Como mi tinta

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1 año después

Una respiración profunda, caliente y llena de calma chocaba con mi hombro. La tranquilidad de unos fuertes brazos a mi alrededor. Acurrucados mucho más cerca. Su pelo algo más largo y rebelde cayendo por mi cuello y haciéndome cosquillas en mi mandíbula. La luz del amanecer entrando, el silencio, la calma, la tranquilidad. Tras su regreso de la clínica militar de San Diego, tuvimos un comienzo, uno de verdad podría decirse. Ibamos al cine, noches que escapábamos para una cena los dos solos, paseos, largas conversaciones...Los demonios de ambos salieron a flote, fueron días bastante duros, demasiados sentimientos encontrados, dolor por ambas partes, incluso lástima, algo que ninguno de los dos soporta, pero esto nos hizo hablar más aun, llegar a entender la profundidad de todo lo que nos rodeaba, lo que llevábamos dentro, y probablemente seguiremos sosteniendo sobre nuestras espaldas, sin embargo, es una carga compartida. Llegamos a comprender que no estábamos solos, que no solamente nos queríamos el uno al otro. Tenemos muchas persona al rededor que nos ayudan con ello. El daño fue dado, la herida siempre estará ahí, pero está cicatrizada, tal vez algo rosada todavía, pero durante este año, me he dado cuenta, que mientras estemos el uno al lado del otro, esta terminará siendo una anécdota, una terrible, pero parte de la historia. Parte del pasado.

 No puedo evitar pensar en todo lo que he sucedió durante este año, juntos y separados. Como uno solo y como individuos. 

El dato más importante seguramente sea el recién matrimonio feliz, Car y Luc. Una boda sencilla, con todos nuestros amigos, incluyendo a Lily y a Madd,hace dos meses. En el Lago Tahoe. En la misma casa que tuvimos nuestro reencuentro. Sin embargo esa casa, representa mucho más para mi. Es una clausura, un punto y aparte, un renacer, me arriesgaría a decir, uno necesario y bienvenido que obtuvimos. Terminaron mudándose los tres juntos, cerca de nosotros por supuesto, bien, vale, de acuerdo, dos casas abajo. ¿Qué? no me juzguen, su regalo de bodas fue mi forma de conseguir que no se alejasen. Una casa. Una linda. 

Mitch y Dylan consiguieron un precioso ático en la ciudad, Mitch terminó la universidad un semestre antes, y Dylan necesitaba estar cerca del centro de investigación donde se convirtió en el poderoso cerebro; así se llama a sí mismo. Tal vez sea cierto, está dentro de una de las mayores investigaciones que existen sobre la cura del cáncer, pero tampoco tiene que llenar su ego de esa forma, aunque sea de coña. 

Camille comenzó una preciosa relación con mi querido amigo Colt, se mudó con él a Los Angeles, así podría tener la base de San Diego cerca, ya que quería estudiar para poder entrar como psicólogo militar.

Parker y Linda están comprometidos y a la espera...de trillizos, ¡Jodidos trillizos! Un tres por uno. ¡Solo tenemos veintidos años por el amor de Dios! Aunque me he dado cuenta que para amar de una manera realmente profunda no es necesario una edad determinada. Pero vamos... en serio, no tienen manos ni entre los dos. Tres bebes, ¿qué demonios haces con tres? no sabía que hacer cuando Sara era un bebé de meses y lloraba, ¿te imaginas otros dos? no quiero hacerlo. Pobre Linda, tan pequeña y con esa tremenda barriga con la que no puede ni bajar escaleras.

Madd ha conocido a alguien, vino a la boda, y parece un hombre realmente maravilloso. Más le vale.

Lo que no fue tan bienvenido, fue...¿como decirlo? ¿el nuevo amigo de Lily? si bueno, su novio. Es la palabra prohibida en la misma frase que la "pequeña" e "inocente" hermanita de Travis. Tuve que revisar el coche en busca de armas, no podía dejar que cometiese una locura, aunque el chico desapareció durante el banquete, casualmente los chicos también lo hicieron, y cuando apareció el muchacho estaba completamente blanco y sudado como un cerdo, caminado frente a unos muy satisfechos Luc, Dylan, Mitch, Parker y Travis. Pobrecito. Yo también estaría asustada.