Epílogo

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Como ya algunas sabeis este final va a ser laaaaaargo, tal vez lo divida como epílogo1 epílogo2, etc. Mi intención es que sea largo y me gustaría subir todos el mismo día; por eso, esto que estáis leyendo ahora, seguramente esté escrito desde hace un par de días. Pero a lo largo del día de hoy (que no se cuando será) subiré los demás.

Tres años después

La maldita llamada, después de dos meses de espera, justo la tengo que recibir ahora ¿no?. Por el amor de Dios, creo que llevo algo de sangre en mi pelo. Nada más llegar al coche miro mi reflejo en el espejo retrovisor, y sí, eso, definitivamente es sangre. Mi estúpida manía de quitarme el sudor de la cara durante las operaciones con el antebrazo, el cual suele estar lleno de sangre. Parece que he salido de la matanza de Texas por mi cara. Las ojeras pronunciadas de las noches en vela, el estrés de las últimas horas debido a un accidente en cadena en la autopista, y yo por lo tanto, corriendo como una loca desquiciada al hospital en cuanto mi busca comenzó a pitar como el demonio. Una noche dura, complicada. Pero al final, maravillosa para el autoestima de un cirujano, su equipo y las familias en la sala de espera. De los dieciséis heridos solo falleció un hombre, conductor de uno de los coches, llegó con una traqueotomía, una pierna amputada por el metal del coche, y un hierro clavado en el estómago. Fue un milagro que llegase vivo al hospital. Sin emargo, mi equipo y el resto de médicos que luchamos sin descanso, algunos operando incluso a riesdo en los pasillos de quirófano, salvamos la vida de las demás victimas. Mi mayor logro; una preciosa niña de seis años. Esto es lo que te hace seguir luchando día a día; salvar la vida de las personas, jugar a ser Dios, la vida de otra persona en tus manos para salvar sus sueños, metas, su vida. 

Travis por supuesto se alarmó como siempre, desde hace tres meses está así, frenético. 

Poniendo el coche en marcha, me dirijo hacia el punto de encuentro con él. Cuando recibí la llamada hace dos meses el mundo junto a mí se volvió loco. Las noticias volaron, televisión, radio, periódicos. Todo. Una locura. Un accidente de avión. Un accidente que provocó la muerte de seis personas, piloto, copiloto, dos azafatas y una pareja. Mi madre y mi padrastro. Encontraron los cuerpos mutilados y ahogados en el pacífico. 

No lloré, no realmente, fue una tristeza bastante efímera, lo cual es una pena. Recordé lo que había vivido tantos años atrás, las incontables veces que me hiciceron llorar en silencio, los abusos; el mundo estaba mejor sin alguien como él, y mi madre, hacía más de una década que había dejado de ser una madre, para mí, ella había muerto mucho tiempo atrás. 

El abogado y el notario que llevaban los testamentos de ambos nos dijeron que debíamos acudir a ellos cuando todos los papeles estuviesen en orden. Definitivamente eso parecía suceder ahora. 

No quiero nada suyo, tengo dinero suficiente para vivir cuatro vidas perfectamente acomodadass. Pero lo que parece más importante es la empresa del millonario. Tampoco quiero el dinero que salga de ella, realmente ahora me siento libre de mis demonios. 

Aparcando unas cuadras abajo del bufete, recojo el bolso del asiento del copiloto y coloco algo de maquillaje bajo mis ojeras, con una toallita húmeda hago un intento de limpiar mi cabello y esparzo un poco de colonia por mi ropa. El olor a hospital se adhiera hasta a tu sombra. Observo mis ropas, no pueden ser más sencillas, es la ropa de recambio que guardo siempre en el hospital, por si tengo que salir corriendo, como ahora. Un pantalón vaquero negro y una camiseta de tirantes blanca. 

Sabiendo que no puedo arreglarme mucho más, hago un moño desordenado a mi cabello y salgo del coche y comienzo a caminara calle arriba. 

La secretaria me lleva hasta una sala de espera donde veo a mi, jodidamente sexy novio, esperando. Se levanta como un resorte y viene hacia a mi, con vaqueros desgastados, camiseta negra y botas de combate, definitivamente salió igual de aprisa que yo del gimnasio. 

- ¿Cómo fue todo?- me pregunta tras un casto y rápido beso en los labios. 

- Perfecto- digo sonriendo. Si, mierda, estoy completamente enamorada de este hombre- Solo estoy cansada y esto definitivamente no es lo que necesitaba tras terminar la jornada- besa otra vez mis labios, más lento, pero sin celebraciones, solo su perfecta sonrisa me basta para ver su orgullo por mi, para ver que me apoya incondicionalmente pase lo que pase.

- Me alegro cariño- dice llevándome a uno de los sofas de cuero negro de la sala.

- ¿Tú que tal en el gimnasio? saliste corriendo por lo que veo también- Puedo jurar que ni si quiera se ducho, algo de colonia por encima y agua en su pelo. Prisas para ambos.

- Michael está golpeándo duro, lo está haciendo bien, pero como no se esfuerce más y deje de buscar coños a todas horas la MMA va a ignorar completamente su culo- Esto es lo que decidió hacer, entrenar a futuros campeones del boxeo, definitivamente lo hace bien, uno de sus chicos despegó y está en las grandes ligas del ring, sin embargo, Mike, le trae por el camino de la amrgura.

- Pegale una buena patada en su estirado trasero- digo sonriendo.

- Después de esto tengo que llamar a Stephen, que se encargue del grupo de ayuda de la tarde, estoy malditamente molido. Necesito dormir y tenerte a mi lado en la cama- dice mirándome fijamente a los ojos- Totalmente desnuda- termina susurrando en mi oído y mordiendo mi lóbulo. Un escalofrío me recorre. Se que terminaremos  denudos, pero dormidos como marmotas. 

- Compórtate. 

En eso sale la secretaria de mi abogado permitiéndonos pasar. Allí ya se encuentran los dos hombres encargados del testamento de los fallecidos. Nuestro abogado se levanta con una cálida sonrisa y nos tiende la mano. 

- Travis, Danielle.

- Mierda Matt haz esto rápido por favor, necesito una cama- digo sonriéndo calidamente- aunque podría conformarme con el sofá de la sala de espera- los tres sonreímos. 

- No te preocupes será lo más rapido posible.

Nos sentamos los tres frente a los dos hombres serios y trajeados. No llamaron a mi hermano, ni a mi padre, solo yo. Travis venía como apoyo, lo necesitaba aquí conmigo. 

Las presentaciones son oscas y rápidas para pasar directemnte al tema que nos concierne. No se cuantos millones de dólares son ahora mios, las propiedades y toda la demás mierda. Soy completamente clara. Casas, coches, aviones, barcos, islas, todo aquello que tenga valor saldrá a subasta, ese dinero se acumulará en la misma cuenta donde se encuentran todos los ceros. Legalemnte, era hija por asocioación de ambos, por lo que todo iba directo a mi, no a Luc. Pero me llama la atención los diez millones de dólares que están a nombre de Sara Halen. No estoy segura de por qué mi madre preparó todo hace tres años atrás, y no sé tampoco por qué incluyó a su "nieta" ya que nunca la conoció. Pero se lo levaré a Lucas, y que el haga lo que quiera con él. 

Cuando veo el total de dinero que alcanza la suma de todo mi cabeza da vueltas, no puedo decir el número, no sé ni como se pueden leer todos esos ceros. 

Un treinta por ciento para las condiciones de orfanatos. Otro veinte para la investigación de Dylan para la cura del cáncer, la cual ha tenido maravillosos resultados, pero necesita de más inversion, aquí la tiene.  Otro veinte para las casas de acogida de mujeres sin hogar, aquellas que son brutalmente abusadas. Un diez por ciento irá a las casas de rehabilitación para alcohólicos y drogadictos del todo Estados Unidos. Un diez por ciento para el hospital en el que trabajo, con esto podremos tener más camas, mejores instalaciones y un quirófano totalemnte equipado de última generación para poder hacer en él cualquier tipo de operación. 

El último diez por ciento se va a dividir, un cinco irá al gimnasio de Travis, siempre quiso tener un lugar que sea mucho más que un sitio de entrenamiento, las clases que ofrece a niños y niñas totalemnte gratuitas, pequeñas personitas como una vez lo fue Lily, un lugar donde hacer una nueva familia, donde huir de los problemas. Tendrá mejores condiciones y repartirá desayuno, comida y cena. 

El otro cinco por ciento, está destinado a un capricho, un sueño, algo que llevo años queriendo, para nosotros, para todos nosotros. Un lugar donde el pequeño de cuatro meses que está creciendo en mi barriga corre, juegue, disfrute, rodeado de toda su familia, donde haga maravillosos recuerdos con sus primos. La casa del Lago Tahoe, solo para nuestro pequeño bebe. 

Como mi tintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora