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Narra Travis

- Hey...- sentada en los escalones que daban al patio Dani parecía completamente devastada. Puedo llegar a entenderlo, su mejor amigo básicamente dijo que era una zorra delante de medio equipo de futbol. ¿Y el gilipollas de su hermano no dice nada? ¿Y yo vengo y digo Hey? Madre mía controlate un poco Travis.

- Hey- casi como un susurro. Me siento a su lado en los escalones, sin rozarla, aunque lo único que quería era abrazar su cuerpo y subirlo en mi regazo para que descansase su cabeza sobre mi hombro. 

- No escuches lo que dijo Dylan ahí atrás, es mierda- no, para mi en realidad no es mierda, ya que prácticamente hace media hora podía escuchar como gemías y gritabas su nombre mientras te follaba, y no te puedes ni imaginar la ganas que tenía de subir y apartarte de encima de él. ¿Pero que puedo decir yo? ya que para ti, y para toda la maldita población estudiantil, ahora estoy con la zorra de Casidy. 

- No entiendo porque lo dijo así. Delante de todos, ¡como si fuese algo malo, joder!- termina medio gritando en susurros llenos de rabia. 

Pasamos unos minutos en silencio, ella pensando en sus cosas mientras mira hacia el final del patio, hacia el pequeño bosquecillo. Y yo controlando mi boca para no gritar en su cara lo estupida que es, el daño que me creo cuando entré por la puerta de su casa. Ella es mia, joder. Mia. No del puto cabrón de mierda que tenía su polla incrustada en ella ¿durante cuanto tiempo? joder, seguro que lo conocía de antes, seguro que se lo estaba follando mientras se enrollaba conmigo en cualquier parte. Necesito más alcohol, esto es una mierda. Y solo quiero echarle en cara todo, quiero gritarle, que sí, que tal vez sea una puta, que igual mi imágen de ella de cuando era una niña pequeña está completamente perdida, y que creo que me enamoré de una puta ilusión. Que en realidad no se merece una mierda de lo que estoy haciendo por ella. Que tal vez Casidy tendría que contar su puto sucio secreto para que se le bajasen esos humos de diosa del olímpo que lleva, que estaba mejor donde mierda estuviese antes de venir aquí y joder mi cabeza. 

No soporto estar ahora mismo a su lado cuando seguramente tenga todavía el sabor de él en su boca. 

¿Pero son tal para cual no?

El puto chico tatuado y la jodida chica tatuada. 

Los dos con tinta y mierda en su cuerpo. Con apariencia de delicuentes. Aunque ella sea el mismisimo angel caído que vino a la tierra para joderme.

- ¿Qué haces aquí?- rompe el silencio y yo no se que coño decir, porque mi sangre hierve en mis venas.

- No lo se- sin ningún tipo de emoción, frío, autómata y condescendiente.

- Oh, vale pues...bien- y con esa declaración de mierda mi filtro muere y comienzo a calentarme.

- ¿Desde cuándo coño te lo follas?- sus ojos se abren de par en par y puedo ver todos los colores de su iris empezar a llamear.

- ¿De qué estás hablando? ¿Por qué te importa?

- Oh, lo siento- digo con todo el veneno y sarcasmo posible que encuentro- tal vez, porque hace una semana tenías mi lengua en el fondo de tu garganta y mis manos follando tu cuerpo.

- ¿Pero qué te pasa?- comienza cabreada- Yo no te he cuestionado nada de tu relación con Casidy la zorra.

- ¿Lo conocías de antes de que llegase?- ignoro su último comentario.

- No, claro que no.

- Osea que lo conoces de hace una semana y ya te abres de piernas- no pregunto, solo digo, y se que estoy soltando ácido por mi boca, pero no puedo parar.

- Estas siendo un maldito gilipollas.

- Yo estoy siendo un gilipollas ¿verdad? Pues te recuerdo que hace una semana la única meta en tu jodida vida de mierda era tener mi polla entre tus muslos- estamos enfrentados cara a cara ahora. Hasta que me levanto frente a ella y me agacho para poner mi cara frente a la suya- ¿Sabes? Tal vez Dylan tenía razón, tal vez no eres la chica que no hiciste ver a todos.

- ¿La chica que os hice...? ¿Qué coño te pasa? ¿Por qué me atacas ahora? Jamás hice nada para que os pensaseis que era una jodida virgen de mierda ¿de qué estas hablando?  

- ¡¿De qué estoy hablando?! ¡Sabes cada vez que lo pienso cre que Casidy tiene razón, te crees la reina del mundo aquí, ¿por qué? ¿por tener el dinero del desgraciado del nuevo marido de tu madre?¿por el puto coche?¿por tu ropa de marca?¿por tus aires de superioridad de los cojones?

- ¡¿Hablas de mi con la zorra de tu novia?!

- ¿La zorra es mi novia? ¿te lo has planteado bien? Te estas follando a un tio que conoces de hace una semana ¿Y la zorra es Casidy?

- ¡¿Me estas llamando zorra?! ¿TU? que eres un drogadicto y un puto alcoholico. ¿Que te follas a todo lo que tenga un coño entre las piernas?

- ¿Estas loca?- una risa histérica sale de dentro de mi, y sé, jodidamente sé, que lo que voy a decir va a matarme- ¿Sabes? ahora en realidad pienso que Casidy tenía razón, que si que disfrutabas cada noche que tu padrastro entraba a tu habitación y se colaba entre tus piernas, y como recompensa te convirtio en su puta malcriada.

Estoy tan lleno de mierda, con tanta ira dentro de mí, que ni siquiera veo el momento en el que lanza su puño contra mi barbilla, no hasta que puedo saborear la sangre de mi labio partido en mi boca, no hasta que veo su cara completamente pálida, sus ojos llenos de lágrimas, sus fosas nasales dilatadas y su pecho que sube y baja como si estuviese hiperventilando, no, está hiperventilando, mi furia no se compara en nada con la que carga ella ahora mismo. Segundos, son solo segundos los que tardo en saber, que, definitivamente, la he perdido. Son segundo los que tardé en arruinarlo por última vez, segundos de los que sé, me arrepentiré el resto de mi vida y me castigaré cada vez que la vea a ella o en mi cabeza, es decir, siempre. 

Son segundos lo que he necesitado para destruir a aquellos dos niños del campo de flores. 

- Jamás, en tu vida de mierda, vuelvas a hablarme- sisea, sus dientes apretados- no se te ocurra acercarte a mi, no me mires, no respires mi maldito aire, no pienses ni una sola vez más en mi. Alejate de esta puta casa cada vez que yo me encuentre aquí, porque como te vea, juro por dios que no necesitaré a Dylan o a Luc para encargarme de ti. 

Me giro, para marcharme del patio, sin decir una palabra, con la cabeza agachada. 

- ¡Y por cierto!- me giro lentamente, llevando mi pelo sobre mis ojos para que no vea el agua acumulándose en ellos- No se cuándo, cómo o por qué comenzaste a odiarme. No lo entiendo, y ahora tampoco quiero hacerlo, pero jodeme una vez más, y les dire a todos la puta verdad, que fuiste tú el maldito psicópata que le contó a Casidy sobre mi pasado. 

Y con eso salgo del jardín, de su vida. Con lágrimas en mis ojos, por haber destruido lo único bueno y secillo que me quedaba. Lo único que me hacía reír sin tener que preocuparme. 

Y todo por mi culpa. Por mis celos. 

Me alejo para siempre de la mujer que me enamoró cuando tenía 6 años. 

Uuuuuhuuu no tengo mucho que decir. Las cosas se complican...un montón.

Como mi tintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora