Nueve

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Se despertó escuchando a Minghao vomitar. Eso iba a convertirse en una rutina al parecer.

—Tardaremos en encontrar que es lo que le gusta comer a ingeniero para que no te haga regresarlo todas las mañanas.— Dijo mientras se lavaba los dientes y Minghao vomitaba en el inodoro. No era una linda imagen. —¿tenías estos síntomas antes y aun así tuviste que ir a hacerte una prueba?

—Me hice una prueba de embarazo mucho antes de ir al hospital.— murmuró Minghao limpiándose la boca a lado de Mingyu. —Salió positiva, así que fui al hospital para tener una excusa y salir.

—¿Alguien más lo sabe a parte de mí?— preguntó por curiosidad. Minghao negó para luego asentir.

—¿el doctor? Supongo que si él lo sabe los otros también.

—¿otros?

Minghao lo miró al rostro y Mingyu hizo lo mismo. Quizás era el típico "no te metas en lo que no te incumbe" pero la curiosidad lo estaba carcomiendo y Minghao parecía más tranquilo con el tema, ya había tenido tiempo para pensar si Mingyu era o no confiable. Aunque dormían en la misma cama ¿eso no era un símbolo de confianza? También hicieron una promesa, no se podían dañar mutuamente.

—Si estás dispuesto a contarme tus secretos yo te contaré los míos.— Concluyó Minghao lavándose los dientes rápido y saliendo del diminuto baño.

—¿Qué?— Salió detrás de él.

—Leíste mis papeles, tengo derecho a leer los tuyos ¿no?— preguntó señalando la cama y Mingyu pudo darse cuenta al instante.

—¿la orden de restricción? Ah, es una historia tonta.— Dijo intentando restarle importancia. No importaba. Ya no. —Ni siquiera es vigente hoy en día.

Minghao no dijo nada al respecto, tan solo se sentó en el sillón poniendo a la perra en sus piernas y jugando con sus patas, no se miraron por un largo tiempo. Era estresante porque Mingyu no tenía trabajo ese día, ni al día siguiente, entonces el tiempo que pasarían juntos sería largo y callado, estresante. Ah, Mingyu en serio no quería ese estrés. Se sentó a lado de Minghao justo en el suelo y lo miró al rostro.

Minghao apenas y respondió a su insistente mirada.

—Tuve que buscar en el diccionario para leer lo tuyo.— Dijo con tranquilidad, aunque sus mejillas estaban levemente rosas. —No puedo decir que no era mi intención.

—Es una orden de restricción de mi ex pareja.— aclaró Mingyu con desinterés. Porque ya no importaba ¿verdad? —Puedes ver la fecha, fue hace años... Estudiaba en la universidad en ese tiempo, era joven e idiota.

El omega desvió la mirada hacia la perra y suspiró.

—Soy un omega, Mingyu.— Dijo Minghao. —Cada parte de mi vida está especialmente cuidada para que le dé cachorros a un alfa, cachorros que sean omegas o alfas.

—¿Qué? ¿eso es legal?

—Para los lobos sí. Los omegas contamos como propiedad de nuestros padres o como propiedad de nuestro alfa, si no tenemos uno entonces alguien llega y nos proclama como suyos. Al menos así era donde vivía... aquí no sé nada.

—¿entonces ingeniero no fue un accidente?

Minghao negó.

—Me dieron seis meses para concebir con mi alfa... solo pasaron cuatro.

—Oh...— Mingyu no tenía ni idea que decir, como si aquello fuera parte de una película de hace años donde había guerras y las personas eran tratadas como objetos y no como personas.

—La vida es dramática ¿no te parece?— Minghao lo miró para comenzar a sonreír. —ahora explícame porque tienes una orden de restricción.

—Mi ex novio me dijo que ya no me quería.— Dijo sin emoción. —Y yo estaba obsesionado con él. Lo acosaba a cada instante, iba a los lugares donde sabía que estaría, le compraba flores, dulces... le compré un gato... me estacionaba fuera de su casa durante las noches...

—Eso da miedo.

Mingyu asintió exhalando una pequeña risa irónica.

—No sé qué mierda estaba pensando... no, si sabía... solo estaba pensando en mí. Puso la orden de restricción porque yo no dejaba de buscarlo, así que me dieron la advertencia y me fui.

—Sí, creo que merecías más que una orden de restricción.— Dijo Minghao levantando a la perra y dejándola en el suelo. —Yo te hubiera golpeado.

—¿Por qué no golpeaste a tu alfa?

De pronto el ambiente se volvió sumamente pesado y serio, como si Mingyu hubiera dicho algo realmente malo. Intentó decir algo más para solucionar la situación, pero Minghao no se lo permitió.

—La ultima vez que golpeé a un alfa pusieron una pistola en la cabeza.

¿Qué mierda? Mingyu no supo que decir.

Hold [GyuHao] [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora