DIAMANTE -borrador

capítulo 14

Cuando por fin sonó la última campana del día y recogi mis cosas, Xemerius entró atravesando la ventana.

-No, antes de que mires, tu querida piedrecita no está esperándote. Lo siento, cielo. La que sí te espera es la de alemán, ¿eh?

Suspiré. Al menos así no tendría que aguantar las bromas de Leslie, las miradas asesinas de Charlotte o la risa y comentarios sucios de Raphael. Pobre Gideon, que tendría que aguantarlo en su casa... Me daban escalofríos sólo de pensarlo.

-No ha venido, ¿no?-preguntó Less recogiendo sus cosas. Negué con la cabeza.

-Como te haga algo, juro que lo matare entre horrible sufrimiento. No me importa que sea el hermano de Raphael, de veras. Lo mato.

-Oh, creéme, Leslie, si le hace algo ya me encaragaré yo de hacerle sufrir-añadió Raphael. Le dirigí una mueca.-Cualquier cosa con lograr que no la tomes también conmigo...

-Oh, ¿te doy miedo?

-Normalmente no, pero tu ira me impone mucho. No quiero saber qué eres capaz de hacer con un cuchillo o unas tijeras a los chicos malos...

-¡Raphael!-le dije. Él huyó de mí entre risas. Con un suspiro agarre la mochila y me dirigir con mi amiga a la sala de profesores. Allí preguntamos por Frau Keller, pero nos dijeron que ya se había ido, que había dejado recado de hablar conmigo mañana antes de primera hora.

Genial, mi día de mañana pintaba estupendo.

Leslie me dirigió una mirada de lástima y continuó hablando.

-No, ahora en serio. Como ese idiota vuelva a pasar de ti, ya puede ir olvidándose de todos sus sueños felices y los propósitos de su vida. Sobre todo después de lo de anoche...

Mi amiga me miró alzando las cejas con aire insinuante, y empecé a perseguir la entre risas y gritos, intentando pegarle o hacerle cosquillas. Pero no pude llegar a tocarla, porque en la puerta del edificio había una densa muchedumbre que impedía que saliéramos con facilidad. Por supuesto, Leslie fue abriendo paso entre comentarios sarcásticos, y logramos salir de entre le gente y ver la causa de tanto alboroto.

-Gwenny, creo que SÍ que ha venido alguien a recogerte-dijo Raphael, apareciendo de entre los chicos con expresión asombrada.

Y con razón.

Gideon había aparecido en medio del patio del colegio, con una moto. Y vaya moto. Hasta yo, que no tenía ni idea de cachivaches a motor, podía ver que ese trasto era bueno. Y que costaba una pasta.

-Uff, parece que el cerebro de serrín se ha comprado una moto. ¿Volará por la noche, como las motos vampíricas de Cazadores de Sombras?-soltó Xemerius escupiendo un buen chorro de agua al pie de las escaleras. Capté el doble sentido de su frase, pero no le hice caso. Tal vez así dejaría de meterse conmigo o de llamar Drácula a Gideon.

Se quitó el casco, mostrando el pelo revuelto bajo este, y me sonrió, encontrándome entre la gente.

El codo de Less se clavo en mis costillas.

-Ese es el traje que llevaba anoche, ¿verdad?

Asentí tras un rápido análisis de su persona. Sin pajarita y con la camisa bastante arrugada ya, pero era el mismo.

-Pues a mí que ese ha estado descansando de vuestro encuentro hasta hace bastante poco. Algo me dice que se acaba de levantar de la cama.

Alce las cejas como única respuesta. Suertudo. ¿No se suponía que él era el responsable y todo eso?

-Gwendolyn, me está costando contenerme para no ir a decirle a mi hermanito un par de bromas bastante cachondas sobre vuestra nochecita. Así que o vas tú o voy yo.