Un día las náuseas de Minghao desaparecieron, ya no se despertaba en las mañanas para correr a vomitar y por lo tanto Mingyu había estado llegando tarde a su trabajo durante los últimos días, no quiso quejarse porque era una buena noticia para el omega, poder dormir y despertar tranquilamente es lo que hubiera querido cualquier persona. Así que Mingyu solo se despertaba tarde e iba a trabajar sin hacer algún ruido, su perra se encargaría de ocupar su espacio vacío en la cama.
Lo último que hacía antes de salir era despedirse de Vini para ver si ella podía tener un grandioso día encajada en esa maceta.
Su día de trabajo transcurrió con normalidad, los regaños de su jefe solo hicieron un poco más interesante el día ya que tomó un pequeño grupo de meseros y les habló de manera general por culpa de Mingyu, estaba bien, para Mingyu, para los demás no. Así que comenzó a trabajar sin dar quejas y siendo especialmente amable con las personas para ver si eso solucionaba el enojo del hombre. Ah, también estaba pensando en la lista de compras, a Minghao realmente le gustaba la carne a término medio así que había investigado recetas porque descubrió que amaba cocinar.
Mingyu jamás pensó que su actividad favorita despues de la fotografía sería la cocina, era un gusto trabajar en su pequeña casa y llenar el lugar de aromas deliciosos y calentarla con el horno o la estufa, aunque dudaba que quisiera dedicarse a ello ya que no podía ignorar la caótica vida de Seokmin entre los sartenes, el pobre chico apenas y podía respirar en las mañanas más concurridas, así que estaba bien como pasatiempo. Su refrigerador había dejado de tener comida congelada y estaba repleto de ingredientes nuevos cada semana.
Entonces fue un día agradable, cuando regresó a casa todo estaba en orden y tranquilo, perfecto para solo pasar el resto del día e tranquilidad.
—Mingyu, no sé si quiero tenerlo.
Ah.
La voz de Minghao era realmente triste y temerosa, como si no estuviera seguro de sus palabras, pero Mingyu tan solo lo miró por un largo rato intentando detener la avalancha de pensamientos. Minghao podía hacer lo que quisiera, Mingyu no tenía voz para decidir sobre él y dudaba que alguien la tuviera más que él mismo, pero sus palabras se cortaron como cualquier cosa y su buen humor comenzó a transformarse.
—Justo antes de cumplir las doce semanas, estás a tiempo.— Dijo sin más desviando su mirada. —Pero no tengo dinero para pagar algo así... supongo que tampoco tenía dinero para pagar un parto. Ah...Creo que si deberías vender tu ropa guchi.
Minghao no habló por largo tiempo y tan solo se mantenía en su lugar, incluso la perra dejó de moverse y se escondió en su cama. El ambiente era tan tenso que podría cortarse con facilidad. ¿Qué más podía decir Mingyu? Desde un principio no debió entrometerse en la vida de Minghao, tan solo dejarlo vivir ahí o darle indicaciones para que buscara otra ayuda.
—¿estás molesto?— preguntó Minghao.
—No importa lo que yo siento, no puedo decidir por ti.— Se limitó a decir comenzando a organizar todo para la cena. —Sé que dije que era pro-vida, pero en realidad no puedo hacer nada si no quieres tenerlo... tampoco te daré dinero para que lo hagas porque no tengo.
—¿y si lo tuvieras?
—Igual te haría vender tus cosas para pagarlo.— Dijo encogiéndose en hombros. —Tuviste tiempo para pensarlo, ahora te toca decidir rápido antes de que se te acabe el tiempo.
Bien, todo estaba en orden, Mingyu tan solo tropezó con un par de cosas y las desparramó en el suelo, también pisó un frasco de vidrio y lo rompió y por ultimó tiró el libro de cocina que hizo rodar varias cosas hasta que cayeron sobre su celular. Perfecto. Todo perfecto. Soltó una risa nerviosa y miró al omega frente a él, despues señaló a la puerta.
—Voy por leche.— Mintió y corrió como un niño hacia la azotea del edificio.
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Hold [GyuHao] [Omegaverse]
FanfictionLa sociedad de los lobos es cruel y fría, y Mingyu lo descubre de la peor forma al encontrarse con un omega. No puede sostenerlo, pero tampoco quiere soltarlo. *M-preg. *GyuHao. *SoonHao/Meanie.