ESPECIAL GIDEON!!!!!!

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El especial Gideon va a consistir en un capítulo contado por Gideon, y los haré cada dos K (2K, 4K, 6K, 8K(ojalá lleguemos hasta ahí!!!) y así sucesivamente.) Los capítulos serán o del libro original o de alguna parte del fanfic, o de alguna otra cosa que se os ocurra. Así que cuando falte poco para cada especial, pondrá un aviso y me decisión con comentarios de qué queréis el siguiente. Por lo pronto, este tratará sobre esa escena tan impactante de Esmeralda (en mi edición, páginas de la 274 a la 289),en la que Lord Alastair mata a Gwen. Una compañera de clase me ya pedido que la haga del especial san valentín -.- pero creo que no va a tener suerte.... Al menos de momento. No quiero saturar a nadie (ni traumatizarlos) , así que sólo si me lo pedís, el siguiente será de eso. Pero haré lo que me diga la mayoría de lectoras!!!! Besos!!!

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-¡Gwenny! ¡Para! ¡Por favor!-grité, y solté a Lavinia, que cayó sobre la alfombra con un gemido que demostraba que estaba fingiendo, como suponía. Hacía rato que aquello había perdido todo el sentido que alguna vez había tenido. Pero necesitaba encontrar a Gwen. Necesitaba... necesitaba decirle que la amaba, que nunca había sentido algo así y que dudaba que alguna vez fuera a volver a sentirlo, aunque no creía que me escuchara. No después de todo lo que le había hecho. Pero yo al menos lo hacía por su seguridad, porque la necesitaba para ser feliz. La necesitaba para vivir, como el aire que respiramos. Sin embargo, Rakoczy.... ese no la quería para hacerla feliz, precisamente. Contuve una oleada de odio y rabia, de ganas de bajar a matarlo. Y seguí corriendo detrás de Gwen. Por suerte, entre el vestido y que yo era más rápido que ella, la alcancé en seguida, e intenté cogerla de la mano.

-¿Adónde vas?-pregunté en un intento de ser amigable con ella. Lo siento. Te quiero, y hago esto para protegerte. Pero no dije nada más. No podía.

-¡Tanto da con tal de que sea lejos de ti!-gritó. Me dolió bastante, pero aún así la seguí. Naturalmente. A donde sea.

La habitación era amplia, con un escritorio a un lado y un par de ventanales cubiertos con largas cortinas de terciopelo. Pero no me fijé demasiado en la sala. Miré a Gwen, con un nudo en el estómago. El maquillaje estaba húmedo, y le manchaba las comisuras de los ojos y parte de las mejillas, aunque todavía no se había extendido por las mejillas.

Todavía. Esto es por tu culpa, idiota.

Respiró hondo.

-Déjame en paz.

Auch.

-No puedo dejarte en paz. Cada vez que te dejo sola te dejas llevar por tus impulsos y actúas de un modo irreflexivo.

Y me da miedo que te pase algo. Sobre todo sabiendo lo que .

-¡Vete!

Parecía estar conteniendose para no lanzarse a mi cuello (y no precisamente para besarme) cuando me miró fijamente. Vale, hora de disculparse antes de que la situación empeorara aún más.

-No, no lo haré. Escucha, siento lo que ha ocurrido, no debería haberlo permitido.

Gwen me miraba con cara de "¿en serio?". Claro que ella creía que me refería solamente a lo que había ocurrido esa noche, y no a todo lo que había ocurrido en las últimas semanas. Especialmente a los últimos días.

-¡Pero lo has hecho!-gritó Gwen furiosa. Por lo menos ya no lloraba, lo que me venía muy bien para controlar esa necesidad de atraerla contra mí y abrazarla y consolarla y...-Por que sólo tenías ojos para ella.

DIAMANTE -borradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora