Sesenta uno

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Observó la cuna y los juguetes por toda la habitación, había algunas cosas que le servirían al cachorro y otras que Minghao quería lanzar lejos de su vista. La ropa que sería del cachorro olía a Soonyoung, la cuna, la habitación, los juguetes, todo. Incluso Minghao. El aroma de Soonyoung lo había invadido por completo y poco a poco olvidaba el de Mingyu, en un principio pensó que era lo mejor, que así lo olvidaría rápido y aceptaría todo con más calma, pero desde que el aroma de Mingyu se fue el cachorro dejó de patear y de moverse, ya no recibía respuesta de él cada que picoteaba su propio estómago.

Vernon estaba bien, los últimos chequeos con los doctores mostraban a aun cachorro saludable, su corazón latía correctamente y poco más, sin embargo el cachorro no se movía para nada, eso no debía ser normal. Era como si ya no estuviera ahí, como si estuviera escondiéndose de algo. Llevó una mano a su rostro y caminó hasta su cuarto sentándose en la cama.

De nuevo estaba temblando como los días anteriores.

Tocaron la puerta.

—¿Se siente bien?— Preguntó uno de los lobos de servicio. Claro que no se sentía bien, el lobo podría averiguarlo por su aroma. —¿necesita que llame al joven Hoshi?

—No.— Respondió aun con la mano en el rostro. —Estoy bien.

—¿Seguro? Puedo llamar a alguien para...

—Vete de aquí.— Ordenó con fastidio y el lobo se fue.

Minghao tenía prohibido hablar con la mayoría de las personas en la casa, entre ellos Jeonghan y Jun. Podía verlos pasar, podía escucharlos, pero no podía tener una conversación con ellos sin importar cuanto quisiera, porque si lo hacía Hoshi terminaría molestándose y encerrándolo aún más dentro de una habitación más escondida. Era estresante y cansado, solo había podido ver al beta un par de veces para confirmar que vivía a pocas habitaciones, pero que estaba igual de encerrado que él. No dejaban salir a Jun en ningún momento. Y Jeonghan...

El alfa de Jeonghan lo había lastimado tanto que tuvo que pasar días en el hospital, y cuando el omega volvió todos lo odiaban. Toda la familia dejó de hablarle y cuando le dirigían la palabra solo era para gritarle cosas horribles, y nadie lo defendía, ni siquiera Hoshi. Jeonghan tenía que estar siempre vigilado, y sus cachorros siempre con él, si Jeonghan los trataba mal entonces alguien se molestaría en maltratarlo a él para que aprendiera a comportarse. Era una especie de re-educación para que fuera un buen omega.

Alguien tocó la puerta de nuevo y estuvo a punto de gritar que se fueran, pero el aroma de Jeonghan lo hizo desistir.

—¿podemos pasar?— Preguntó uno de los lobos de servicio y Minghao asintió.

Abrieron la puerta y el primero en entrar fue el diminuto cachorro que corrió hacia él, Minghao se agachó para atraparlo y despues alzó la mirada hacia Jeonghan. El omega cargaba a su bebé con un sonrisa tranquila, los moretones en su rostro desvaneciéndose lentamente.

—Tu sobrino quería verte.— Le aclaró Jeonghan entrando a la habitación. —Nuestro vigilante se quedará en la puerta.

—Hola, cachorro.— Saludó al pequeño quien lo abrazó de inmediato.

—¿puedo sentir al cachorro?— Preguntó el pequeño con una extraña pronunciación en las "r" Minghao asintió dejándolo tocar. —No se mueve.

—Quizás tiene miedo.— Habló Jeonghan con amabilidad mientras se sentaba. Su pequeño bebé balbuceó en sus brazos. —Esta habitación huele a Hoshi, no a...

—Está prohibido mencionar ese nombre en este lugar.— Le aclaró su vigilante y ambos suspiraron.

—¿Cómo te sientes?— Le preguntó a Jeonghan y este suspiró.

—Asqueado.— Y Jeonghan señaló a su cachorro en brazos.

—Joven Jeonghan, por favor, no me obligue a decírselo a su alfa.

Jeonghan mostró la lengua.

—Solo era una broma.— Se justificó. —¿Cómo te sientes tú? En tres semanas tendrás a tu cachorro en brazos.

Minghao asintió mirando sus propias manos. Tres semanas más y tendría a Vernon en sus brazos, lo cuidaría en esa casa y lo vería crecer. Lo querría. Minghao lo amaría. ¿verdad? Lo amaría porque era su cachorro independientemente de su alfa. A pesar de que no tuviera el aroma de Mingyu. Llevó una mano a su rostro de nuevo y suspiró sintiendo el dolor de cabeza.

—Estoy bien...

El cachorro de Jeonghan abrió los ojos de par a par con emoción y giró hacia la puerta, en cambio Jeonghan se encogió y comenzó a prestarle atención al cachorro de sus brazos apartándole los suaves cabellos del rostro. Minghao respiró aquel conocido aroma y se acercó a Jeonghan para tomarlo de la mano. El omega se aferró a él y cuando aquella persona que se acercaba se detuvo en la puerta todo se sintió un poco incomodo.

—¡papá!— gritó el pequeño alzando sus brazos. El alfa no dudó en levantarlo del suelo y darle un abrazo.

—¿que haces aquí, cachorro?— Preguntó el padre del niño mientras que Jeonghan bajaba la mirada. Minghao se mantuvo a su lado, e inclinó la cabeza para saludar. —Me alegro que estés de regreso, Minghao.

—Es un gusto verte.— Mintió. —Joshua.

Joshua le dedicó una amable sonrisa. Cuando lo conoció pensó que era agradable, pensó que era un alfa tranquilo y comprensivo, un alfa que no era como todos los demás y que trataba bien a todos, que difícilmente se enojaba. Pero no. Joshua tan solo tenía una apariencia amable y una buena actitud con los demás, pero era capaz de lastimar a Jeonghan, era capaz de tomarlo sin esperar un consentimiento. Joshua era capaz de hacer todo eso a pesar de verse tranquilo. Y quizás fue su tranquila sonrisa o esa fuerza que ocultaba que lo incomodaba más. Porque jodidamente Joshua era como Hoshi.

Ambos alfas solo aparentaban algo que no eran.

—Hannie...— Habló Joshua mirando a su omega. —¿Por qué no dejamos a Minghao descansar? Su cachorro llegará pronto y necesita toda la energía posible.

Jeonghan tan solo miró a Joshua con desagrado y despues suspiró para ponerse de píe, se acercó a Minghao y lo abrazó con cariño.

—Aun tienes su aroma en ti.— Le murmuró Jeonghan.

Cuando el omega se apartó Joshua extendió la mano y Jeonghan la tomó. Minghao lo miró por varios segundos mientras se alejaban. Joshua podría no parecer muy fuerte, podría tener una cara linda y una actitud calmada, podría no ser muy grande y definitivamente no era más alto que Jeonghan, pero cuando tomó la mano de Jeonghan la diferencia era abismal. La gran mano de Joshua envolvió por completo la de Jeonghan.

Qué triste imagen.

Hold [GyuHao] [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora