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Narra Dylan

Las horas se convierten en días, estos días se transforman en semanas, y estas semanas forman los meses; supongo que esto es evidente para cualquiera; ahora mismo, no lo es para nosotros. 

Para ninguno. 

Es complicado. Una confrontación diaria de sentimientos contrapuestos. Hemos recuperado a Luc, y tenemos a Sara, la bebe de nuestra gran familia-no-sanguínea. Verlos juntos, realmente, es algo maravilloso. Los ojos del papa se tornaban vidriosos cada vez que la veía, la sostenía o corria a socorrerla por el llanto. Ahora solo se ruboriza y hace esa sonrisa que es exclusiva para ella. Car refunfuña, porque Luc la tiene acaparada, le da miedo incluso sostenerla cerca del microhondas, dice que podría volverse radiactiva. Papa sobreprotector nivel Dios al acecho. Siempre. Luego están los dos petardos juntos, que, cuando Sara se va a dormir son tan pegajosos como los chicles de bola. Inseparables. Nos ocultaron como nació ese amor el uno por el otro, pero mierda, que me caiga un rayo encima si no es cien por cien real. Estamos esperando el día de la boda.

Luego está Mitch, es un compendio, discusiones continuas, mala temporada, la situación en casa no es la mejor, y nos altera a la mínima. Pero joder, quiero a ese tipo. Seguramente desde el primer día que quise golpearlo. Esto pasa a menudo. Hacer las paces es lo mejor con él. Y ahora me pregunto si es con quien quiero discutir y reconciliarme para siempre. Arco iris por todos lados. Nunca pensé que fuese a caer así por cualquier tipo, hoy lo justifico.

Los chicos llaman continuamente, hablan con Luc, organizan para vernos todos. Estamos ansiosos por volver a estar juntos.

Pero hay un gran vacio. Hay un hueco que duele en la casa. Se ha apagado la lucecilla, la histeria. Parece que hasta Sara lo nota.

Dani ha perdido su fuego. Su chispa. Si cuando estábamos a la espera del "regreso" estaba un poco ida, ahora está apagada. Su sonrisa no vuela hasta sus ojos, casi siempre acuosos. Sus mejillas no se sonrojan, su cuerpo más delgado no vibra. 

Y lo único que quiero hacer día tras día es buscarlo y matarlo yo, con mis propias manos desnudas. Un mes y medio, y no tenemos una señal de vida de ahora el que no se menciona. Luc trató de explicarme la situación, pero no puedo perdonarlo por ello. Dos años sufriendo, de espera continua, de escuchar su nombre a gritos por la noche. Luc se comunica con él. Parece llegarle mensajes, del tipo, estoy bien, ¿cómo vas?, no te diré donde estoy. Y Lucas se frustra cada vez. 

Narra Car


Tengo miedo. No solo mi mejor amiga que está sufriendo, puedo verlo en los ojos de Luc, de Dylan y de Mitch. Puedo ver como mi pequeña bebé busca la mirada y los brazos de su tia. Cómo la añora, al igual que todos nosotros. Siento que la hemos perdido, que la espera estos años la iba consumiendo. Pero ahora, ahora no puedo encontrarla, no puedo sacarla de ese pozo en el que se ha sumergido. 

Y me duele tanto que a veces pienso que voy a ahogarme a su lado. Mi felicidad me hace retroceder, el tener aquí conmigo a los dos amores de mi vida, Luc y Sara, me siento pésima, porque no puedo entender cómo yo he conseguido esta felicidad, este sentimiento que en realidad ella misma me regaló. Me presentó a su hermano, me acercó a él, y luego estuvo conmigo cada minuto de cada día mientras estaba embarazada, cuando Sara nació y me ayudaba con ella. Es por Dani por quien tengo que dar gracias a Dios todos los días por el maravilloso regalo que tengo ahora entre mis brazos y en mi corazón. 

Pero verla así sufriendo, me hace sentir culpable por amar a su hermano, por que él esté aquí; conmigo. Y ella no pueda tener lo mismo. 

La mujer de fuego, la llama de la familia, su histeria, su sentido del amor inconfundible, su eterno amor por todo lo que la rodea, sus esperanzas, sus sueños, sus metas. Ya no las veo, no puedo visualizarlo en sus acciones. 

No puedo encontrarla. 

Narra Mitch

Solo han estado presentes en mi vida durante un año y medio. Solo me han acompañado durante una pequeña parte de mi vida. ¿Pero saben algo? Se han convertido en mi familia. Malditas personas excéntricas, con ideas extrañas y maravillosas, jodidamente me han entregado lo que nunca tuve, una familia. Una vez fuimos personas rotas, todos, cada uno a su manera, más o menos dañados. 

Dylan, Car, Sara y Dani, daría mi vida por cualquiera de ellos. Ahora Luc, que lo conocí unas semanas atrás, pero joder, si no se hizo merecedor de una parte de mi también. El amor que tiene por cualquiera de ellos, la confianza y la honestidad que me fue entregada por su parte nada más conocerme. Gracias por cuidar a mi familia, me dijo. Mierda, ¿yo?. Doy las gracias por haberlos encontrado. Joder, incluso con sus amigos, cuando hacían llamadas locas por skype, ya me habían aceptado. 

Pero hay una persona de la que escuché desde el principio y todavía no conozco. Pero ya quiero enterrarlo vivo en el jodido desierto. 

La casa se siente triste y vacía. Cómo si tuviesemos que andar con pies de plomo. Incluso mi relación con Dylan, hombre al que amo con todo mi corazón, se siente así. Es como si uno de nosotros no puede estar al cien por cien, ninguno puede....joder no se como explicarlo bien. Pero maldita sea si no duele. Mucho. 

Las palabras no son suficientes, los gestos tampoco. 

Y creo que ninguno de nosotos sabe que hacer. 

Aparte de buscarlo y matarlo. 

Narra Luc

Esto no es sano. 

Mi corazón está totalmente dividido. Supongo que ya habeis escuchado suficiente sobre el amor aquí ¿no? pero también sobre el profuso dolor que todos sentimos.

¿Batante jodido todo, cierto?

Y no puedo dejar de pensar que todo es culpa mia. 

Por no esta ahí con mi hermano cuando debí estar. Por no meterlo en un puto avión directo a casa en cuanto vi los primero sintomas.

Todo cambió desde ese día. Mierda no había momento antes de que pasará que no hablase de Dani, que no tuviese en sus ojos y en toda su cara escrito el amor que tiene por ella. Pero desde aquel día, es como si todo se hubiese borrado. Incluso sus ganas de vivir, de volver a casa. De luchar por lo que es suyo. Todo se perdió.

Narra Travis

Duele. 

Solo hay dolor. 

Una nube llena de cenizas. 

Llamas a mi alrededor. 

Polvo. 

Miseria.

Sufrimiento. 

Caos. 

Pérdida. 

 Me estoy ahogando en un oscuro anochecer meses atrás. 

Me ahogo en botellas de patrón. En putas baratas que abren sus piernas y sus bocas, dejando su coño jodidamente extendido para que las folle por detrás. Porque no quiero ver sus caras. No puedo mirarlas a sus ojos. 

Luego caigo medio muerto en alguna habitación de algún motel de mierda. 

Y me despierto por las noches, gritando su nombre, cubierto de sudor frio, pero ardiendo por dentro, con la garganta seca y los músculos completamente rígidos. Sollozando. Y vuelvo a gritar. Me ahogo en mi propio vómito. En mis sueños perdido tiempo atrás. 

Capi un poco diferente chicas. Creo que era necesario algo así, cómo están todos, los sentimientos de Dani descritos por sus amigos. 

Espero que os guste!!! 

Un besazo enoooorme!!!!!!!

Como mi tintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora