DIAMANTE -borrador

capítulo 21

Mi madre les explicó a tía Glenda y a Lady Arista la historia de Lucy y Paul bajo su asombrada mirada, y enseguida de empezar, la tía Maddy también se acercó y se sentó disimuladamente en el sofá que quedaba libre. Así de asombrada tenía que estar Lady Arista que no la miró ni le dijo nada. Xemerius aprovechó para enterarse de todo mejor, descansando sobre el regazo de la tía Maddy. Esta pareció tener un escalofrío al rozarle, pero no hizo nada más.

Yo, por mi parte, dudaba entre matar a mamá y dedicarle una sonrisa de aliento. Pero no hice ni lo uno ni lo otro porque ella evito mirarme mientras contaba toda la historia: como Lucy y Paul se habían dado cuenta de que el conde no era bueno y de que no quería el beneficio de la humanidad sino el suyo propio, como se lo habían intentado decir a los Vigilantes y estos se lo tomaron a mal, como cuando Lucy se dio cuenta de que estaba embarazada por fin cayeron en la cuenta de lo que iba a pasar, y cómo, entonces, habían acudido a ella en busca de ayuda. Cómo el abuelo Lucas les había ayudado a ocultarse y había enviado a papá a dejar pistas falsas. Y, finalmente, como Lucy me dio a luz el día señalado, bajo las miradas entre aterradas y emocionadas de mamá y Paul. O sea, de Grace y papá.

Terminó contando cómo habían huido al pasado tras recibir un mensaje de Nicolas diciendo que les habían encontrado. Y por qué habían mentido acerca del día de mi nacimiento y habían dejado que Charlotte fuera educada como el rubí si sabían casi con certeza que no lo era.

Y luego, se hizo el silencio. La abuela miraba a mamá con expresión inescrutable, la de tía Glenda era una cara seria con los labios fruncidos, comonsi estuviera dudando si creérselo o no. Y la tía Maddy era, una vez más, la única que conservaba la compostura.

-Ahora lo entiendo todo-dijo, sonriendo me y guiñándome el ojo. Le devolvió la sonrisa como pude, mientras la abuela y la tía Glenda se volvían hacia mí.

-¿Tú sabias esto, niña?-preguntó la abuela, seria como un muerto. La tía Glenda no abrió la boca. Menos mal, por que, conociendo la bien, seguro que empezaba a regañar a mamá y a echarme en cara no haber les dicho nada.

Negué con la cabeza.

-No hasta hace muy poco, los Vigilantes también estaban encalados con respecto al conde y nos lo pusieron todo muy difícil...

-Y, ¿cuáles eran los verdaderos propósitos del conde de los que tanto habéis hablado, si puede saberse? Por que yo eso aún no lo tengo muy claro-añadió la tía Glenda, con la intención grabada en la frente.

-Esta quiere pillados a ti y a tu madre...-dijo Xemerius.-Seguro que se cree que todo es otra engañifa...

Dejé que fuera mamá quien explicara eso. Pero cuando me miró, interrogante, me di cuenta de que ella tampoco lo sabía. La expresión de tía Glenda estaba apuntonde transformarse en una sonrisa triunfal cunado me decidí a abrir la boca.

-Conseguir, registrando en el cronógrafo la sangre de todos los viajeros, la cura de todas las enfermedades y heridas.

-Eso no es malo-comentó la tía Maddy sin entenderlo del todo.

-Para él, conseguir la piedra filosofal y tomársela para ser inmortal.

Ahora sí reaccionaron. La abuela alzó una finísima ceja, la tía Maddy musito un suave"ahhhh, ahoravlo entiendo..." y la tía Glenda iba a abrir la boca para rebatirlo. No la dejé.

-Ha montado todo este rollo de una sociedad secreta porque tiene miedo a la muerte. Ha mentido, engañado y hasta matado por obtener esa piedra filosofal. Cuyo funcionamiento, por cierto, desaparecería con mi nacimiento. Por tanto tiene que esperar hasta que mi sangre se haya introducido en el cronógrafo y luego matarme. Por supuesto, ¡dejémosle hacerlo! ¡Mandémosla a un baile, a una soirée, a ver al conde a solas, que tenga más oportunidades de matarla. Una persona que intentó asixiarme con el pensamiento la primera vez que me vio es lo más normal del mundo, ¿no? No importa, ¡son órdenes del conde en persona! Que resulto ser Mr Whitham, por cierto, en el presente...