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Demuéstralo. Demuéstralo. Demuéstralo. 

Dichosa palabra de mierda. Una semana llevo con ella en mi cabeza dándole vueltas y más vueltas. Camille tiene razón, nunca lo entenderé, nunca sabré todo lo que sufrieron allí. ¿Pero qué diablos le voy a demostrar si ni si quiera me dirige la palabra? No me cuenta lo que pasó, no me dice que hace un día soleado... es un "buenos días" y "buenas noches" 

¿En serio?

¿De verdad? 

Es él quien se apartó. No yo. Pudo sufrir mucho, pero, mieda, soy yo, ¿no se supone que me amaba? ¿qué puede compartir y confiar en mi todo lo que quiera y necesite? ¿dejó de hacerlo? ¿demasiado alcohol?¿demasiadas putas?

Yo como una maldita gilipolas, aquí de celibato, con mi amigo el vibrador, y resulta que él no ha sufrido eso para nada. 

¿Es mi orgullo? el que me impide ser a mi quien de el primer paso, tal vez. Pero oye, yo también he sufrido ¿no? creo que incluso todavía estoy en jodido shock por tenerlo en mi casa ¡En mi casa! Viendo como interactúa con todos, menos conmigo. Cómo desayuna sentado al lado de Camille, será lesbiana, pero es una tia, y Travis está más bueno que nunca, cualquiera caería en sus malditos encantos. Se evaden entre ellos dos por las tardes, bajan a la terraza o a la piscina, y yo ahí a veinte metros, observando como habla con ella, como hace contacto físico con ella, mínimo, pero lo hace. Le roza la mano, le da un beso en la mejilla, la arropa en su brazo...joder, yo tengo que ser ella. Pero no. Eso no está pasando. 

Ahora son Mitch y Dylan, Luc, Car y Sara y Travis y Camille. ¿Hola? ¿Y yo?

Están todos viviendo en mi puta casa, siete personas viviendo en mi casa y me siento...me siento más jodidamente sola que nunca. 

Siento que no encajo ni en mi casa ¿qué diablos? 

Nadie me ve, nadie intenta hablar conmigo, nadie viene a abrazarme a mi. Joder, soy yo la que no entiende una mierda, soy yo la que está sola. 

¿Qué ocurre? ¿Llega Travis y por inercia tengo qué estar bien? No me habla, maldita sea. 

Vemos una película todos juntos, y ¿quién es la qué está apartada en la esquina de su propio sofá? oh mierda. Has adivinado. Mini punto para ti. Si. Yo. 

La conclusión final después de tres días con esa rutina de mierda tras su llegada, me aparté. Sí, como lo oyes. Me fui a estudiar a la biblioteca con Ky, comía en la cafetería con Ky. Un dia incluso dormí en su pequeño apartamento encima de la ferretería de su tio, el cual es una persona bastante maravillosa, y desde ahí llevo dos noches durmiendo con él, hablando horas y horas. Si, en definitiva en un maravilloso amigo, además creo que ninguno ve al otro de manera distinta, lo que es un super plus en la relación. ¿Por qué es el único que lo ve? ¿Por qué es al que menos tiempo llevo conociendo y el único que sabe como me siento y me apoya? Un simple abrazo suyo hace que quiera quedarme ahí permanentemente , como la jodida vieja de pocahontas que esta en el árbol, pues eso, ahí incrustada. Que no me deje ir. 

¿Pero alguien se ha dado cuenta de que ni siquiera llego a dormir a casa? No. Para lo único que voy es para recoger algo de ropa para el día siguiente. 

O por lo menos, ni preguntan, ni se preocupan. 

Todo el mundo está super feliz ahora ¿verdad?.

- Dani, llevas como media hora mirando al vacío- me saca Ky de mis pensamientos susurrando. Observo los folios que tengo delante y si, efectivamente, están igual de blancos que hace media hora. 

- Lo siento- digo frotando mis manos por mi cara. Giro la cabeza de un lado a otro, mirando a los estudiantes llenos de cafeína con sus ojos concentrados en libros, ordenadores y apuntes. 

- ¿Quieres ir a por algo de café?

- Si, yo invito está vez, no te muevas ahora te lo traigo- asiente. Yo no estaré haciendo una mierda, pero Ky está como poseído escribiendo, y cuando eso pasa, es mejor que no se mueva del sitio, porque tiene la misma concentración que un sapo. 

Voy hacia la máquina que está fuera con algunas monedas sueltas, y mi móvil recien encendido en mano. Tres mensajes. El primero de Dylan. 

*Oye donde andas??*

Paso de contestar. El segundo es de Car. 

*Vamos a cenar mexicano que quieres de beber?? :)*

Contesto rápido. 

*No voy a cenar*

Y el último de Luc.

*Traeme tabáco cuando vuelvas*

Ni contesto. Cojonudo. 

- Gilipollas- susurro. 

- Wow lo siento- me giro rápidamente para ver a un chico con las manos alzadas disculpándose y una gran sonrisa. 

-¿Perdona?- digo confundida. 

- Te pregunté si ibas a pillar algo de café ya que estabas tardando y me llamaste gilipolas- responde todavía sonriendo con una mirada interrogante. 

- Yo... lo siento no iba para ti. No estaba escuchando- digo un poco trastocada, tiene los ojos grises más increíbles que he visto en mi vida. 

- No te preocupes, pero...¿vas a coger ese café?- dice señalandome la máquina.

- Mierda si, estoy despistada, solo eso. 

Cojo los dos cafés ardiendo y trantando de hacer malavares. Me fijo bien en él, su pelo es tan corto que no se ni de que color es. facciones duras pero relajadas cuando sonríe, vestido todo de negro, un piercing en la ceja y tatuajes. Guapo, muy guapo. Muerdo el aro de mi labio, disimuladamente, lo he cogido como manía cada vez que me dedico a pensar. 

- Bonito tatuaje, el del cuello- me dice mientras me voy. Miro hacia atrás pero ya no estaba prestándome atención si no que estudiaba los cafés que hace la máquina, como si nunca lo hubiese hecho antes. Creo que lo dijo intentado que no lo escuchase. 

Sigo caminando para entrar otra vez y llegar a mi sitio. El tatuaje del cuello, las alas. Un escalofío me recorre y no se por qué, pero no me da un buen presentimiento. Vamos, es caliente hasta la muerte ¿no? pero esa sonrisa ladeada y esos ojos creo que podrían contar bastantes historias. 

Me concentró en mi trabajo tras darle el vaso térmico a Ky, pero manteniendo a la vez un ojo en la puerta que conecta la biblioteca con el hall, donde está la máquina de café. Pero el chico simplemente no vuelve a aparecer. 

Terminamos nuestras cosas y nos marchamos fuera del campus en mi coche hacia el departamento de Ky. Otra vez dormiré allí. 

Una vez ya duchados y con el pijama puesto pasamos como unas dos horas hablando, y cuando estamos a punto de irnos a la cama, mi teléfono suena. Es Dylan. 

*Ven como la mierda corriendo a casa. Problemas jodidamente graves.* 

Como mi tintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora