Sesenta cuatro

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Ah. Mingyu no solía salir mucho, de hecho, no lo hacía, él nunca salía a fiestas o a bares, esos días rebeldes terminaron hacía mucho tiempo, quizás por eso se sentía un poco raro trabajando en la barra de un lugar nocturno, entre la música, el ruido y gente alcoholizada bailando entre sí. Había sido el único trabajo que encontró y que le dieron sin dudarlo... quizás porque el dueño era amigo de Seokmin, pero eso no importaba, por fin tenía empleo.

—Presta atención, novato, si no aprendes voy a golpear tu cabeza con las botellas vacías. —Le dijo su nuevo compañero con tanta amabilidad que Mingyu mostró la lengua. —Hazlo de nuevo y pegaré tu lengua a la nevera.

—No tienes muchos amigos ¿verdad?— Le preguntó mientras limpiaba los vasos. Su compañero le dio la razón. —¿Cuál era tu nombre? No lo escuché antes.

—Llámame Woozi, o no me llames, no quiero lidiar contigo.— Woozi mezcló un par de bebidas solo para enseñarle, Mingyu tenía que aprender rápido y bien, porque su compañero no tenía paciencia.

Las plantas alrededor eran una réplica de Vini pero mucho más grandes, quizás ella se asustaría o se pondría celosa, de cualquier manera Mingyu no tenía interés en ellas, ni en el lugar, en realidad no tenía interés en nada, solo quería ganar dinero para buscar un trabajo más estable y luego...seguir viviendo o algo así, justo como antes, porque antes tampoco tenía una meta ni nada que lo motivara a seguir, tan solo vivía en automático. ¿Qué debía hacer? Miró a Woozi.

—¿Y tú tienes novia o algo así?— Le preguntó sin interés, con el único motivo de hablar.

—No. Y tampoco quiero.

—Ah, lo entiendo, tengo una planta asexual.— Woozi apenas lo miró. —¿puedes hablar de algo? Me das miedo.

Woozi suspiró dejando las botellas en su lugar. Bien, parecía en serio no querer amigos, pero Mingyu ya estaba en una línea entre amistad y odio y si paraba ahora sería odio definitivamente, así que siguió adelante con su intento de sociabilizar. Sin embargo, antes de que pudiera hablar la puerta se abrió dejando pasar a un par de personas, lo cual era extraño porque aun no era tiempo para abrir.

Eran lobos. Mingyu los observó por varios segundos mientras que subían las escaleras al segundo piso, había alguien realmente enorme con una mujer que parecía joven, no tanto como para ser una niña o menor de edad, pero si era bajita y delicada, y su mirada estaba puesta al suelo. Mingyu podría apostar que ella era una omega, y se veía asustada o triste, o quizás solo miserable. Cuando ellos se fueron su mirada regresó a Woozi quien parecía querer burlarse de él.

—¿Nunca habías visto a los lobos?— Le preguntó con cierto tono burlesco.

—Sí, vi varios. Como cuatro o cinco.— Respondió. —Dos omegas y un alfa, creo que los otros dos eran betas.

—¿omegas mujeres?

—Hombres.

—Mentiroso.

—¿Qué? Estoy muy seguro que uno de los dos omegas era hombre, demasiado.— Aseguró. —El otro... realmente era un hombre también.

—No te creo, es muy raro ver omegas, y más raro ver a hombres omegas. Y de cualquier manera ellos no se mezclan con monos.

—Lo sé. Pero eso fue una ocasión especial.— Mingyu soltó una pequeña risa. —Ni siquiera tengo una foto para comprobarlo, quizás si sea una mentira.

Hold [GyuHao] [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora