JUNTAS HASTA EL VALHALLA.

LA CAIDA DE NATIONAL.

--¡Korra!—la llamo Asami con tristeza.

--mi dulce Asami, pase lo que pase siempre estaré contigo—

La Sato abrio los ojos sorprendida, Korra no tenia porque decirle eso--no te pasara nada, esto no es una despedida—exclamo con lagrimas en los ojos

--mami—hablo uno de los mellizos.

--cuiden a su madre por favor, cuiden a todos aquí, confio en ustedes, los amo Asami—

--¡no!, ¡korra!—grito la Sato al ver como Korra empujaba a su hijo y cerraba la puerta—cuiden esta puerta con su vida—les hablo a varios guardias que se quedarían de centinelas.

--¡dejenme salir!—grito Lena furiosa.

--lo siento su majestad, fueron ordenes de la Reina Zor-El—

Lena solto un grito frustrado viendo a sus hijas, Nymeria lamio su mano intentando reconfortarla, dentro tambien se encontraban cinco lobos, un oso y tres halcones con sus dueños.

Salió de las catacumbas viendo el cielo gris, la temporada de lluvias comenzaría, el viento frio comenzaba a soplar, Korra cerro sus ojos sintiendo como el viento despeinaba su cabello, aguantaría todo lo que pudiera dentro de las murallas, sabia que si entraban estarían perdidos--es hora—susurro Korra tomando su lanza con fuerza, a su lado se encontraba su fiel naga, lista para cualquier cosa, el oso bolin tambien estaba listo.

--Theng Korra, informan que parte del ejercito de Darkseid se dirige hacia Metropolis, atacaran al mismo tiempo.

Los ojos de la morena se abrieron con sorpresa y furia maldiciendo al viento, se encontraba entre la espada y la pared, pero el sonar de las campanas hizo que se olvidara de aquello—ya estan aquí—susurro—ARQUEROS—Los arqueros estaban listos en las murallas esperando ordenes, la morena subio las escaleras sintiendo su corazón acelerarse, el ejercito era inmenso, ellos apenas eran una cuarta parte de ese ejercito, escucho un grito de guerra proveniente del ejercito de Darkseid y un sin finde soldados comenzaron a correr hacia las murallas del castillo—AHORA—los arqueros lanzaron las flechas unas tras otras derribando a algunos enemigos, pero no era suficiente, poco a poco comenzaron a acercarse a las murallas—NO DEJEN QUE ENTREN—

--ARROJEN EL ACEITE—exclamo uno de los hombres, tenían unos enormes calderos que habían puesto con aceite a hervir, lo vertieron hacia algunos soldados los cuales gritaban de dolor, pero aun asi no impedían que colocaran sus escaleras, Korra empujaba cualquier escalera que veia, desafortunadamente no podían cubrir toda la muralla y vio a los primeros soldados contrarios entrar—LOS PARADEMONIOS HAN ENTRADO—

El ejercito de Darkseid era despiadado, eran conocidos como los parademonios, hombres sin temor, que barrian con todo, Korra tomo su lanza corriendo hacia donde habían comenzado a entrar, su lanza ensartaba cabezas y pechos de cualquier parademonio, escucho como unos enores estruendos venían desde la puerta principal del castillo, el ejercito de Darkseid habían llevado unos arietes, con los cuales golpeaban la puerta hasta que cedió y la pesada tranca de madera se rompio, los invasores comenzaron a entrar haciendo que Korra intentara reagrupar a sus hombres pero eran demasiados—estamos perdidos—hablo la Theng asustada por primera vez en su vida, pero el grito de guerra que se escucho desde las montañas la dejo deslocada, se veia como cientos de puntos negros entre la nieve avanzando hacia el castillo, solo para despues darse cuenta de lo que se trataba.

--ATAQUEN—la imponente voz de una mujer se escucho, Korra veia a bandidos y barbaros entrar al pueblo atacando a los parademonios, con asombro vio como esa mujer comandaba a todos, y como peleaba con destreza hasta lograr acercarse a ella.

--¿Quién eres tu?—pregunto Korra confundida.

--te ayudare a retenerlos lo mas que podamos, pero dudo que nuestras porras puedan hacer mucho contra sus armaduras—