Capítulo 49

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-Recordarán, estoy seguro, que dejamos la historia de los comienzos de Lord Voldemort en el punto en que el apuesto Muggle, Tom Riddle, había abandonado a su esposa hechicera, Merope, y había vuelto a la casa de su familia en Little Hangleton. Merope se quedó sola en Londres, esperando al bebé que algún día se convertiría en Lord Voldemort.

-¿Cómo sabes que ella se hallaba en Londres? 

-Por la evidencia de un tal Caractacus Burke – dijo Dumbledore- que,por una extraña coincidencia, ayudó a fundar la mismísima tienda de donde proviene el collar del que estábamos hablando recién. 

Hizo girar el contenido del Pensadero como Venus ya lo había visto hacer antes, casi como un minero tamizando en búsqueda de oro. De la girante masa plateada se levanto un hombrecillo girando dentro del Pensadero, plateado como un fantasma pero mucho más sólido, con una maraña de cabello que le cubría completamente los ojos. 

-Sí, lo adquirimos de forma curiosa. Lo trajo una bruja joven justo antesde navidad, oh, hace muchos años. Dijo que necesitaba el oro desesperadamente, bueno, eso era obvio. Cubierta con harapos y bastante arruinada además. Verá, iba a tener un bebé. Dijo que el camafeo había pertenecido a Slytherin. Bueno, nosotros oímos esa clasede historia todo el tiempo "Oh, esto pertenecía a Merlín, ésta era su tetera favorita", pero cuando lo observé, tenia su marca y unos pocos y simples hechizos fueron suficientes para saber la verdad. Por supuesto que eso lo hacía casi invaluable. Ella parecía no tener idea de cuánto valía en realidad. ¡Se contentó con 10 galeones!.¡La mejor compra que hicimos jamás! 

Dumbledore le dio al Pensadero una sacudida muy fuerte y Caractacus Burke descendió nuevamente a la masa de memoria de la que había salido. 

-¿ Tan sólo le dio 10 galeones? -dijo Venus mostrando indignación. 

-Caractacus Burke no era famoso por su generosidad- dijo Dumbledore- Así que sabemos que casi al final de su embarazo Merope estaba sola en Londres con una gran necesidad de oro, lo suficientemente desesperadapara vender su única y más valiosa posesión, el guardapelo que formabaparte de la atesorada herencia de la familia de Marvolo. 

-¡ Pero ella podía hacer magia!- dijo Harry impaciente- Podría haber obtenido comida y todo lo que necesitase mediante la magia ¿Verdad? 

-Ah – dijo Dumbledore- tal vez podía. Mas yo creo, otra vez estoy adivinado, pero estoy seguro de que estoy en lo correcto, de que cuando su marido la abandonó, Merope dejó de usar magia. No creo que quisiera seguir siendo una bruja. Por supuesto, también es posible que su amor no correspondido y el desprecio del mismo hacia ella, la hayan dejado sin poderes, eso puede suceder. De todos modos, como estás por ver, Merope se negó a levantar su varita, incluso para salvar su propia vida. 

-¿ Ella no quiso permanecer con vida ni siquiera por su hijo?-Dumbledore levantó las cejas 

-¿Es posible que estés sintiendo pena por Lord Voldemort? 

-Tal vez... Ponte a pensar un poco Albus, su madre muerta y su padre no lo quería en realidad, aunque la verdad preferiría eso a unos padres que quieren más a alguien que no es de su familia que a su propia hija.- Dijo Venus- Pero ella tuvo la opción ¿Verdad? 

 -Si,Merope Riddle escogió la muerte a pesar del hijo que la necesitaba, pero no la juzgues aun, Venus. Ella estaba extremadamente debilitada por un largo sufrimiento y nunca tuvo el coraje.Y ahora, si se levantan... 

-¿A dónde vamos?-preguntó Harry, mientras Dumbledore se reunía con él frente al escritorio. 

-Esta vez- dijo Dumbledore- vamos a entrar a mi memoria- Creo que la encontrarán exacta y rica en detalles. Después de ti Venus... 

Ella se dobló sobre el Pensadero, su cara tocó la fría superficie de memorias y luego se encontró cayendo en la oscuridad nuevamente. Segundos después, sus pies tocaron tierra, abrió los ojos y descubrió que también Potter y Dumbledore estaban en medio de una concurrida y antigua calle londinense. 

-Ahí estoy- dijo Dumbledore alegre- señalando a una figura alta cruzando la calle enfrente a un carruaje cargado de leche.Este joven Albus Dumbledore tenía cabello y barba castaños. Ya de su lado de la calle, empezó a caminar velozmente sobre el pavimento,atrayendo algunas miradas curiosas debido a su llamativo traje de terciopelo violeta oscuro.

-Lindo traje, Señor- dijo Harry, antes de que pudiera detenerse, pero Dumbledore casi se rió mientras perseguían a su joven ser a corta distancia; finalmente pasaron a través de un par puertas de hierro que daban a un patio desnudo, al frente del cual había un edifico cuadrado y bastante sombrío, rodeado de altas cercas. 

Subió algunos escalones hacia la puerta principal y llamó una vez. Luego de un momento o dos,atendió la puerta una niña bastante sucia que usaba un delantal. 

-Buenas tardes, tengo una cita con la Señora Cole, quien creo es la directora aquí. 

-Oh- dijo la niña con cara confundida, asombrándose por la apariencia excéntrica de Dumbledore- Mmm, solo un momen...¡SEÑORA COLE!-gritó sobre su hombro. 

Harry oyó una voz distante gritando algo como respuesta. La niña se giró hacia Dumbledore 

-Pase, ya viene. 

El joven Dumbledore entró al vestíbulo de pisos blancos y negros. El lugar estaba bastante deteriorado pero absolutamente limpio.

Venus, Harry y el viejo Dumbledore lo siguieron. Antes de que la puerta principal se cerrase detrás de ellos, una mujer flaca y con la apariencia de estar bastante cansada se acercó rápidamente a ellos.

Los Secretos De Una WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora