Parte 84

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—¡Mírame cuando te hable! —dije enojada— ¿Por qué nunca respondes mis preguntas? ¡¿Por qué quieres que siempre me arrastre por tu maldito cariño?!

—¡Tu eres la que quiere hacerlo! —gritó de vuelta— ¡Nunca te he obligado a estar conmigo niña!

—No. Soy. Una. Maldita. Niña —dije entre pausas y mis puños estaban blancos—. Te encargas de recalcarlo entonces ¿te enorgulleces? ¿Maldito pedófilo?

—Me vuelves a llamar así y te juro TN que toda tu puta vida se acaba aquí —dijo y mordí el interior de mi mejilla.

—Adelante hazlo ¡mátame! ¡Me harías un favor! —resoplé exasperada— ¡No te entiendo Jeon! ¡¿Por qué me buscaste en primer lugar, tu esposa dejó de chupártela bien?! —se acercó rápidamente y elevé la mirada haciéndole frente—. Creí que desde que terminaste conmigo habías sido claro ¿por qué buscarme de nuevo? —pregunté y se quedó callado— ¡Contéstame!

Grité de nuevo y sentí como me estampó contra la pared mientras rodeaba mi cuello. —Te contesto cuando quiero, te hablo cuando quiero y te llamaré cuando se me de la gana. ¡¿Entendiste?! —habló ejerciendo presión en su agarre y lo empujé con todas mis fuerzas.

—¿Sabes que es lo que entiendo? Que eres un maldito egoísta inmaduro, que se cree muy machito, ¡cuando lo único qué haces es matar gente por dinero! ¡Eso no te da el derecho de elegir en mi vida! Vine aquí, porque te amo hijo de puta. —dije tomando mis cosas— Pero te odio a la vez y es cuestión de tiempo para que todo el amor que siento por ti, se vayan y solo le deje espacio al odio.

—Uuu que miedo —dijo irónico—, eres una más de entre todas las que se arrastran por tener mi atención.

—Pero soy la única que te da lo que buscas, sin embargo, ya no más. —lo vi una última vez— Espero te jodas.

Asentí y abrí la puerta de su casa para irme cerrando con un portazo. Escuché un fuerte ruido proveniente de la casa, luego de ello, vidrios quebrándose a lo que solo solté un bufido.














[...]

2 años después

Salí de la empresa, con mi maletín y me quité el saco antes de entrar al auto. Conduje hasta mi apartamento y al llegar sonreí al ver a Ru lamiendo su pata y pasándola por su cabecita. Me acerqué hasta dejarle un beso en su cabeza y me cambié para ir a comprar algunas cosas.

Salí de nuevo y fui hasta el supermercado. Fui directo al pasillo de galletas donde vi a una pareja discutir. —Llamaré a mi abogada, para terminar con esto de una vez —dijo ella y decidí ignorarlos—.

—Bien adelante, te espero hasta que termines la llamada —dijo irónico y rápidamente reconocí el tono. Vi a un pequeño niño intentar alcanzar unas galletas y me acerqué hasta alcanzárselas.

—Gracias! —dijo en un adorable tono infantil y pude ver a un mini JungKook frente a mi. Suspiré brevemente y le sonreí.

—Vamos Junghyun —dijo su madre y el pequeño fue con ella dejándonos solos a JungKook y a mi en aquel pasillo. Él notó mi presencia.

—Uu sicario triste —dije viéndole desde mi posición.

—No estoy triste, cállat- —lo corté con un suspiro cansado.

—No quiero discutir JungKook, solo, lo siento supongo. Te deseo suerte —dije y tomé las galletas antes de seguir mi camino.

—Yo también te amaba —dijo haciendo que me detuviera—, te amaba con todo mi corazón y me molestaba hacerlo así que lo siento supongo —repitió y lo vi unos segundos antes de asentir.

—Ya no importa JungKook.














Aquí la discusión que querías, espero te haya gustado personita. Le agregué un poco de intensidad al asunto.

See you at Wonderland.

Jungkook  Reactions Donde viven las historias. Descúbrelo ahora