Cincuentaidos

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Semana 20. 20. 20. 20, los números se hacían chiquitos en la cabeza de Mingyu mientras miraba a Vini, Seungkwan había dejado de mandarles comida y de llamarlos, la última vez que lo vio fue la semana pasada cuando les dejó todo lo necesario para sobrevivir por otras dos semanas, Mingyu le había pagado eso, y también le había pagado las cuentas de la casa para que no tuviera que preocuparse, pero Seungkwan pagó por algo más; compró ropa para el cachorro, ropa diminuta que podría ser el calcetín de Mingyu.

Como era costumbre Minghao hacía cosas raras; como restregar la ropa que sería del bebé contra Mingyu, la lavaba y se la colocaba en la cara o en el pecho, o donde tuviera lugar para que solo oliera a Mingyu. Era incómodo, raro, y otra de las cosas de los lobos que no lograba comprender, pero lo dejaba hacerlo porque... ¿Por qué no? ya iban demasiado enserio con su extraña relación.

Así que Mingyu estaba mirando a Vini mientras estaba sin camina y tenía ropa que sería del cachorro en su espalda, Minghao colocándola tranquilamente como si fuera normal.

—¿Esto es lo que hacen los lobos?— Preguntó sintiendo el insoportable calor de la ropita.

—No. Los lobos tienen feromonas que pueden desprender con facilidad.— Respondió Minghao. —Tú no puedes hacerlo, así que tengo que hacer estas cosas extrañas por tu culpa.

—Oh, ya veo, es mi culpa.— Aceptó como si fuera normal. —¿es porque soy algo así como tu novio?

—Si.

—Hey, debes decir que no y luego irte corriendo diciendo que "no soy tu novio"— Se quejó intentando girar y Minghao le colocó en el rostro una de las prendas.

—No.— Dijo Minghao. —Tu deberías decir que no y luego irte corriendo diciendo que "no soy tu novio"— Lo imitó. —Deberías detenerme, sabes lo que estoy haciendo.

—¿enterrándome en ropa de bebé?

Minghao suspiró y eso le dio una señal a Mingyu de que se aproximaba una conversación seria. Se quitó la prenda del rostro y se giró para encararlo. Bien, tenían que hablar seriamente, lo intentaron evitar por largo tiempo pero ya no era posible, y Vini comenzaba a decir cosas feas a sus espaldas, como que estaban siendo demasiado estúpidos y que al final tendrían un problema grande si seguían así. Mingyu respiró profundo y asintió decidido a continuar con eso.

—Me gustas.— Dijo Minghao interrumpiendo a Mingyu, apenas y había abierto la boca.

—Si, ya lo dijimos como algunos capítulos atrás.— Minghao lo miró confundido y Mingyu señaló a vini. —En la novela de Vini, Amores prohibidos; Mono y lobo.

Minghao volvió a suspirar y Mingyu entendió que no era momento para más bromas.

—Quiero quedarme contigo.— Murmuró el omega dejándose caer contra el pecho de Mingyu, lo sostuvo con cuidado. —Quiero que mi cachorro sea nuestro.

¿nuestro? Mingyu lo sabía, pero ahora que Minghao lo decía en voz alta ya no tenía como evadirlo. Minghao quería que Mingyu cuidara de ellos, que el bebé fuera...el hijo de Mingyu ¿era correcto decirlo así? Mingyu abrazó con un poco más de fuera a Minghao y aspiró su aroma con la mente en blanco.

—Me conoces desde hace apenas dos meses y medio.— habló apelando a su lado maduro y frio, aquel que tenía que usar para entrar en razón. —Sabes parte de mi pasado, pero sin duda no sabes todo, conoces a mis padres de vista pero nunca has hablado con ellos, no sabes todas las cosas malas o buenas que hecho... ¿al menos sabes mi edad?

Minghao asintió aun ocultado en su pecho, Mingyu lo tomó de los hombros pero no lo apartó, se dijo que si el omega quería apartarse entonces lo dejaría hacerlo, pero no lo empujaría de ninguna manera.

—26.— Murmuró el omega. —La orden de restricción fue hace dos años.

—Tú tienes 21.— Dijo recordando los primeros papeles acerca de Minghao. —Bien, sí sabemos nuestras edades, pero aun así es muy pronto como para que tomes una decisión así...

—Solo estuvo cuatro meses con Soonyoung, tampoco lo conocía.

—En ese momento no tenías opción. Ahora la tienes. Puedes salir de esto y decidir con la cabeza fría quien quieres que sea tu pareja, alguien que cuide de ti y de tu hijo, no estas obligado a estar con nadie.

—Quiero estar contigo.

—¿sabes al menos que significa?

—No me trates como un niño, no soy ningún jodido niño, Mingyu, lo sabes.— Si, si lo sabía, pero su lado adulto-adulto era más idiota que su lado adulto-niño. —Sé lo que significa, y sé que quiero estar contigo, si tu no quieres yo tampoco voy a obligarte.

Mingyu respiró profundo. El problema era que no lo sabía.

—No quiero lastimarlos.— Confesó. —Y... no quiero lastimarme, Minghao, si decides irte yo...yo no...— Comenzó a titubear dándose cuenta de que estaba temblando. —No puedo...no puedo tomar nada...Si decides irte yo debo dejarte ir...aunque no quiera...yo no sé qué pasaría conmigo...

Su pecho dolió. Si Minghao decidiera irse, incluso en ese momento ¿Qué haría Mingyu? Era incapaz de ir tras él y lo sabía, era incapaz de tomarlo, pero...pero jodidamente le dolía, porque no quería que Minghao se fuera, quería que se quedara y quería que tuviera a su cachorro ahí, con ellos, y cuidar de ambos hasta ver al pequeño crecer y poder jugar y enseñarle fotografías que ni siquiera entendería pero que sería entretenido que las viera. Y... y quería tomar a Minghao de una forma distinta, porque a pesar de haber estado tan cerca Mingyu había sido incapaz de romper esa pequeña brecha que los separaba.

Si Minghao decidía irse Mingyu no podría detenerlo, y eso le estaba quemando. Quería decidir por él, pero no era correcto, y eso lo dejaba a la deriva.

—Tienes miedo.— Murmuró el omega y Mingyu asintió. —Mingyu...Yo te sostendré si tú no puedes hacerlo. Pero quiero que lo intentes. Por mi... y por él.— Minghao tomó la mano de Mingyu guiándola a aquel lugar, y sintió el pequeñísimo golpe. Entonces asintió.

Hold [GyuHao] [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora