Harry llegó a pensar en la posibilidad de que Malfoy y Venus podrían estar dejando los terrenos del colegio, pero no se imaginó cómo lo podrían estar haciendo, dado el nivel tan alto de seguridad operando dentro del Castillo.
Aunque por su bien, sabía que dadas las experiencias anteriores con Venus, definitivamente no tenía que subestimar su poder.
Solo podía suponer que los perdía entre los cientos de estudiantes de pequeñas etiquetas negras en el Mapa. En cuanto al hecho de que Malfoy, Crabbe y Goyle tomaban caminos separados cuando antes eran inseparables, pensó que estas cosas les pasaban a las personas a medida que crecías –Ron y Hermione eran una prueba viva de ello, pensó Harry tristemente.
-*-
Febrero dio paso a Marzo sin cambios de clima, exceptuando que los días se volvieron más ventosos y húmedos. Para indignación de los estudiantes, un mensaje en la Sala Común decía que la próxima salida a Hogsmeade había sido cancelada. Alec estaba furioso.
- ¡Era el día de mi Cumpleaños! –dijo–. ¡Estaba esperando para ir!
- No es una gran sorpresa, ¿no? -dijo Venus–. No después de lo que le sucedió a esa Gryffindor. Ella todavía no regresaba de San Mungo.
Lo que era peor: más desapariciones habían sido reportadas en “El Profeta”, incluyendo a familiares de estudiantes de Hogwarts.
- ¡Y ahora tendré que hacer clases de Aparición ese día! –dijo Alec malhumorado–. Gran regalo de cumpleaños.
-Vamos amigo, ¿ya perdiste la esperanza? Estabas entusiasmado por esas clases
Después de tres lecciones, la Aparición se les hacía más difícil que nunca, aunque unos pocos más se habían escindido. La frustración se hacía cada vez mayor y ya había bastante repulsión hacia Wilkie Twycross y sus tres D’s, que habían inspirado muchos apodos para Twycross, de los cuales los más educados eran “Aliento de perro” y “Cabeza de Chorlito”
- Feliz Cumpleaños, Alec –dijo Venus, al unisono con Theo y Draco cuando despertaron el primero de Marzo
–. Ten tu regalo.-Tiró el paquete al frente, a la cama de Alec, donde ya había una pila de ellos.
- ¡Qué alegría!–dijo Alec algo soñoliento, y mientras arrancaba el papel. Venus siempre sabía que regalarle, dentro de la pequeña caja venía bien envuelto un dije con sus iniciales delante y por detrás un hechizo de protección.
La chica no debía decirle que cuando se lo pusiera el hechizo se activaría solo, por el gran arte de la magia que su amiga practicaba.
Los demás regalos no eran tan relevantes, libros en su mayoría.
Venus salio del cuarto de su amigo tratando de pensar como iba a organizar su día, ahora que ya había hablado con Draco su misión como guardaespaldas estaba de nuevo activa, aunque si era sincera consigo misma nunca lo dejó de cuidar.
Su papel como capitana del equipo de Quidditch sin duda lo complicaba un poco, aunque después de ese mal partido contra Gryffindor había sido su ruina, sin embargo trataba de dar lo mejor y los demás partidos los llevaban ganados, eso sí las prácticas las había tenido que cambiar de horario por las clases de apariciones.
No entendia porque su amado padrino le había dado tantas responsabilidades, de milagro no era una prefecta, porque ahí sí estaría vuelta loca, corriendo de un lado a otro cuidando niños irritantes.
Aquel día por la tarde noche, recordó que Alec no era el único que cumplía años, su hermano Ron también, y gracias a que los gemelos andaban en Hogsmsde se entero de que habían envenenado al pelirrojo.
Y ahí iba ella corriendo a la enfermería, para ver como se encontraba su hermano, en verdad ella no podía con tantas cosas y menos si todo pasaba en un mismo día.
-¿Entonces, después de todo, no fue uno de los mejores cumpleaños de Ron?- Venus alcanzó a escuchar a Fred.
Era de tarde, el ala del hospital estaba tranquila, las cortinas corridas, las lámparas encendidas. La cama de Ron era la única ocupada. Harry, Hermione, y Ginny estaba sentados alrededor de el, habían pasado todo el día esperando del otro lado de las puertas dobles tratando de ver cuando alguien entrara o saliera. Por lo que había escuchado Madame Pomfrey les había permitido entrar hasta las ocho.
Eso fue bueno, ya que así Venus no había tenido que cancelar su práctica de Quidditch, así que traía el uniforme puesto, y sus hermanos Fred y George habían llegado unos minutos antes que ella, a las diez.
-Esta no es la manera en la cual nos habíamos imaginado darle nuestro regalo-, dijo George, en tono grave, dejando un gran paquete envuelto en el gabinete al lado de la cama de Ron, mientras que se sentaba al lado de Ginny.
-Si, cuando nos imaginamos la escena, el estaba consciente-, dijo Fred.
-Allí estábamos, en Hogsmeade, esperando sorprenderlo…-dijo George.
-¿Estaban en Hogsmeade?- pregunto Ginny, mirándolos.
-Estábamos pensando en comprar Zonko-, dijo Fred melancólicamente. -Una sucursal en Hogsmeade, ya saben, pero no nos ayudara ahora que no tienen permiso de ir a Hogsmade a comprar nuestras cosas… Pero olvídenlo por ahora.- Acercó una silla y se sentó al lado de Harry mirando la pálida cara de Ron. -¿Cómo sucedió exactamente, Harry?
Potter volvió a contar la historia que seguramente ya había contado, Dumbledore, McGonagall, Madame Pomfrey, Hermione, y Ginny. -… y entonces le hice tragar el bezoar y su respiración disminuyó un poco, Slughorn corrió por ayuda, McGonagall y Madame Pomfrey aparecieron y trajeron a Ron aquí.
ESTÁS LEYENDO
Los Secretos De Una Weasley
FantasíaLos Secretos De Una Weasley Una Chica: Venus Aluminé Weasley Un Confidente: Alec Nott Secretos revelados. "Tal vez es momento de que mis secretos, Los Secretos de una Weasley, salgan a la luz"