Jungkook Reactions

Parte 73

Narra JK

Caí al suelo y comencé a arrastrarme hacia la puerta intentando alcanzar la perilla. No sentía las piernas, tenía tanto miedo.

Me dolía el torso y la cabeza.

La puerta estaba cerrada con llave y volteé desesperado en busca de algo para abrirla hasta dar con un tenedor.

Desesperado me arrastré hasta llegar a él y comencé a intentar abrir la puerta. Cuando lo logré seguí arrastrándome por el pasillo hasta llegar a la puerta del apartamento. Intenté pararme pero caía al suelo una y otra vez.

Conseguí tener la puerta abierta del apartamento y me arrastré fuera de él hasta llegar al barandal de las gradas donde me sostuve ya de pie.

Mis brazos dolían por aferrarme al barandal intentando no caer de nuevo. De pronto el sonido del elevador deteniéndose en este piso hizo que mi sangre helara. Las puertas se abrieron y me dejaron ver a la persona que me había tenido encerrado durante ya casi un año.

—Ay cariño, no debiste hacer eso. —

Me dijo acercándose de nuevo hacia mi y sacando de su bolsillo otra inyección.

—No por favor... —

Supliqué alejándome a tientas de él.

—Tenias que hacer sólo una cosa, Kookie. —remarcó el apodo que me había puesto mientras yo comenzaba a alejarme muchísimo más rápido hasta donde podía hacerlo. —¿Me puedes repetir que tenías que hacer?

Él seguía acercándose con la inyección en mano. —Portarme bien. —repetí con un hilo de voz intentando llegar hasta el botón de incendios.

—¿Y qué no estás haciendo? —volvió a preguntar acorralándome contra la pared.

—Hyung... no por favor. —supliqué viéndole a los ojos con la respiración agitada e intentando apoyarme en algo para no caer.

—¡Responde! ¿Qué no has estado haciendo? —dio un golpe en mi costado.

—Portarme bien. —contesté cerrando los ojos momentáneamente.

—¿Qué se merecen los niños que no se portan bien, Kookie? —preguntó remarcando mi nombre. Yo me quedé callado ganándome otro golpe. —¡Responde cuando te pregunto!

—U-Un... un casti... castigo. —dije apenas, sintiendo el inmenso dolor en mi costado.

—Exacto. —

Me tomó por el cabello arrastrándome de nuevo al apartamento, vi la inyección en su otra mano y en un movimiento torpe se la quité y se la inserté en la pierna.

—¡Mierda! —

Gritó él y me soltó haciendo que cayera de nuevo al suelo. Seguí arrastrándome con todas mis fuerzas y con la velocidad que podía y escuché como él se acercaba de nuevo hasta mi, tomando mis pies. Sin importarme el dolor que podría sentir, me lancé por las escaleras, mi cuerpo rozando con cada grada e impactando con la siguiente. Llegué hasta la siguiente planta y él ya no podía caminar debido a la inyección. Se arrastraba hacia mi, sentía como sus dedos rozaban mis pies intentando tomarlos y detenerme.

Cuando lo logró comencé a forcejear intentando alejarlo.

—¡AYUDA! —grité. —¡POR FAVOR AYUDA!

Mis brazos estaban débiles, no podía hacer mucho. Consiguió colocarse sobre mí y propinarme múltiples golpes en el rostro.

—¡Te dije que te callaras! —decía entre golpe y golpe.