Parte 99

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—¿Ya viste esa muñeca? —Preguntó aún sonriendo y la vi unos segundos antes de asentir—. Sería bonito jugar con ella.

Vi mis bolsillos unos segundos, notando la ausencia clara de dinero y solo tomé su pequeña mano.

—Ya tienes muñecas muy lindas Hye —dije sonriéndole y seguí caminando para que lo hiciera también—, además, mamá ha hecho muchos vestidos preciosos para esas muñecas y sería una lástima comprar otra a la que no le queden.

—Uhhhh ¡tienes razón! —Exclamó y tomó mi mano con más fuerza—.

Me tranquilicé con su respuesta y seguimos caminando hasta llegar a casa nuevamente. Hye corrió a su habitación para seguir jugando y yo dejé la bolsa con las compras, sobre la encimera. Saqué la medicina de forma rápida y caminé hacia donde mamá descansaba.

Ella dormía, por lo que tomé un vaso, lo llené de agua y dejé las pastillas que le correspondían, sobre su mesa de noche, junto al vaso.

—¡JungKook! —Escuché que Hye llamó y caminé con ella de forma rápida.

Al entrar a su habitación encontré la misma muñeca costosa, sobre su cama y ella jugaba con una sonrisa.

—Mira mira, la encontré sobre mi cama. Creí que no me la comprarías.

Ella sonreía y yo estaba pálido. Es que no se la compré, ni siquiera la toqué. Vi a Hye anonadado aún.

—¿Tu la tomaste? —pregunté desconfiando de Hye—. ¿La tomaste?

Hye me vio y negó. —Nop, solo apareció aquí.

Eso me descolocó por completo, vi la muñeca una vez más. Hye la tomó y sonrió acunándola entre sus brazos. Mientras ella la sostenía con cuidado, la muñeca se movió ligeramente, tan leve que parecía ser mi imaginación.

—La tendremos que devolver —anuncié—, al vendedor le ha de hacer falta. —Intenté explicarle sin mencionar que me estaba dando miedo esa muñeca—. Ha de ser su mejor muñeca.

Hye me vio desilusionada y negó con la cabeza.

—Podríamos quedárnosla, el vendedor podrá hacer otra —dijo en un tono suave, intentando convencerme.

Respiré profundo, intentando concentrarme en lo que sería mejor para nosotros. Vi la muñeca de nuevo y solo asentí levemente.

—Bien... puedes quedártela pero debes jugar con ella cuando yo esté en casa. ¿Bien?

Hye asintió efusivamente y respiré profundo de nuevo.

—Ahora ven, vamos a cenar algo rico. —Le ofrecí mi mano y ella la aceptó, caminando conmigo hasta la cocina.

Cuando fue momento de dormir, convencí a Hye sobre que la muñeca estaría muchísimo más cómoda en el sofá de la sala. Era mi forma de proteger a mi hermana. No quería que algo pasara, tenía muchos malos presentimientos sobre la muñeca.

Me aseguré que Hye se quedara dormida antes de cerrar su puerta y caminar a mi habitación, cuando entré, mi sangre heló una vez más. Mi corazón palpitó con tanta fuerza.

La muñeca estaba en mi cama, sentada mientras veía directo en mi dirección. Intenté mantener la calma mientras me acercaba para tomarla y sacarla. Ella se movió, alejándose de mi tacto y sentí mi cuerpo congelarse en su lugar.

—Te prometo que no te haré daño —dijo una voz detrás de mi y me encontraba incapaz de moverme, no podía, sencillamente no podía hacerlo.

No fue la muñeca quien habló, simplemente era alguien más. No estaba solo en lo absoluto y tenía tanto miedo.

—En serio... en serio lo prometo —repitió—, solamente quería... quería encontrar a alguien que me ayudara.

—Vete por favor —pedí sin dejar de tener muchísimo miedo a pesar de sus palabras—, no puedo ayudarte, no tengo dinero, no tengo mucho que darte.

—No quiero dinero JungKook, solamente quiero estar aquí un tiempo. No me haré daño a Hye, no le haré daño a tu madre —explicó—, soy un fantasma Jungkook, ni puedo tocarte.

—¿Entonces cómo tocas la muñeca? —pregunté con la mente más revuelta que antes.

—Me asignaron la muñeca, solamente puedo tocar los objetos que me asignan. —Su voz era suave, se escuchaba cerca, sin embargo no al punto donde podía asimilar que estaba a mi lado. —Tengo 16 años, me mataron hace 3 meses y he estado en búsqueda de alguien que pueda ayudarme a pasar al más allá.

No tenía capacidad de entender lo que me decía, simplemente estaba demasiado nervioso.

—Lo único que tienes que hacer es... terminar lo que nunca pude terminar —explicó—.

—¿Qué...?

—Hablo de... mis más grandes deseos, JungKook. Necesito que me ayudes a terminarlos.

—¿Y qué es lo que más deseas...? —pregunté intentando comprenderla.

—Ser amada, Jungkook. Mi más grande deseo en la vida, siempre fue ser amada. ¿Podrías ayudarme con ello?

—Yo... —No sabía que decir. ¿Qué se supone que diría? ¿Cómo se supone que cumpliría con su deseo?— Si, lo haré.

Era tonto, no encontraba otra explicación.














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Muy random yo lo sé pero me gustó después de todo.

Les quería comentar sjsjs que ya publiqué el prólogo de la historia Kookmin.

Proyecto Polaris, espero puedan pasar a leer el prólogo y decidir si les gusta o no. Espero la verdad, que si les guste realmente. 

Nos leemos después.

Jungkook  Reactions Donde viven las historias. Descúbrelo ahora