JUNTAS HASTA EL VALHALLA.

EL FUERTE.

Cuando Kara iba con su pequeño ejercito, Los cascos de los caballos se escuchaban por el lugar, el suelo estaba cubierto de sangre, no miraron a nadie, no hicieron preguntas, pues sabian a donde iban y a que, a matar a darkseid, nadie sabría que harian con el cuando lo encontraran.

Pero ahora que lo habían encontrado, y habia perdido el duelo, aquello sin duda hizo enfurecer a todos.

—TRAICION—grito la rubia señalando con su hacha hacia la puerta de la fortaleza, donde los berserkers corrieron comenzando a golpearla, Kara ayudo a Lena a subir a un caballo y le pidió que se alejara un poco, Lara y Lory fueron designadas a cuidar de su madre, la cual estaba seria viendo como intentaban entrar a la fortaleza.

Intra murallas, algunos parademonios habían atrancado la puerta, con la esperanza de retener un poco a los daneses, pero cada vez sus golpes se escuchaban mas constantes.

Eliza se encontraba al frente junto con los Berserkers cuando vio un árbol caido—Berserkers, ¡CONMIGO!—les grito llevandose algunos para que talaran un poco el árbol hasta que la raíz se desprendio.

--A LA CARGA—grito Ellen haciendo que los Berserkers cargaran el árbol y lo utilizaran de ariete.

Un grupo de parademonios y súbditos mas leales se hicieron fuertes en el interior de el fuerte, los protegían las murallas de piedra y un porton pero todos sabian que no resistiría mucho.

La puerta poco a poco fue cediendo, los parademonios que estaban custodiándola vieron como la enorme tranca de madera se rompia y la puerta se abria dejando entrar el infierno, los Berserkers atravesaban los escudos de los parademonios con sus hachas barbadas, vieron como las princesas Zor-El entraban seguidas de enormes lobos, era impresionante como habían formado el vinculo de respeto y cariño con los lobos, bestias tan hambrientas como peligrosas, mientras que las princesas se lanzaban a la batalla, sus fieles lobos las defendían de cualquiera que quisiera acercarse, los Berserker combatían con agresividad, ellos estaban dispuestos a perder su vida, eran siervos del caos que sentían un desprecio por la vida de cualquiera, tres halcones bajaban en picada sacando ojos, y el rugido de dos osos resonó en todo el lugar, Alex cortaba con su espada a cualquiera que se interpusiera en su camino, era una berserker veterana curtida en batalla, su experiencia y destreza hacia correr a algunos cuantos, tenia una facilidad para devolver los ataques frontales, era muy extraño que Alex se pusiera en una posición ofensiva, aunque también era muy peligrosa a la ofensiva, los parademonios jugaban sucio, arrojaban barro y arena a los ojos de los berserkers, se juntaron para ir por el mas fuerte, pero en ese caso todos los que estaban ahí eran fuertes, Yasuko estaba rebosante de energía, su lanza daba unos combos precisos, firmes, agresivos y casi interminables, sin duda despues de sembrar el caos, tomaría un merecido descanso, aunque en sus planes se encontraba eliza, la cual volteo a verla de reojo y ambas sonrieron con complicidad, Korra era ambidiestra, dominaba todas las armas y disfrutaba usarlas, pero su arma predilecta era la lanza, la cual desparramaba sangre por todo el campo de batalla, se enterraba en cualquier parademonio que alcanzara, todo parademonio que dudara aunque sea un segundo morirá, pero una flecha paso rozando su brazo haciendo que volteara hacia esa dirección, un ballestero se encontraba recargando, apenas iba a ir por el, cuando una flecha atravesó el cráneo del hombre, su mirada busco quien habia lanzado la flecha, y se encontró a Alysa sonriendo haciendo que su pecho se llenara de orgullo.

Los berserkers parecían toros embravecidos, algunos llevaban manguales a dos manos atacando de forma implacable, destrozando cabezas por doquier, no todo el mundo esta capacitado para blandir una lanza, un arma tan larga y puntiaguda, pero sin duda Alysa era una profesional, era disciplinada y cuidadosa, se mantenía a cierta distancia del enemigo, apenas tenia oportunidad y convertía a cualquiera en una brocheta humana, Diana junto con las demás amazonas, estaban en posición de arqueras, una sola flecha no inflinje mucho daño si no se apunta a la cabeza o al corazón, pero sin duda los arqueros son capaces de darle la vuelta a la batalla sin nadie se los impide, desataban despiadadas lluvias de flechas haciendo que los parademonios no pudieran cubrirse de los ataques frontales por cubrirse de las flechas.