Hermione se apuró a consolar a la amiga de Katie que se estaba lamentando y puso su brazo sobre su hombro.
-Tu nombre es Leanne, ¿no?- La chica asintió.-Ocurrió de repente, o...
-Fue cuando ese paquete se rompió –soltó Leanne, señalando el ahoraroto paquete envuelto en papel marrón que yacía en el suelo, que sehabía partido revelando una cosa brillante y verdosa.
Ron se agacho conel brazo extendido pero Venus se dio cuenta de lo que era y lo tiro para atrás. Dejando de lado el misterio
-¡No lo toques!
Se volvió al suelo. Asomando del papel, se veía un collar de ópalo muyadornado. Y no era cualquier collar, ella podría asegurar que no había dos iguales en todo el mundo mágico.
-He visto esto antes –dijo Potter, mirándolo-. Estaba en la vidriera deBorgin y Burkes hace años. La etiqueta decía que había sido maldecido.Seguramente Katie lo tocó. –miró a Leanne, quien había empezado atemblar descontroladamente-. ¿De dónde sacó esto?
-Bueno, por eso estábamos discutiendo. Volvió del baño de Las tresescobas con él, diciendo que era una sorpresa para alguien en Hogwartsy ella tenía que entregarlo. Parecía divertida cuando me contaba... ¡Ohno!, ¡Apuesto a que estaba bajo el Imperius y yo no me di cuenta!
Leanne sacudía la cabeza resoplando. Hermione acariciaba su hombrocariñosamente.-¿No dijo quien se lo había dado, Leanne?
-No... no me quería decir... y yo le dije que estaba actuando como tonta,que no lo llevara al colegio, pero no me escucho y... y entonces trate desacárselo de la mano y... y...Leanne largó un lamento desesperado.
-Deberíamos volver al colegio –dijo Hermione, con el brazo alrededorde Leanne-. Podremos averiguar como está. Vamos...
Harry dudo un momento, luego se saco la bufanda e, ignorando elresoplido de Ron y Venus, envolvió el collar en ella y lo levantó.
-Necesitaremos esto para mostrárselo a Madame Pomfrey –dijo.Mientras seguían a Hermione y Leanne subiendo por el camino, Harrypensaba furiosamente.
Empezó a hablar cuando habían entrado a lossuelos del castillo, incapaz de guardar sus pensamientos para sí mastiempo.
-Malfoy sabe de este collar. Estuvo en una caja en Borgin y Burkes poraños, yo lo vi mirándolo detenidamente mientras me escondía de él y desu padre. ¡Esto es lo que estaba comprando ese Día que lo seguimos!¡Lo recordó y volvió por él! ¿No es así Venus?
-¿Y que pensaste que te soltaría todo? Vamos niño, ya te dije que no te metas en asuntos que no son de tu incumbencia,tal vez si es de Draco, tal vez no lo es. Pero eso no lo sabrás, así que evita mencionar mi nombre en este incidente, nos vemos Ron.
Vieron como la chica caminaba directo a donde estaban su amigos que se fueron caminando rápido hacia el castillo.
-No... no lo creo... –dijo Ron dudoso-. Venus tiene razón. Mucha gente va a Borgin yBurkes... y ¿no dijo esa chica que Katie lo había sacado del baño?
-Dijo que volvió del baño con el, no necesariamente lo sacó del baño...
-¡McGonagall! –dijo Ron atento.Harry miró para arriba. De seguro, la profesora McGonagall bajaba losescalones de piedra cubiertos de escarcha para encontrarse con ellos.
-Hagrid dice que ustedes cuarto vieron lo que le pasó a Katie Bell.¡Suban a mi oficina ahora por favor! ¿Qué tiene en la mano, Potter?
-Es lo que toco Katie –dijo Harry
-Santo Dios –dijo la profesora McGonagall, alarmada, sacándole elcollar de las manos a Harry-. No, no, Filch, ellos están conmigo –agregómolesta, cuando vio a Filch caminando con ganas a través del HallCentral con el Sensor de Secretos-. Llévele este collar al profesor Snaperápido, pero asegúrese de no tocarlo, ¡Déjelo envuelto con la bufanda!
Harry y los otros siguieron a la profesora McGonagall escaleras arribahacia su oficina. Las ventanas cubiertas de aguanieve se confundían consus marcos y la habitación estaba fresca a pesar del fuego en lachimenea. La profesora cerró la puerta y se deslizo alrededor de suescritorio para enfrentar a Harry, Ron, Hermione y a la todavíaconfundida Leanne.
-Bueno –dijo tajantemente- ¿Qué paso?
Intranquila, y con muchas pausas para controlar su llanto, Leanne lecontó a la profesora McGonagall como Katie había ido al baño en Lastres escobas y había vuelto sosteniendo el paquete sin nombre, tambiéncomo Katie le había parecido un poco rara y como habían discutido porla conveniencia de entregar el objeto desconocido. Siguió con laculminación de la discusión cuando se les resbaló el paquete y serompió. En este punto, Leanne estaba tan nerviosa que no se pudo sacarotra palabra de ella.
-Muy bien –dijo la profesora McGonagall, cálidamente- Leanne, ve a laenfermería por favor, y pídele a Madame Pomfrey que te dé algo para elshock.Cuando había salido de la habitación, la profesora se volvió a Harry,Ron y Hermione.-¿Qué fue lo que paso cuando Katie toco el collar?
-Se levantó en el aire –dijo Harry, antes que Ron o Hermione pudierandecir nada- y comenzó a gritar, y se desplomó. Profesora, ¿puedo ver alprofesor Dumbledore, por favor?
-El director no volverá hasta el lunes, Potter –dijo la profesora, luciendosorprendida.
-¿No está? –repitió Harry enojado.
-No, Potter, ¡No está! –bramó la profesora McGonagall- ¡Pero todo loque tenga que ver con este suceso horrible me lo puede decir a mí, meimagino!
ESTÁS LEYENDO
Los Secretos De Una Weasley
FantasyLos Secretos De Una Weasley Una Chica: Venus Aluminé Weasley Un Confidente: Alec Nott Secretos revelados. "Tal vez es momento de que mis secretos, Los Secretos de una Weasley, salgan a la luz"