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Una presión se forma en mi pecho, siento como el aire poco a poco se va de mis pulmones, un dolor agudo aparece en mi cuero cabelludo y noto como una pequeña lágrima se desliza por la comisura de mis ojos cayendo a las sábanas blancas que me rodean. 

Lentamente me despierto, mareada, desconcertada y poco situada. 

Hasta que me doy cuenta que no estoy soñando. 

Un brazo está haciendo presión sobre mi pecho, pero no como si estuviese acurrucado o simplemente ahí apoyado, está sacándome el aire completamente del cuerpo. Mientras que una mano tiene capturado todo mi pelo tirando de mi cabeza hacia atrás. Dolor eso es lo que siento. Los recuerdos me golpean, la tarde de alcohol y porros, Travis y nuestros gritos, ese beso, luego Dylan apareciendo, y finalmente terminando en mi cama, uno junto al otro. 

El chirriar de dientes me hace intentar aclarar la cabeza, con la poca fuerza que me queda, y finalmente despierto. 

- Travis- pero eso no sale ni como un nombre, ni siquiera como una palabra, es un murmullo atorado en mi garganta- Travis... 

Vuelvo a intentarlo, pero sigo notando esa vaivén que mi cuerpo comienza a experimentar. 

Como una autodefensa iniciada por el instinto mis manos van al brazo que presiona sobre mi abdómen. Estiro los dedos intentando clavar mis uñas contra la piel olivacea de su antebrazo, sigo clavando, mientras sonidos roncos salen de mi garganta, a la vez que siento como la sangre comienza a centrarse en toda mi cara por el esfuerzo de dar una respiración profunda. 

Estoy rompiendo su piel, puedo notar la carne que se acumula en mis uñas y noto la calidez de pequeñas gotas de sangre. Pero sigue dormido, está malditamente dormido mientras trata de ahorcarme con sus músculos. 

Con una fuerza y una determinación desconocida mi codo sale hacia atrás con toda la fuerza que puedo concentrar en mi, en comparación, pequeño brazo. Repito el proceso y de repente el aire vuelve a aparecer en mis pulmones, a la vez que el calor que su cuerpo irradiaba desaparecía de mi lado. 

Una tos ronca y seca me envuelve, de mi salen pequeñas arcadas. Mierda, por un momento creí que comenzaría a ver mi vida pasar frente a mis ojos somnolientos. 

Pasan unos minutos mientras yo me repongo, todavía tendida en la cama, con medio cuerpo fuera, como si eso fuese a darme más oxígeno, más rapido, para más información. 

Y lo único que me venía ahora mismo a la cabeza era un tremendo y gran; ¿PERO QUE MIERDA?

Travis trataba de ahogarme no hace más de cinco minutos, que para mi fueron horas largas de necesidad de aire. 

Una vez recuperé mis constantes vitales me senté en la cama con la espalda contra el cabecero y mis brazos rodeando mis rodillas. No sabía como mirarle, no estaba sentado en la cama, se había levantado y desde mi posición podía escucharle jadeando ya la vez sentir su mirada clavada en mi. Pero en realidad mi cabeza no dejaba de dar vueltas a lo que había sucedido. ¿Estoy en shock? tal vez, esto es desconcertante, intimidatorio y real, realmente terrorífico. 

- ¿Es- estas...bien?- pregunta entrecortado. 

Solo puedo asentir, con los ojos todavía entrecerrados, con unas ganas tremendas de llorar, aunque todavía no se bien la razón de ello. Pero las gotas saladas no cae de mis cuencas. 

- Yo...yo hacía tiempo...que no dormia con una mujer...asi que...no...no se...

Bien, definitivamente eso no mejora la situación, ¿hace tiempo que no duerme con una mujer? ¿tiempo? ¿cuanto? porque eso me ha calado muy profundo haciendome pensar que obviamente si que ha dormido con mujeres. Bien, eso ya lo sabía, pero ahora que ha salido de sus propios labios...no se como tomarme ese pedazo de información. 

Lo sabía, pero lo dejaba en un apartado de mi cabeza, como en una burbujita que no quería tocar, por miedo a que explotase, y ahora, él la ha pinchado haciendo que reviente. Y las lágrimas por fin salen. ¿En serio? ¿Estoy llorando porque me confirma que ha dormido con otras durante estos años? ¿Estoy llorando por lo que acaba de pasar? ¿O lo sucedido hace unos minutos ha sido lo que rebasó el vaso?

- Hablame por favor...- se entrecorta, sale como un murmullo lleno de lástima, como a un niño que le arrancan su piruleta favorita. 

Niego con la cabeza. No me creo con fuerzas de poder decir algo de forma serena, Por lo que me acurruco más con mi propio cuerpo. Le escucho moverse, hasta que oigo un pesado pesado, se ha dejado caer en el suelo. Levanto la mirada hacia su dirección, está en una esquina con las piernas flexionadas y su cabeza entre sus manos, agarrando puñados de pelo, como intentando sacar de él lo sucedido. Pero lo que más me impacta es que parece tan malditamente perdido mientras se mece. Parece el protagonista de una historia de terror, de las que se desarrollan en un psiquiátrico abandonado. 

Me pregunto que estaría soñando, que le hizo a su subconsciente luchar. No soy estúpida, es estrés post-traumático. Pero a niveles desorbitados. Muchos soldados lo sufren cuando regresan a casa, y lo único que recuerdo son frases sueltas, pero todas refiriendose a una noche, aquella noche, así que mis suposiciones más certeras, con respecto a lo que Camille me dijo, son que algo ocurrió en un momento certero que le cambió para siempre, que destruyó parte de él. 

Sin embargo, no se lo que es. Parece que nadie de aqui lo sabe. Las noticias no eran certeras, no nos contaban todo, decían que suficiente era darnos listas de desaparecidos y fallecidos. No tengo forma de saber que sucedió, a no ser, que el me lo cuente. Y ahora mismo, lo veo imposible. 

- Dan...- vuelve a murmurar. 

- No se que quieres que te diga- mi voz suena mucho más fría de lo planeado, ni siquiera entrecortada, sin lástima, sin el dolor que siento en estos instantes. 

- Solo dime que estas bien...por favor.

- Estoy bien- eso es lo que quiere, eso le doy, el no habla, yo tampoco. Demonios, de no ser porque me encontró borracha y drogada dudo que hubiésemos llegado a hablar, ¿qué loco es eso? ¿cuán decepcionante para ambos?

No está conforme con mi respuesta, lo noto con el tembloroso suspiro que exhala. Pero, vamos...Travis, él, Trav, estaba intentando matarme mientras jodidamente dormía, ¿qué tan mal está eso? ¿qué tal mal está él?

Sigo sin tener respuesta. Pero respecto a la última. Como la mierda. 

Pasan los minutos en silencio, cada uno con su desastrosa cabeza, sus fragmentos mas deshilachados, cortocircuitos que no pueden ser reparados. La falta de sonido es tal que resulta incluso amenzante, inhalo y exhalo lentamente con los ojos cerrados para terminar dirigiéndolos hacia él. Los dos estamos llorando sin lamentos sonoros, devastados. Es extraño que nadie haya intentado entrar en mi habitación que no se escuche nada afuera; desde que los chicos llegaron el único tiempo respetado es en el que Sara duerme, pero incluso así los murmullos y conversaciones en la terraza pueden ser escuchados desde mi cuarto. No quiero saber, pero supongo que Dylan dio la voz de alarma, ya que pasó la hora de la cena hace tiempo y nadie vino a avisar. Tambien supongo que hoy Ryder buscará otro lugar donde dormir. 

No apartamos los ojos del uno del otro. 

Así durante un tiempo. Trav suspira lentamente agachando la cabeza, y eso no me gusta nada, es como una bandera de rendición. Otra vez. 

- Lo siento- susurra. Y luego camina hacia la puerta para cerrarla tras él.

Sin embargo no pasan ni cinco segundos cuando esta se vuelve a abrir.

- De verdad lo siento. Pero voy a solucionarlo, como sea, voy a arreglar esto- dice señalando su cabeza. Solo asiento, y vuelve a dejarme sola. 

Pero ha sido un giro. ¿Quiere cambiarlo no?

Si, definitivamente quiere esto. 

Y eso, aunque haya sido una experiencia...traumática, hace que me acueste nuevamente con una sonrisa con un sentido extraño tras los acontecimientos pasados.  

Como mi tintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora