la corona.
—¿Que fue eso de hace un momento? — Cuestionó endureciendo su expresión facial.
Ella apretó el dobladillo de su vestido otra vez, se sintió acorralada y segundos después fingió una expresión de dolor inminente.
—Mi majestad, por favor, no piense mal de mi. — Suplicó haciendo que el sol menor le observara curioso. —Los nobles fueron tan crueles con su majestad y solo intente disipar los rumores pidiéndole un baile a Sir Uchiha. — De inmediato sus ojos se cristalizaron volviendo débil al ingenuo rubio. —Sólo intentaba ayudar al príncipe a deshacerse de esos murmullos que lo acusaban de romper el compromiso ya que la emperatriz estaba furiosa con usted.
Sollozos.
—No llores, mi preciosa esmeralda. — Pidió él tomando su mano y besando sus nudillos.—Por favor, no llores.
—Su majestad piensa que tengo otras intenciones. — El Namikaze negó con desespero. —Pero usted me miro como la emperatriz lo hace.
—Por favor, perdoname mi hermosa flor. — Suplicó y la Haruno fingió calmarse. — Verte cerca de otro hombre me llena de enojo.
—¿No confía en mí?
—No, no, no digas eso, confío en ti. — Afirmó abrazando a su contraria con suavidad y ésta pego su frente a su pecho recibiendo el calor del muchacho.
Sollozo ahogando sus gemidos de dolor en el perfume de sus ropas, él apoyo su barbilla en la cabeza de la mujer que mantenía entre sus brazos y acaricio su cabello con delicadeza; Se sintió un idiota ¿Cómo dudar de la persona que amaba?
Apretó los dientes ligeramente llenando su corazón triste de rabia, si no hubiera sido por Lady Hyuga su mariposa no estaría llorando, decidió entonces, que la pondría en su lugar a penas su amada se tranquilizara.Mientras, en el salón de baile, un moreno se detuvo frente a la única mujer que vestía con un vestido no tan glamuroso de color negro, le miro dulcemente y extendió su mano hacia ella sin perder su mirada de sus ojos; Ella vaciló durante unos segundos ¿Estaba bien hacerlo? Si bien la etiqueta decía que era lo correcto ella no estaba segura, después de todo seguía siendo la prometida del príncipe. Observo su expresión gentil y no pudo evitar sentir su corazón palpitar y su cuerpo estremecerse ante esos ojos negros que brillaban como el cielo nocturno, llevo su mano hasta él con gracia y rozo su mano hasta entrar en completo tacto.
Ambos jóvenes enrojecieron ligeramente sus pómulos tras sentir la calidez a través de la tela de sus negros guantes, entonces ella le sonrió dulcemente y él devolvió el gesto a penas visible para ella, era un trazo pequeño pero no dejaba de ser cálido. Ambos se volvieron al centro y entonces el hombre sentado frente al piano hizo lo suyo.
Existía una leyenda que decía que cuando encontrabas a la persona que amarías toda tu vida sentirías el calor de su mano llenar la tuya, para ambos era un relato absurdo de personas que no encontraban el amor y deseaban llenar su vacío perdiendo el tiempo inventando historias que vendían finales felices pero, en cuanto rozaron sus manos una contra la otra ambos pudieron entender que tal vez no era solo una insignificante leyenda o un invento de un soñador.
Prepararon su posición de baile típica de los aristócratas y sus pasos comenzaron a marcarse a penas la música fluyó de las teclas; Entonces los murmullos de fondo volvieron.
—Lady Hyuga parece una mariposa.
—Lord Uchiha se ve tan varonil.
—Sería mejor si la hija del marqués se casara con Sir Uchiha.
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ɢᴜᴇʀʀᴀ ᴅᴇ ғᴀᴄᴄɪᴏɴᴇs [SasuHina]
FanfictionElla era la prometida del príncipe, él era un caballero, su caballero ¿Que pasaría cuando ambos ya no puedan mantener al margen sus sentimientos?