-11-

15.8K 1.1K 20
                                    

Las cosas parecían haber vuelto a su cauce, tal vez con menos ansiedad y melancolía. 

Desde que Luc se marchó hace una semana a San Diego, para terminar unos papeles en la base, el entorno de la casa parecio menos...hostil. Ya no sentía como todos me miraban con preocupación al ver a mi hermano con su hija o con Car, Mitch y Dylan volvían a ser la pareja de enamorados que decían no estarlo realmente. Ilusos. Idiotas. Cada uno amando al otros en secreto, hasta un ciego lo vería. Pero no..."solo lo pasaban bien". Pasarlo bien mi culo. Hasta las trancas estaban el uno del otro; pero ninguno de estos super-machos-super-gays sería el primero en decirlo. Cabrones...

Vuelvo en mi cuando una Sara impaciente sentada en el regazo de su madre comienza a tirar de mi pelo. Sus preciosos hoyuelos mostrando sus pequeños dientecitos mientras balbucea y sonríe con la típica felicidad inocente. Ya llegará a la adolescencia, ya. 

Pompitas de baba salen de su boquita mientras retuerce sus ojos, quedándose bizca para ver su babosa obra. A lo que Car y yo comenzamos a reirnos con estruendosas carcajadas.

- Na-na-na-ni...

Shock.

Silencio. Absolutos.

Car y yo nos miramos la una a la otra, Mitch y Dylan vienen corriendo al salón.  

- Dijo Mami...- una Car llorosa susurra. Observo a mi amiga con una ceja levantada. 

- Lo siento amiga mía, se que puede resultar duro...pero dijo Dani- respondo, recibiendo una dura mirada de reproche de mi amiga. 

- ¿Estás loca evidentemente dijo Dylan?

- ¿Sois idiotas? Dijo claramente Mitchy. 

Nos miramos entre nosotros, y por supuesto empezamos a discutir. 

Obvio. Dijo Dani...¿son todos sordos?

- A ver, a ver- dice Car- Cariño repite otra vez- aunque solo recibe una pompita en su nariz que termina explotando con un ligero pop y Sara dando palmaditas y riendose. 

- Evidentemente es hija de su padre, seguro que se dedicaba a hacer esas cosas de pequeño.

- Por supuesto, ¿has visto esos preciosos ojos? Va a ser igual que su preciosa y maravillosa tia. ¿A que sí ahijada chiquitita?- digo haciendole una mueca graciosa. 

Ahora todos me miran con horror. 

- ¿Qué?- pregunto indignada. 

- Oh por favor, dios, no dejes que sea igual que ella- suplica Car mirando al techo. 

-¡Oye!- le reprocho. 

- Definitivamente no queremos eso- susurra Dylan, que termina recibiendo mi mal de ojo. 

Cojo a mi sobrina por los hombros y la sostengo frente a mi. En seguida coloca ambas manos sobre mis mejillas y comienza a sobarlas. 

-Yo seré tu tia favorita...

- Porque eres la única de sangre- hago oídos sordos. 

- ...te llevaré de fiesta y de compras, te pintaré las uñas y te maquillaré para tu primera cita...

- Que Luc no te oiga hablar sobre citas futuras de su hija de dos años.

- ...luego discutiremos sobre cuan incomprendida eres por los incompetentes detus padres...

- Seras perra. 

- Y te llevaré a hacerte tu primer tatuaje ilegal a los catorce años.

En seguida, la pequeña es apartada de mis brazos por su madre medio colérica. 

- ¡No vas a corromper a mi bebé, joder!- grita. Tapando los oídos de la nena por su taco final.

- Oh, por supuesto que sí, ese es mi deber junto con mimarla y ponerla en vuestra contra- digo con total seriedad. 

Nuestra estúpida perorata es finalizada por el sonido del telefonillo. Menos mal, si no tendría que alejar a la bebe de los brazos de su psicópata madre que no quiere que tenga una buena y alocada adolescencia. 

Yo no terminé tan mal... ¿no?

Cuando llego a abrir la puerta un Kyle sonriente sosteniendo sus libros me hace frente. 

- ¿Esa cara iracunda?- me pregunta bromeando. 

- Quieren apartarme de la futura influencia en Sara- respondo dando totalemente mi punto. Kyle me lo concederá. 

- Menos mal, si no, no sería bueno- me pasa de largo entrando en la casa e ignorando mis mejillas ardientes por la rabia. 

Soy una persona maravillosa, con un montón de experiencias vividas y locas para contar a mis nietos...¿espera de dónde ha salido eso? Soy la menos aburrida de todos. No me comprenden. 

Kyle y yo nos vamos a la terraza con algo de jugo y comenzámos a llenar la mesa de apuntes y libros para hacer nuestro trabajo. Decidimos hacerlo lo antes posible, para poder tener los finales libres de angustía por no haberlo hecho a tiempo. 

Desde mi lapsus en la pasada cena de jueves, Kyle me acorraló una y mil veces para pedirme perdón. No fue su culpa y terminé dandole una cachetada (amistosa) para que dejase de hacerlo. Me contó un poco más sobre su vida, sobre una chica, que, como bien dijo, había roto su corazoncito ruborizado y timido hasta que pensó que no se repararía. Pobre. En mi linea terminé diciéndole que ella era una pequeña puta que se había perdido a un increíble hombre. Logré sacarle una sonrisa mientras lo contaba, triste, pero una sonrisa al fin y al cabo.  

Después de eso, yo le conté mi historia. Nos quedamos en silencio, uno sentado al lado del otro y terminó apoyando su cabeza sobre mi hombro. Desde ese día, supe que Kyle sería una persona importante en mi vida que no quería dejar escapar. Nos habíamos conocido desde hacía poco, pero habíamos creado un fuerte vínculo tras aquella tarde de consolación y lágrimas. 

A media tarde nuestro cocinero asignado; Mitch, nos sacó un par de bocadillos y más zumo para soportar la desdicha del estudio. Cuando Sara se fue a dormir. Se nos unió Car en la mesa para poder ponerse al día con todos sus estudios. Y tras ella llegaron Dyl y Mitch. 

Cuando todos estaban absortos en sus que haceres estudiantiles, me dediqué a mirarlos uno a uno, para después mirar la puesta de sol, mientras las luces de fuera iban encendiendose poco a poco. 

Tal vez yo no era una persona completa y feliz conmigo misma en estos momentos, tal vez nunca lo fui realmente tras todo lo que me sucedió. Creo que mi infancia no fue la mejor, y mi adolescencia estuvo marcada por el abuso y la violencia. Pero ¿ahora? Ahora mismo, aquí sentada, en esta casa. Estaba con mi familia, con personas a las que amo. La sangre no forma la familia. 

La familia está formada por cariño, honestidad y protección.

Amor.

Y yo amo a estas personas. Jodidamente mucho. 

Aunque falten dos de las personas más importantes de mi vida aquí. 

Como mi tintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora