N/A: Problemas en wattpad. No me deja escribir más de mil palabras, así que voy a tener que dividirlo en varias partes. Lo siento:(
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Me daba miedo encontrarme con su mirada sobre mi cuerpo. Pero cuando alcé la vista y mis ojos se cruzaron con los suyos me di cuenta de que no había de qué preocuparse. Me miraba con las pupilas muy dilatadas, y cuando levantó la vista de mi cuerpo y me miró, en sus ojos sólo vi deseo y... algo parecido a la adoración. Pasó la punta de los dedos con mucho cuidado, como si temiera hacerme daño u ofenderme, siguiendo la línea del escote de la combinación que me había tenido que poner para sujetar las ligas de las medias, mirándome con cierto aire interrogante en sus ojos verde brillante. Eché la cabeza hacia atrás y cerré los ojos cuando se acercó y me besó bajo la oreja, con cuidado. Era tan cuidadoso... Y, ¿cómo podía seguir mirándome con ese adorable aire dubitativo cuando yo acababa de quitarme el vestido delante de sus ojos? Antes de que comenzara a bajar la boca por mi cuello le sujeté del cuello y bajé mi rostro. Necesitaba que mis labios se encontraran con los suyos con una urgencia desconocida. Entre jadeos me empujó de nuevo contra la cama, aunque ahora era mucho más consciente de que entre nosotros apenas estaban mi ropa interior y sus pantalones de traje. Ay, mi, madre.
Entonces, de repente, se detuvo. Dejó de devolverme los besos, hasta que le miré, su cuerpo cerniéndose sobre el mío, apoyándose en los codos para que no soportara su peso.
-Gwen... Esto no...
¿Qué? Ah, no, ni hablar de eso. No. Si se detenía otra vez, tendría que considerar muy seriamente dos cosas: o le gustaban los hombres o yo tenía un problema serio con mi forma de besar.
-¿No... quieres?
Su mirada, ya de por sí enfebrecida, era irónica, como si se estuviera riendo de un chiste privado.
-¿No quiero? Claro que quiero, es sólo que... Yo nunca...
Se quedó callado. Ahora Gideon parecía... ¿avergonzado? Curioso.
-Realmente esto nunca me ha importado, y ahora... No quiero que sea algo de lo que luego nos arrepintamos. No sé si esta es la situación o el lugar adecuados, y...
Le puse le mano en la boca, callándole.
-¿El Ritz te parece un mal sitio? ¿Habías planeado algo mejor?
Su expresión era divertida ahora.
-Tal vez. Pero...-su mirada se deslizó hasta mis labios.-creo que tienes razón. No quiero detenerme más.
Y me besó de nuevo. Sus labios sabían a dulce derrota, y los míos a victoria.
Entonces fue cuando noté su mano en el borde del sujetador. Me tensé instintivamente, y él me sonrió, tranquilizándome. Con dulzura me acarició la mejilla, sus labios rozando los míos con cuidado, tentándome, pero sin dejarme besarle en serio. Su mano fue bajando despacio, sin que sus labios dejaran de provocarme. Llegó a mi espalda, buscando el cierre del sujetador, y esta vez le dejé, respirando hondo.
-Mierda-susurró. Se me escapó una risita al notable peleando contra los ganchitos de mi espalda. Me dió un golpe de broma.
-No tiene gracia.
-Apuesto a que eres capaz de desabrochar un corsé con una sóla mano.
Me di cuenta demasiado tarde de que no era gracioso, pero Gideon se había separado y me miraba serio.
-No sabes lo que me gustaría que no pensaras eso...
-Lo siento...-susurré acariciando su sien con cuidado. Me sonrió triste.
-No lo sientas.
Se dejó caer a un lado, mirando al techo. Me dolió.
-Gideon...-susurré bajito. Sin saber qué más decir, le besé. Esta vez despacio. Tenía que demostrarle que no me importaba, qur sabía que había cambiado desde el primer momento en que le había conocido, Gideon el cretino superior y machista... Llevé las manos al broche del sujetador y lo deshice yo misma.
Noté la prenda caer sobre las sábanas y un escalofrío me recorrido. No sé muy bien si porque en la habitación hacía fresco (yo tenía mucho calor) o porque los dedos de Gideon iban recorriendo cada centímetro cuadrado de piel al descubierto con manos ligeras, como el roce suave del ala de una mariposa. Pero aquellos toques tan suaves no hacían sino enamorarme y encenderme aún más. De repente me asaltó una duda estúpida. La puerta estaba cerrada, ¿no?
-¿Qué harías ahora si alguien entrara?-pregunté entre besos. Noté su cuerpo temblar por la risa.
-Probablemente, parar. Aunque me molestaría bastante. Ahora fui yo la que se río. Me separé para respirar, y él aprovechó para darse un paseo por mi cuello. Le sujeté la cabeza mientras me besaba bajo la barbilla y se me escapaba un gemido. Le empujé el pecho con suavidad para colocarme a su lado, ambos tumbados paralelos, con sus manos en la cintura y sus labios en mi hombro. Oh, Dios. Tiré de su rostro de nuevo hacia mí y empecé a besarle aún más intensamente. Me estaba volviendo loca.
-Por cierto-dijo Gideon entre beso y beso.-deberíamos parar si no estás tomando nada, porque no...
Mierda. Si había algo para lo que no estaba preparada era para hablar de sexo con él. Justo con ÉL. Y en esa situación, encima. Pero no dejé de besarle y le interrumpí.
-Less es muy precavida-dije simplemente.
-Genial-dijo volviendo a girarse para quedar sobre mí, ahora en el centro de la revuelta cama, y apoyando los codos a ambos lados de mi cabeza. Me miró, muy intensamente, sus pupilas tan grandes que el verde había quedado reducido a un fino cerco apenas visible, con algunos mechones de pelo húmedos y pegados a la sien por el sudor.-Porque tener que parar por eso hubiera sido bastante peor que hacerlo por culpa de un visitante inesperado.
Me reí bajo su cuerpo.
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DIAMANTE -borrador
Hayran KurguTodos conocemos la preciosa historia de Gideon y Gwendolyn. Pero, ¿Qué pasa después de Esmeralda? ESTA HISTORIA ES UN BORRADOR. LA VERSIÓN FINAL ESTÁ EN MI PERFIL BAJO EL MISMO NOMBRE. CUANDO ACABE DE SUBIRLA PROBABLEMENTE ESTA SEA ELIMINADA PARA EV...