capítulo 57

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Estoy falta de neuronas. Es posible que no tenga mucho sentido. Si encontraba algún error, avisadme y lo cambio.
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FRAGMENTO DE LOS ANALES
14 de mayo de 1915
Lady Tilney ha insistido en elapsar en el exterior. Dice que aprovechando que se puede salir del sotáno, al menos en el pasado, que no va a desaprovechar la oportunidad, y se ha mostrado intransigente cuando hemos intentado convencerla de lo contrario. Al final, los gemelos Turmalina han aceptado, siempre y cuando en la actualidad se mantengan en el interior. Lady Tilney ha aceptado contenta y se ha llevado al pasado dos cestas de picnic llenas de sándwiches de pastrami y pepino. Cada vez estamos más seguros de que las mujeres son un peligro, y la sociedad parece pensar lo contrario...

Jonathan devilliers, círculo interior.

Contraseña del día: tempus fugit
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Algo se removió bajo mi cabeza, haciéndome dar un respingo y levantarme de golpe. Chocando contra otro algo desconocido y haciéndome daño. Y, encima, había mucho ruido.

-Ups, chica pajar. Creo que estas un poco pérdida no? Aún no ha despegado, seguimos en marte...

Parpadeé con fuerza mientras mi abotargado cerebro se esforzaba por procesar la información.

-¿En Marte?

Xemerius hizo un ruido de fastidio con la boca, divertido.

-Claro, te ofreciste voluntaria a la misión de la NASA despechada por estar separada de tu piedrecita brillante taaaaanto tiempo...

Se me escapó una risa, y Raphael, en cuyo hombro estaba dormida, se removió un poco más. Leslie también dormía recostada en el asiento, así que debíamos de ofrecer una estampa curiosa. Los tres tumbados uno encima de otro como piezas de dominó destrozadas.

Sí, estaba muy animada. Me dije que tal vez era el cansancio, pero no estaba muy convencida.

-Vaaamos, dentro de poco tu suegra de pondrá bien, y tu piedrecita brillante podrá llevarte a retozar...al sofá, a la cama, al siglo pasado y al anterior, al parque -dijo Xemerius mientras enumeraba con los dedos los lugares que iba diciendo.-a...las cuadras, a...

Me reí e hice el gesto de taparle la boca, sin conseguir nada, obvio. Xemerius siguió enumerando lugares, uno detrás de otro. Cuando dijo "bajo el bigben le pegué un tortazo, intentando espantarlo entre risas.

-¡Estás exagerando, Xemerius!

-Soy un daimon precioso y bien educado, nunca exagero.

-Oh, callate...

-Rapha...-susurró Less en sueños, y se pegó un poco más a su novio. Eran tan monos... Miré a Xemerius.

-Dios...¿pero que tienen en los genes estos dos idiotas de Villiers?-soltó con expresión ofendida. Pero sí que tenía un poco de razón.

...

Tras subir a la limusina, a la maldita limusina que empezaba a tener la forma de mi trasero incrustada en el asiento, y salir del aeropuerto bajo la presupuesta lluvia londinense, Less y Raohael volvieron a quedarse dormidos. Luego Xemerius se metía conmigo y con Gideon. No era justo.

Al fin llegamos a casa, y me sentí más feliz de lo que pensaba al entrar. Olía a hogar. Y a la cena de domingo, lomo asado y puré de patata. Y a Caroline, la cual se había lanzado a mis brazos nada más poner un pie en el umbral de la puerta tras despedirme de la pareja de dormilones.

-Ehh, sólo he estado fuera unos días, Caroline...

Pero ella no me soltaba. La llevé al piso de arriba en brazos, casi chocando con Nick en las escaleras, quien me saludó con una enorme sonrisa. Dejé a Caroline en el suelo junto a la puerta del salón, donde estaban mamá , tía Glenda y Lady Arista.

-Oh, ya has vuelto...-dijo Glenda. Mamá la fulminó con la mirada y se levantó a abrazarme.

-¿Qué tal, cielo? Tendrás muchas cosas que contar, ¿no?

Asentí, sonriendo, mientras notaba la mirada de la arpía pelirroja sénior en la espalda. Que bien se sentía estar de nuevo en casa. Nótese la ironía.

Por suerte, no me encontré con la arpía pelirroja junior hasta la hora de la cena, lo que era inevitable, pero al menos me había dado tiempo de cambiarme de ropa y ducharme después del viaje.

-¿Qué tal París?-dijo, la envidia y los celos muy palpables en su voz, nada más abrí la puerta del comedor para entrar. Tragué saliva e hice acopio de fuerzas, iba a ser una cena muuuuy larga.

-Oh, muy bien. Mejor tiempo que aquí.

-¿Hablando del tiempo? ¿En serio Gwne?-dijo Xemerius. Estaba colgado de su puesto habitual en la araña de cristal, y le faltaba el cuenco de palomitas para ver la discusión desde sitio tan privilegiado.-Eso es caer muy bajo en la cobardía...

Le dirigía una mirada sería. Cobarde él, que se limitaba a mirar las peleas desde lo alto.

-¿No OS llovió, cielo?-preguntó mamá. Negué can la cabeza, metiéndome una cucharada enorme de puré en la boca.

-¿Y Selina? ¿Como está ella?-preguntó Charlotte con expresión preocupadas. Casi escupí el puré sobre el plato. Era una expresión tan...prepotente la de su cara...empezaba a parecerse a sharpay evans.

-Dangerous area, baby-grazno Xemerius desde la lámpara.

-Mejor,¿no te lo dijeron? Despertó hace tres días. Aunque aún no aguanta mucho rato despierta, y tiene cierta amnesia, pero parece que los daños cerebrales han sido mínimos-solté con mi mejor expresión sería e inocente. El tenedor de tía Glenda rechinó contra el plato.

-Sigo pensando que este viaje ha sido MUY precipitado. Y sin nadie de la familia-puso una expresión de desdén-no es apropiado.

¿En una dama? Madre mía. Las cenas en casa eran aún peores de lo que las recordaba.

De repente, la tía Maddy se puso tensa. Apretó los puños a ambos lados del plato, y abrió mucho los ojos, con la mirada pérdida.

-Oj, no...-susurró mamá. Nick y Caroline la miraban, asustados. Siempre que la tía Maddy tenía una visión nos asustábamos todos.

-Veo...un reloj. Un reloj que va hacia atrás. ¿Porque? Y...es Gwen. Gwen está junto al reloj. Con...un león enorme descansando en el regazo. ¿Qué pasa ahora? ¿Porqué están asustados? ¿No oís eso? ¡Apartad del reloj! ¡Es peligroso!

Oh, oh... Noté el jersey mojado donde Xemerius había escupido, y la mano con la circulación cortada de lo fuerte que Caroline me la estaba esrujando. Entonces, la gía Maddy se puso en pie, golpeando la mesa y tirando un par de copas de agua. Alzó las manos, como si quisiera sujatar a alguien que caía, y soltó un grito.

-¡¡¡Gwendoly!!!¡No Saltes!

Charlotte agarró a tía Maddy, sacándola de su trance, antes de que nadie pudiera evitarlo. Me miró, pálida.

-¿Por qué lo hiciste?¿Por qué saltaste?

-¿Qué había abajo? ¿Donde saltaba?

Mamá me pegó un codazo, pero no le hice caso.

-Nl lo se, me he despertado antes...

Maldita Charlotte. ¿Ahora que? Media visión no me decía nada, y hasta el momento se habían cumplido todas. Tragué saliva, y recoloué a Caroline en su silla.

-Bueno, sigamos cenando-dije. No quería que hablaran más sobre la visión, tenía muy mala pinta. Aunque tampoco tenía hambre.

-¿Por que saltabas, Gwendolyn, cielo?-preguntó tía Maddy, mirándome triste. Nadie había tocado su plato. Todos me miraban.

-Creó que ya no tengo hambre-dije. Me puse en pie y salí de allí. Necesitaba respirar.

DIAMANTE -borradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora