Como mi tinta

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Cada cambio de hora, en la hora del almuerzo, pasillos, baños, gimnasio, campo de fútbol, gradas, laboratorios viejos, vestuarios...No queda un triste sitio en el qe no haya buscado a Travis, y no lo encuentro por ningún lado.

La gente sigue como loca, me paran por los pasillos, me felicitan, me dan miradas llenas de apoyo,se presentan, dios creo que medio instituto ha venido a saludarme y decirme su nombre, y no me acuerdo ni de uno solo de ellos. Mierda incluso los profesores me sonríen cuando entro en clase, hasta la petarda de literatura que tenía un pequeño odio hacia mi practicamente salta a mis pies. Casidy tenía a todo el instituto acojonado, ¿cómo lo consiguió? no tengo ni idea. Porque, en serio, ella es una de las Sili´s mas cutres con las que me he encontrado, creo que el nivel de hijoputismo de esta raza, aunque existen allí a donde vayas, aumenta según el dinero e influencias que tengan, y creanme, Casidy no tiene ninguno de los dos aquí. Es una pequeña mota de polvo comparada con las que me he encontrado antes. Hijas de politicos, famosos, deportistas, músicos, modelos... en fin, ya saben, la ley del dinero.  Pero esta, tampoco esta en el instituto. 

Jamás había tenido las emociones tan a flor de piel. Parezco una mujer embarazada en sus ocho meses, alguien más se me acerca y creo que podría llorar o rodar por el suelo de alegría. 

Camino por los pasillos al final de la mañana, ya se han terminado las clases y no queda casi nadie en el interior del instituto. Pero me topo con una puerta en la que nunca me había fijado. 

Redacción periódico estudiantil. 

Entro y me encuentro con una mata de pelo rojo agazapada tras una pantalla de ordenador. 

- ¿Linda?- pregunto. La probre chica da un salto en su silla al sobresaltarse y se golpea con la lampara de escritorio que tiene sobre su cabeza. 

- Oh, Dani...lo siento...me he quedado leyendo...esto...los comentarios...es que...nunca...nunca nadie había tenido interés en el periódico...hasta...hasta hoy...asi que...

- Linda no muerdo- digo con una sonrisa acercandome a ella- Y mucho menos a ti- cojo una silla de otro escritorio y la coloco a su lado, sentandome en ella- ¿Puedo ayudarte con algo? Es lo mínimo que puedo hacer. 

- ¿Por qué?- pregunta con los ojos llenos de incertidumbre. 

- Porque tu me has ayudado, a mi y a mis amigos- asiente bajado la mirada y sus facciones se vuelve...¿tristes?- ¿Sucede algo?

- Oh no, nada, yo no te conozco y tu no me conoces...

- ¿Por qué lo hiciste?- le pregunto- Ayudarme con esto. 

Respira agitada un par de veces, está incomoda, pero de una manera graciosa. Y si puedo quiero ayudarla, como ella a hecho conmigo. 

- El sabado por la tarde me llamo Parker y me dijo que tenían un plan, que necesitaban mi ayuda. Asi que quedé con el ayer por la mañana aquí para ver que podíamos hacer...yo...lo siento de acuerdo- baja la cabeza otra vez como si tuviese problemas para continuar- Yo lo sé, lo que te sucedió...¡Pero te prometo que no pienso decir nada! ¡No es de mi incumbencia, jamás diria nada nadie! Pero es que estaba muy curiosa, y yo...lo siento...no sabia...

- Heey...- coloco una mano sobre su hombro y acaricio suavemente- Siempre te he visto almorzar sola, o vagar por los pasillos llena de folios sin nadie a tu lado- asiente mirando al suelo avergonzada- Eres una buena chica, además ya no estarás sola, ¿no? eres una de los nuestros, tenías derecho a saberlo por defenderme. 

- ¿Co-cómo?- me pregunta. Sonrio. 

- Oh por favor, además- digo con altanería- ¿Te crees que no he visto como miras a Parker? Me caes bien, eres una buena chica, y como secreto de estado, totalmente confidencial y por supuesto yo he dicho absolutamente nada...le gustas también- susurro en voz baja. Sus ojos se abren como platos y comienza a negar con la cabeza.