36

565 102 24
                                    

-Saludo a su majestad, sol del imperio; Saludo a su majestad, luna del imperio, gloria y prosperidad a Ignis. - Exclamaron en unisonio ambos Hyuga después de ingresar a la sala del emperador.

Kushina sonrió cálidamente, y como siempre su cabello como el fuego encajaba a la perfección con un vestido digno de una reina, por su parte, Minato, quien siempre se encontraba a su lado sentado tenía una expresión de serenidad, con un traje azul oscuro y una capa roja que rodeaba sus hombros; Y para rematar, la corona del sol y la luna que se encontraba en sus respectivas cabezas.

Hiashi tenía su típico traje de soldado imperial, y por su parte, Hinata, su sucesora, tenía puesto un hermoso vestido color púrpura acompañado de un hermoso sombrero con una flor blanca en el como adorno.

Esta vez, la emperatriz hablo primero.

-Veo con satisfacción que la princesa Hyuga ha crecido maravillosamente.

-Gracias, su majestad.

-Si no tuviera conocimiento de su parentesco con la difunta marquesa, me atrevería a decir que usted es la marquesa. - Hinata se limito a callar y después de un silencio largo el emperador de atrevió a hablar.

-El reporte del marqués Hyuga fue muy satisfactorio, el duque Nara y yo, hemos quedado muy satisfechos con los resultados.- Retomó ahora Minato la palabra.

-Todo es gracias a la estrategia planeada por su majestad, el príncipe heredero.

-Naruto ha mejorado considerablemente sus habilidades.

Silencio.

-Su majestad, el príncipe heredero...

-Lo sé. Sus hombres lo trajeron herido está tarde al palacio, siento tanto la molestia causada, Sir Hyuga. - Interrumpió Minato antes de que Hiashi pudiera continuar. -En cuánto a Lady Haruno, la entregaremos al conde en cuanto le sea posible despertar.

-Lady Hyuga. - Retomó la luna del imperio. - Sé que el príncipe heredero ha denigrado su dignidad en innumerables ocasiones, y que está, no es más que otra ofensa a su apellido; En nombre de la familia real, y en especial, en nombre del príncipe heredero, ofrezco una disculpa por todas y cada una de las fechorías cometidas por nuestro sucesor.

La Hyuga entrecerró los ojos, y pensó en una respuesta adecuada. Si esa disculpa la hubiera escuchado hace tres años ella habría sonreído gentil y pedido a la luna del imperio no disculparse por trivialidades. Quizá habría justificado a Naruto cargando la culpa donde no había razones, y muy probablemente intentaría ir tras el como solía hacerlo, pero ahora, eso definitivamente no era parte de su plan.

-Su majestad la emperatriz no debería disculparse en lugar de otras personas; Nadie más que los responsables del daño deberían hacer dicha acción.

-¿La princesa Hyuga aún desea desistir de su compromiso?

-Es así, su majestad. Mi deseo es el de convertirme en un soldado imperial.

-Ser un soldado no es algo con lo que su gracia debería cargar, usted es tan gentil, no veo potencial de soldado en su persona.

-El ojo del hombre no divisa el oxígeno, y eso no significa que no exista.

Kushina abrió los ojos sutilmente sorprendida por la repentina y precisa respuesta.

-Si no puedo hacer cambiar a la princesa Hyuga de opinión, entonces el duelo lo decidirá.

En respuesta la azabache asintió, calmada.

-Anunciaremos su compromiso con el príncipe heredero en la ceremonia de mayoría de edad del mismo. Y siendo así...

ɢᴜᴇʀʀᴀ ᴅᴇ ғᴀᴄᴄɪᴏɴᴇs [SasuHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora