DIAMANTE -borrador

especial Gideon 21 K

Si, ya me pongo las pilas con los especiales...
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Este va a tratar sobre el primer beso de Gideon y Gwen. Dedicado a @marstar14 por su idea, su constante apoyo (y toneladas de ardillas xd).
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-¡Corre!-grité, y desee para mis adentros que Gwendolyn, por una vez en su vida, me obedeciera. Sorprendentemente, lo hizo, y echó a correr hacia la esquina. Le di un empujón a Millhouse, intentando quitármelo de encima.

-¡Habla con tu abuelo! ¡Pregúntale por el caballero verde!-gritó Lucy antes de que Gwendolyn desapareciera. Menuda estupidez. ¿Caballero verde? ¿En serio?

Rápidamente, eché a correr detrás de Gwendolyn, dejando a Lucy, Paul y al mayordomo en la puerta de casa de Lady Tilney.

Enseguida alcancé a Gwen, la cual estaba pálida y despeinada. Me encontré mirando fijamente sus brillantes ojos azules antes de sacudir la cabeza y dar un par de pasos más para alejarnos del campo de visión de la casa.

-Gracias-le dije. ¿Qué? ¿De verdad pretendía decir gracias por haberme hecho caso? Eso era lo que se suponía que tenía que hacer, no debía agradecérselo...-Si la hubiese perdido nos hubiéramos visto en un apuro-dije mientras guardaba la pistola, antes de decir una tontería.-Sigamos por aquí.

Gwendolyn miró a su alrededor con aire preocupado.

-¿Nos persiguen?

-No creó. Pero, por si acaso, será mejor que corramos.

Y echamos a correr hacia la iglesia.

-¿De dónde ha salido el tal Mr Millhouse tan de repente? Todo el rato he estado vigvigilando la escalera-dijo ella con el ceño fruncido, sin dejar de correr.

-Seguramente hay otra escalera en la casa. No había pensado en esa posibilidad.

-¿Y dónde se ha metido el Vigilante de la calesa? Se suponía que tenía que esperarnos.

Me estaba empezando a poner muy nervioso. Desde que ella había aparecido, todo estaba yendo de mal en peor. Primero el ataque de Hyde Park, luego todo este lío de curiosas miradas, gestos y...nombres. ¿Caballero verde? ¿En serio?

-¡Qué se yo!

-¿Y quien es el caballero verde?

Dios, esa chica soltaba más preguntas en un minuto de las que hacía Charlotte en un mes.

-No tengo ni idea.

Por fin llegamos a la iglesia.

-¿A qué hemos venido aquí?

Otra pregunta. Sin saber muy bien por qué, se me escapó una sonrisa.

-A confesarnos-dije abriendo la puerta. Entré después de ella y cerré la puerta detrás. Por si acaso, me aseguré de cerrar bien para que nadie pudiera entrar y sorprendernos. La empujé un poco por la cintura y la guié hasta el confesionario de la derecha, señalando el interior para que entrara.

-¿No lo dirás en serio?-preguntó Gwendolyn, sorprendida.

-Pues sí. Yo me wentaré en el otro lado y esperaremos hasta que volvamos a saltar.

Con un divertido gesto de resignación, se sentó. Cerré la cortina para ocultarnos d resto de la iglesia y me metí en el puesto del cura, abriendo la celosía que separaba ambos compartimentos.

-¿Estás cómoda?-dije, por decir algo. No sabía qué me estaba pasando, pero quería oír su voz, ver que nuevas estupideces soltaba. Sin embargo, no contestó.

-Y ahora, hermana, agradezcamos al señor la protección que nos ofrece en su casa.

Gwendolyn, sin embargo, no rió como hubiera hecho Charlotte, para luego decir algo así como "qué tanto eres", sino que me miraba fijamente, con el ceño un poco fruncido, como si no se terminara de creer lo que estaba pasando.