especial navideño

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Nope, aún no es el epílogo. Es sólo que Santa Claus también ha venido a wattpad...y esperemos que también a las casas de todas, llevándoos montones de libros!
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Aún es pronto para salir de casa cuando suena el timbre. Gideon. Obvio. Siempre tiene que adelantarse. ¡Maldito sea! Yo aún no he acabado de vestirme, no digamos de peinarme y maquillarme, y el idiota está ya en la puerta de la casa.

Con un par de maldiciones me terminé de abrochar la cremallera del dolce & gabbanna verde que me había dado Madame Rossini, meter los pies en los tacones negros, de loubutin, y asomarme a la puerta a ver el panorama. Caroline estaba en el pasillo jugando con Margret, y me miró con sus ojos grandes.

-Gwenny, ¿todavía no estás lista?

Negué con la cabeza y me metí rápidamente en la habitación al oír las voces de mamá y Gideon subiendo por las escaleras. Rápidamente me solté el moño con el que me había recogido el pelo para que no se me deshicieran los rizos que me había conseguido ordenar la modista esta mañana y lo recogía con una diadema dorada tal y como ella misma me había indicado, con cuidado de no deshacer ningún rizo ni desordenar la trenza que ella me había hecho, enfocándola en la misma diadema para que quedara menos infantil.

-Piedrecita va a pegarse un tortazo contra el suelo de impresión, Gwen...-soltó Xemerius. Yo le miré y me reí.

-No es para tanto...

Me acerqué al espejo y me eché un poco de rímel, nada exagerado, intentando imitar a Madame Rossini.

-¡Gollum!-oí que decía Caroline en el pasillo.

-¡Hola Caroline! ¿Y tu hermana?

-Gwenny es muy lenta vistiéndose...

Sonreí.

-Gollum... Normalmente en Navidad estamos en Escocia, ¿cómo va a saber Santa que estamos aquí?

Mk sonrisa se hizo más amplia, y Xemerius hiz zo una expresión increíblemente tierna. Parecía ridículo que le tuviera tanto cariño a mi hermana cuando era tan cínico con todo lo demás, ¡era tan adorable!

-Es su trabajo, ¿un médico sería un buen médico sinno supiera dónde está la cabeza? ¿O la barriga?

Por las risas de Caroline deduje que le estaba haciendo cosquillas. Que monada.

Así que salía del dormitorio poniéndole el abrigo, uno largo, de lanilla blanca con el cuello de piel que me hacía sentir aún más incómoda y me dispuse a salir. Me esperaba una cena en casa de la familia del padre de Gideon, así que... Ufff. Suspiré sonoramente y abrí la puerta.

-Hey-dijo Gideon mirándome de arriba a abajo.-No pareces tú. Pero me gusta. Sobre todo una vez que te quites el abrigo...

Sonreí, y Caroline tiró de mí para darme un beso en la mejilla.

-Vuelve pronto, que nos de tiempo de poner comida para Santa y los renos, ¿ehh, Gwenny?

-Sí, no te preocupes. Y pásalo bien, ¿eh?

Mi hermanita hizo un adorable mohín.

-Oh, Charlotte está insoportable...

Gideon se tensó un poco. Le agarré la mano y le di un beso fuerte a Caroline, achuchándola.

-Se le pasará.

-Lo dudo...pero bueno. Es Navidad, ¿no? Y vais a llegar tarde.

La voz ronca de Xemerius me hizo levantar la cabeza y contener una risa.

DIAMANTE -borradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora