Setenta y tres

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Tener que compartir la cama durante las noches era casi un infierno. Hoshi lo abrazaba, lo asfixiaba pasando sus brazos y piernas alrededor de Minghao quien solo quería alejarse, el aroma le impedía dormir y el constante malestar lo hacía consiente de todos los dolores de su cuerpo. Vernon pesaba, Hoshi pesaba, y la única manera de conseguir un poco de aire era levantándose de la cama para ir al baño, pero Hoshi se despertaba y decía esperarlo despierto hasta que volviera. Tan estresante que llegó a hacerlo cuatro veces por noche.

Con Mingyu nunca se sintió así. O quizás sí, solo que Minghao estaba en el lugar de Hoshi y asfixiaba a Mingyu. Soltó una pequeña risa estando recostado y Hoshi gimió dormido. Quizás Mingyu se estresaba teniéndolo sobre él todo el tiempo, pero Minghao se sentía apegado a él, siempre queriendo su aroma o simplemente su cercanía, o la cercanía de otros monos que también eran amables, pero Mingyu era especial.

Al principio se preguntó si la única razón para que le gustara Mingyu era que este fue amable. Pero Seokmin fue amable también, y el cariño que sentía por el último no era ni de asomo lo que sentía por Mingyu. La hermana de Mingyu y la hermana de Seokmin también fueron amables. Y Seungkwan lo fue, aunque no pudo hablar lo suficiente con el chico pudo ver la amabilidad y el buen corazón de este. Todo lo que recibió de los monos fue bueno.

El aroma de un alfa acercándose hizo despertar a Hoshi y alarmó a Minghao. Alguien tocó la puerta.

Su alfa se puso de pie y casi corrió hasta la puerta abriéndola de golpe, Joshua estaba ahí, viéndose agitado y sorprendido.

—¿Sabes dónde está Jeonghan?— Preguntó el alfa y Minghao abrió los ojos con sorpresa. Hoshi negó. —¿Minghao sabe dónde está?

—¿Qué pasó con Jeonghan?— Preguntó Minghao sentándose en la cama.

—¿no está en la casa?— Preguntó Hoshi mirando los pasillos.

—No. Él no está por ningún lado. Le pedí a los lobos de servicio que lo buscaran...— Joshua le murmuró algo a Hoshi que lo alertó. Minghao no alcanzó a escuchar.

Hoshi asintió saliendo del cuarto, Joshua la siguió dejando la puerta abierta y Minghao corrió para ver. El pasillo era largo y ahora se iluminaba con las luces, Hoshi y Joshua desaparecieron al fondo quizás dirigiéndose a la habitación de Dino. Salió al pasillo y miró alrededor comprobando que estaba solo, así que corrió hasta la puerta donde se supondría que estaba Jun y la tocó repetidas veces hasta que alguien abrió.

—¿Dónde está Jun?— Le preguntó al lobo de servicio, un chico que no tendría ni quince años y que bajó la cabeza al verlo. —Rápido, dime.

—¡Aquí estoy!— Jun se asomó desde atrás de las literas. La habitación estaba vacía aparte de ellos dos, quizás dejando al chiquillo a cargo de cuidar de Jun. —¿Qué haces fuera de la habitación?

Empujó al lobo y Jun se acercó por su cuenta encontrándose por fin, Minghao lo tomó de la mano y lo llevó por el pasillo revisando de vez en vez las otras habitaciones. Se detuvo en una y entró, estaba vacía y repleta de cosas viejas.

—¿sabes que está pasando con Jeonghan? ¿Sabes dónde está?— Le preguntó.

—Nop.— Respondió Jun con simpleza. —No me quisieron decir porque dijeron que los delataría, pero han salido durante varias noches. Pensé que Jeonghan estaba siendo infiel y que Dino era su amante, pero no lo creo.

—¿no es la primera vez que Jeonghan sale?

—Nop. Lo hace por las noches, sale a las dos de la mañana y llega a las cinco, una hora antes de que Joshua despierte. He estado escuchando lo que dicen otros lobos, al parecer Jeonghan y Dino han salido juntos últimamente, y Jeonghan siempre tiene sus pastillas para dormir pero nadie lo ve tomándoselas. Creo que por eso Joshua no despierta durante las noches. Esta vez no tomó el Té que Dino siempre le da.

Jun delataría a cualquier persona, hasta a sí mismo. Minghao lo tomó de las mejillas y le dio un pequeño golpe con la cabeza antes de regresarlo a su habitación. No podía ir más lejos, escaparse con un montón de lobos de servicio rondando y con la posibilidad de que Hoshi lo viera no era la mejor opción, así que solo quería dejar a Jun de regreso y decirle al chiquillo que no dijera nada para despues volver a su cuarto.

Eran las cuatro cuarenta y dos de la mañana.

Cuando llegó al cuarto la puerta estaba un poco más abierta que antes, así que entró en silencio y aseguró la puerta detrás de él. La ráfaga de viento lo hizo abrazarse a si mismo.

Miró la ventana abierta y sus parpados subieron al instante.

Ahí estaba Vini.


Hold [GyuHao] [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora