Hold [GyuHao] [Omegaverse]

Ochentaicuatro

El sonido aturdió a Minghao, el sentimiento de temor y desespero lo hizo tambalearse y el aire de pronto lo dejó por completo. Había sido un disparo, realmente fue un disparo... Mingyu... sacudió su cabeza intentando contener el sentimiento horrible que cruzó por su pecho y continuó subiendo las escaleras sin importarle el dolor, Vernon estaba con Jun y Seokmin, y confiaba en que ellos cuidarían de él mientras que Minghao subía en busca del alfa y del mundo, y aunque las dos chicas intentaron detenerlo ya estaba decidido.

En el último escalón sus fuerzas lo abandonaron y estuvo a punto de caer hacia atrás, no consiguió sostenerse y tampoco gritó.

Sin embargo, antes de que cayera por completo alguien lo sostuvo.

—Estás bien.— Le dijo Jeonghan empujándolo hasta la puerta. —Rápido.

Jeonghan estaba despeinado y pálido, sudando como si hubiera corrido horas y sus labios parecían secos. Se veía un poco mal, y quiso preguntar porque, pero su mente se llevó de Mingyu cuando percibió el aroma a sangre que lo hizo casi correr, y Jeonghan hizo lo mismo. Llegando hasta la puerta la empujó sintiendo el golpe de aire en el momento, sus ojos se cegaron por segundos y su corazón latió con tanta fuerza que estuvo a punto de salirse de su pecho. ¿Dónde estaba Mingyu?

Escuchó el disparo antes.

¿Qué significaba eso?

Cuando aclaró su vista sus ojos se abrieron de par a par. Hoshi estaba sentado con la cabeza abajo mientras extendía el arma con su brazo recargado sobre su rodilla. Tan abatido que incluso Minghao sintió pena por él, pero cuando se dio cuenta de ello sintió nauseas. Tantas nauseas que estuvo a punto de desmayarse.

—Minghao...— La voz llamó.

—¿Mingyu?

Miró a Mingyu ahí, de pie, con sangre en su mejilla de un rasguño que no dejaría más que una pequeña marca. Respiró profundamente e intentó no caer en ese momento. Se había sentido tan preocupado y comprimido que el cambio de emoción lo hizo sentir ligero y tembloroso. No lo pensó más y corrió hacia Mingyu abrazándolo con fuerza, casi lo tiró por el golpe pero el mono lo sostuvo. Y lo abrazó.

Mingyu lo estaba abrazando de verdad. Lo sostenía con fuerza. Su Mingyu lo estaba sosteniendo.

—Mi Hoshi...— Escuchó la voz de Jeonghan y giró a ver. Jeonghan abrazaba al alfa como si este fuera un cachorro, estaba llorando. —Sabía que no lo harías... no importa cuánto te hubieses equivocado antes... tú sigues siendo así.

Hoshi alzó el rostro cubierto de lágrimas y Minghao sintió pena por él. No debía. No debía sentir pena por una persona que lo atormentó tanto, pero su rostro casi infantil y lleno de tristeza lo hizo sentir una mezcla de emociones negativas. Y cuando Hoshi abrazó a Jeonghan lo comprendió por completo. Hoshi pasó de ser un alfa a ser...simplemente Hoshi.

—Minghao...— Murmuró Mingyu tomándolo del rostro, el mono abrió la boca para decir algo, pero la cerró al instante. —Yo...— Titubeó. —Ya lo solté... definitivamente... puedo sostenerte.

Minghao le sonrió dándole un pequeño beso.

Se apartó de Mingyu mirando a Hoshi quien seguía llorando en los brazos de Jeonghan, se veía como un cachorro, alguien tan lastimado y frágil que Minghao perdió el miedo. Sin embargo no podía perdonarlo, al menos no aun. Su corazón no era tan grande como para olvidar todo y tampoco era tan grande como para creer que Hoshi lo había dejado ir por completo. Intentó parecer serio, intentó mantenerse firme. Pero cuando la mirada de Jeonghan le pidió amabilidad Minghao asintió. Jeonghan apartó el arma de Hoshi.

—¿recuerdas lo que te dije? Minghao...— Habló Jeonghan con una sonrisa. —él no es como mi padre ni mi abuelo... Por favor... no lo odies.

Jeonghan estaba llorando.

Minghao bajó la mirada y comprendió el sentimiento de Jeonghan.

Wonwoo odiaba a Mingyu. Pero Minghao amaba a Mingyu.

Minghao odiaba a Hoshi. Pero Jeonghan amaba a Hoshi.

Eran un poco parecidos. Y en el fondo de su corazón, muy en el fondo, esperaba que Hoshi si fuera como Mingyu, y pudiera encontrar a alguien que lo amara, alguien con el que pudiera ver su error. Y aceptarlo. Pero Minghao no quería estar ahí para cuando eso pasara.

Su mirada se encontró con la de Hoshi y aunque pudo ver ese pequeño remordimiento en sus ojos no era suficiente. Hoshi podría buscarlo en cualquier momento.

—Si realmente me amas...— Habló. —Entonces déjame ser feliz, y jamás me busques.

Hoshi entrecerró los ojos.

—¿realmente te hago tan infeliz?— Preguntó Hoshi con los ojos hinchados de tanto llorar. Minghao asintió. —Entonces... vete. No voy a buscarte.

Quizás era estúpido, pero Minghao le creyó.

Jeonghan abrazó a Hoshi con tanto cariño que el corazón de Minghao se suavizó por ellos. Y es que la sonrisa de Jeonghan y el rostro húmedo de Hoshi solo mostraban verdad.

Detestaba sentir empatía por ellos, pero cuando Mingyu lo abrazó ese sentimiento de culpa y enojo se fue.

Era hora de irse.

...

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