Madame Rossini empujó a Gideon fuera del taller y nos echó la bronca por llegar tarde. Luego le echa un vistazo a mi pelo y a mi cara, sonrojada, ojerosa y con la boca hinchada, y alzó la mirada al cielo.
-¡Oh, l'amour, l'amour! Pero voy a gegañag a ese rebelde por despeinarte de esa manera. ¡El cabello de una joven no debe lucir así nunca, n'estcepas?
Asentí, dócil, y me dejé arrastrar por la modista hasta detrás del biombo donde se deshizo de mi uniforme con una mueca de desagrado. Aparentemente, pese a los arreglos que le había hecho, la prenda seguía sin hacerle mucha gracia. Me dejé hacer mientras escuchaba los halagos que me dedicaba Madame Rossini y las quejas que proferir contra los Vigilantes en general y Gideon en particular. En apenas diez minutos estaba metida en un soso vestido de color mostaza con escote de marinero beis, con el pelo en ese extraño moño abombado y pendientes de ámbar, y mis ojeras habían desaparecido como por arte de magia. La marca roja de mi cuello se seguía viendo, pero estaba oculta bajo un curioso escote abultado que quedaba dentro del cuello-por suerte, porque no quería ni imaginar la cara de Paul si se daba cuenta. Probablemente la venganza de Leslie sería poca comparada con lo que mi padre podía hacerle a Gideon.
-¡Et superbe, mi pequeño cueshecitó de cisne!
-Tiene razón, Madame Rossini, está perfecta-dijo una voz desde la puerta. Madame Rossini se dio la vuelta, furiosa, para ver a Gideon apoyado en el marco de la puerta divertido, vestido de época-sin sombrero, por suerte- y mirandome con ojos brillantes.
-¡Pero bueno! ¿Cuánto rato lleva ahí, petitrebel?
-El suficiente, Madame.
La modista alzó la mirada al cielo y, tras dedicarme una sonrisa, desapareció entre las perchas. ¿Cómo se podía ser tan educado al decir algo tan... maleducado? ¿Y ser tan guapo estaba permitido?
-¿Vamos, petite cuello de cisne?-preguntó Gideon ofreciéndome la mano. La tomé, agradecida, y salimos del taller.
Un hombre desconocido, canoso y estirado, nos abrió la puerta con expresión seria.
-¿Todos los mayordomos de 1912 eran tan horriblemente serios? Pensaba que Mr Millhouse eravla excepción, Mr Bernard es muy simpático y siempre se ofrece a ayudar con cualquier cosa, de ephecho, fue él quien nos ayudó a sacar el cronógrafo de la pared. Pero...
Lucy apareció en lo alto de las escaleras y bajó casi corriendo. Paul fue un poco más formal, pero también sonrió al vernos en el vestíbulo. Bueno, la sonrisa se torno un poco tensa al fijarse en nuestras manos unidas.
-¡Me alegro de que hayáis podido llegar bien! Tengo ganas de enseñarle toda la casa despacio y bien, y...
Mi padre-qué raro sonaba eso-apoyó una mano en el hombro de Lucy, que se calló y le miró sonriente.
-Primero vamos a tomate un té, ¿sí?
Paul me puso una mano en la espalda y me empujó para que pasara primero al salón.
-¿Hay alguna carta de mis hermano?
-Sí. Ayer hubo una cena en la que hablaron sobre la situación actual. Decidieron básicamente que la logia continuaría con sus funciones, pero ahora se centararán en investigar qué nos permite viajar, cómo funciona el cronógrafo...
Paul asintió, conforme.
-Oh, recuerdo esas cenas. Eran increíblemente aburridas-comentó Lucy. Paul le dirigió una mirada irónica. Me pregunté qué habría pasado en una de esas cenas para esa mirada.
Lucy tiró de un cordel que había junto a la chimenea para llamar a la doncella.
-Me gusta el salón. Es muy...muy vosotros-comenté.-Os pega.
Gideon me fulmino con la mirada. Vale, fue el equivalente a un empujón amistoso en mirada, pero su intención era la de fulminarme. Oh, mierda, en este siglo no se decía "os pega". Bah, da igual.
Me acomode en la silla, de madera blanca con tapicería celeste claro.
-Pues todo lo eligió Lady Tilney, prácticamente.-dijo Paul. Y con cierta añoranza, añadió-yo ni siquiera he podido montar un mueble de IKEA...
Se me escapó la risa. Gideon me dio un codazo, pero él también sonreía. Mientras la doncella llegaba, intercepté un curiosos juego de miradas entre mis padres, que me despertó la curiosidad. ¿Qué pasaba?
La doncella llegó por fin, con la cofia un poco torcida, pero Lucy no pareció darse cuenta. Seguro que Lady Tilney sí la hubiera regañado. Cuando volvió con el té y cogí una taza, vi como Lucy le hacía una mueca a Paul señalándonos con la cabeza bastante bruscamente y con mirada asesina. Paul le devolvió ora mueca y Gideon se atragantó con el té al verlos. A mí me dio la risa. ¿Qué demonios pasaba ahí?
-Ejem, ejem. Gwendolyn, queremos decrte algo...-empezó Paul. Se le fue poniendo una sonrisa enorme en la cara. Oh, Dios. Tenía ciertas sospechas sobre lo que podía ser.
-Estoy embarazada-dijo Lucy.
-Vas a tener un hermanito...o hermanita-dijo Paul a la vez. Y los dos se miraron riendo y cogiéndose de las manos sobre la mesa.
Oh.
Vaya.
Me miraron, un poco a la defensiva.
-Eso es... Fantástico-dije. Me di cuenta entonces de que estaba punto de llorar. No me había pasado cuando Grace me dijo que iba a tener un hermano, a Nick, ni tampoco con Caroline. Pero estaba segura de que nunca iba a tener más hermanos, y desde que papá (o sea Nicolas) murió, aquello había sido imposible. Y me encantaban los niños. Sobre todo mis hermanos.
Así que empecé a hablar para que no se notara que estaba a punto de llorar.
-¡Creo que es fantástico, de veras! Siempre he querido tener un hermano pequeño. Bueno, ya tengo a Nick y a Caroline, pero...
Al mismo tiempo, Lucy empezó a hablar, con ese hábito que yo había heredado de ponerse a hablar cuando estás nervioso.
-...tomar bien, porque al fin y al cabo te acabamos de reencontrar, y tú te acabas de enterar de que somos tus pares, y tal vez era demasiado, pero...
-...dijo que era un niño adorable y que...
Paul y Gideon se miraron y empezaron a reírse, y Lucy y yo les miramos y empezamos a reírnos también, pero las lágrimas caían por nuestras mejillas a la vez. Paul brazó a Lucy, que se rió en su pecho mientras él le besaba el pelo, recogido en uno de esos horribles moños de este siglo.
Gideon me tomó de la mano y me la acarició en círculos suaves disimuladamente.
Entonces, una voz conocida carraspeó desde la puerta del salón. Lady Tileny, que nos miraba reprobadora.
-¿Por qué cada vez que tomo el té con vosotros la cosa acaba en lágrimas?
ESTÁS LEYENDO
DIAMANTE -borrador
FanfictionTodos conocemos la preciosa historia de Gideon y Gwendolyn. Pero, ¿Qué pasa después de Esmeralda? ESTA HISTORIA ES UN BORRADOR. LA VERSIÓN FINAL ESTÁ EN MI PERFIL BAJO EL MISMO NOMBRE. CUANDO ACABE DE SUBIRLA PROBABLEMENTE ESTA SEA ELIMINADA PARA EV...