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- Hacía tanto jodido tiempo que no hacíamos esto, pequeña.

Una risilla se escapa desde mi garganta, aunque suena ronca, y la verdad, poco graciosa. 

- Lo habíamos dejado- susurro. 

- Si, bueno, ¿un porro al año no puede hacer daño no?- ahora la risita estúpida se nos escapa a los dos. 

Gateo los dos metros que me faltan para llegar al congelador. Hubiese respondido si solo hubiese sido uno, pero la verdad, es que acabábamos de fumar el quinto porro de la tarde entre los dos, y el hambre y la sed, que produce su perfecto y cálido humo estaba dejándome seca por dentro. Las Bud que estabamos cargando ya no hacían su efecto. Tarde de borrachera y drogas blandas. No lo hacía desde que prácticamente me agarre un como etílico cuando me enteré que mis dos chicos se marchaban al jodido ejército. Sobria, serena y casta durante dos años. Exceptuando Las Vegas, si...aquello fue un impás, un "yo no hice eso...o puede que si".

Abro la puerta con piernas flojas y saco helado...helado, bendito sólido que se derrite, fresquito, dulce y maravilloso, dulce. 

Me las apaño para coger dos cucharillas y regreso a mi sitio, sentados en el suelo de la cocina, con las piernas estiradas y apoyados en la isla. Es bueno que Car se llevase a Luc y a Sara a no se donde. Mitch estaba haciendo un trabajo, y los chicos seguían durmiendo, Ryder se había marchado a algun lugar que no recuerdo, o no me dijo, y Travis había acompañado a Camille a ir de compras. De.Compras.Solos.Para.Que.Ella.Se.Comprase.Ropa. 

Hijo de puta. 

Esa tia podía ser lesbiana, pero no la quería cerca de mi hombre...¿qué mierda? ¿MI hombre?

Nah.

- ¿Recuerdas cuando nos bañamos desnudos en el rio Tahoe?- pregunta Dylan con una sonrisa rota, susurrando para que nadie nos escuche. Aunque estemos solos. 

- ¿Qué vez?- pregunto en su mismo tono de voz. 

- Mierda...cuando follamos después, creo. No ese fin de semana follamos mucho en realidad. 

- Éramos unos malditos adolescentes desquiciados y hormonados- digo riendo, y por supuesto recordándo. 

- Si...el recuerdo más vívido que tengo fue verme luchando para abrir la caja de condones- dice mi amigo medio drogado y muy borracho. 

- Son obra del diablo esos paquetes de cartón, son jodidamente imposibles- respondo como si estuviese haciendo una investigación en mi cabeza. 

- También lo pienso. ¿No se supone que debería de ser fácil de abrir? Digo, cualquiera se desesperaría y lo mandaría a tomar por culo ¿no? al final no utilizaría condon y las enfermedades serían contagiadas. 

- Si no fueses gay, el mundo estaría repleto de mini Dylans y existiría una enfermedad exclusiva, se llamaría V.I.Dylantitis- en mi cabeza se que la seriedad con la que estamos hablando es realmente absurda. 

- Son como los abre fáciles. Pura mierda. El otro día tuve que coger el cortador eléctico de Car,el que usa para cortar mierdas de cera (Bloques de cera sólida que se tienen que cortar y luego derretir, como las perlitas de cera, pero en bloque) para afeitarse las piernas para poder abrir una puta lata de atún.

-Eso es jodidamente asqueroso Dylan- hago una mueca de puro asco. 

-Lo se- dice medio compungido. 

Escuchamos abrirse la puerta de entrada y nos mirámos el uno al otro como si fuesemos niños que han sido pillados robando chucherías en la tienda. Mitch mataría a Dylan y Car me asesinaría a mi por hacer esto en el mismo sitio donde Sara vive. Podrían tener razón. Nos agachamos retorciéndonos, aunque evidentemente no pueden vernos. Cuando miro hacia Dylan este está con el bote de Nutella acurrucado en el suelo, lo peor es que yo estoy en la misma posición pero con helado. Y estamos rodeados de botellas de cerveza. 

Como mi tintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora