Ella los miró mientras entraban a Las Tres Escobas. En el momento que estaban adentro, Harry explotó;
-¡Se estaba robando las cosas de Sirius!
-Lo sé Harry, pero por favor no grites, la gente nos esta mirando – murmuró Hermione-. Ve y siéntate, te llevare algo para tomar.
Harry seguía molesto cuando Hermione volvió a la mesa unos minutos después con tres botellas de cerveza de mantequilla.
-¿La Orden no puede controlar a Mundungus? –exigió Harry a los otros dos en un susurro furioso-. ¿No pueden al menos impedir que se robe todo lo que no esta pegado al piso cuando esta en el cuartel general?
-¡Sh! –dijo Hermione desesperadamente, mirando alrededor para estar segura que nadie estaba escuchando; había un par de brujos sentados cerca que miraban a Harry con gran interés, y Zabini estaba apoyado en una columna no muy lejos por lo tanto Venus andaba cerca-. Harry, yo estaría molesta también, yo sé que son tus cosas las que se esta robando...
-No solo son de él, también son cosas que me pertenecen, sin embargo no puedes estar tan furioso de que la orden no controle a un mago, porque resulta que tampoco te pueden controlar a ti.
Harry tomo un trago de cerveza de manteca; se había olvidado por un momento que no era el único dueño del numero 12 de Grimmauld Place.
-¡Si, son mis cosas! –dijo-. ¡Con razón no se alegro de verme! Bueno, le diré a Dumbledore lo que esta pasando, él es el único al que Mundungus le teme.
-Buena idea –susurró la rubia, - Ve a llorarle a Dumbledore, claramente no entiendes que hay cosas más importantes, créeme que unos cacharros viejos no harán volver a Sirius de la muerte.
Venus se dio la vuelta ella sabia cuando Sirius odiaba esas copas de plata, no tenia caso seguir ahí escuchando puras tonterías.
-Entonces, ¿Damos la visita por terminada y volvemos al colegio?- Los otros dos asintieron; no había sido un paseo divertido y el clima se estaba poniendo peor a medida que pasaba el tiempo.
Nuevamente se ajustaron las capas, reacomodaron las bufandas, se pusieron los guantes y comenzaron su caminata para arriba por la Calle Principal. Los pensamientos de Venus se perdieron hacia Draco mientras caminaban penosamente por el camino congelado hacia Hogwarts.
Draco no se había aparecido por el pueblito, y no es que Venus no hubiese puesto atención, era que de hecho ninguno de los chicos lo vio. Si ella no recordaba mal, las ultimas palabras que había pronunciado para ella la noche anterior, era que necesitaba ayuda. Probablemente por la noche estaría molesto porque ella no lo había ayudado, pero ya lidiaría con eso la Venus del futuro próximo.
-¡No tiene nada que ver contigo, Leanne! –Venus oyó decir a una chica.Dieron la vuelta en la esquina de la calle, el aguanieve les caía encima,gruesa y rápidamente. Justo cuando volteo a ver que era lo que pasaba a su espalda. En ese momento, una de las chicas se levantó en el aire con gracia, con los brazos extendidos, como si estuviera a punto de volar.
Sin embargo había algo fuera de lugar, algo misterioso... Su cabello era azotado a su alrededor por el viento feroz, pero tenia los ojos cerrados y su cara estaba inexpresiva. Venus había detenido el paso de los tres chicos que la acompañaban, se habían quedado helados,mirando.
Entonces, seis pies por arriba del suelo, lanzó un terrible grito. Sus ojos se abrieron pero lo que fuera que estaba viendo, o sintiendo,claramente le estaba causando una terrible angustia. Gritó y gritó; su amiga comenzó a gritar también y tomó los tobillos de la primera, tratando de bajarla al piso.
Venus vio como Harry, Ron y Hermione corrieron a ayudarla, pero cuando estaban deteniendo las piernas de la chica, esta se les cayó encima;Harry y Ron pudieron atraparla, pero pesaba demasiado, apenas podían mantenerla en esa posición. En vez, la bajaron al suelo, y ella empezó a golpear y gritar, aparentemente no reconocía a ninguno de ellos.
-¡Quédense aquí! –les gritó a los otros por sobre el ruidoso viento- ¡Iré a ver que es lo que pasa! Mientras menos se acerquen mejor.
Comenzó el camino de regreso; nunca había visto a nadie comportarse como la chica lo había hecho y no se le ocurría que lo podría haber causado; dobló por una curva en la calle y vio de no tan lejos a su querido amigo Potter y a Hagrid justo a tiempo para escuchar un poco de lo que decían
-Hagrid, alguien se lastimó mas allá, o fue hechizado, o algo...
-¿Qué? –dijo Hagrid, agachándose para escuchar lo que Harry le estaba diciendo a pesar del ruidoso viento.
-¡Alguien ha sido maldecido! –gritó Harry
-¿Maldición? ¿Quién ha sido maldecido? ¿Ron? ¿Hermione?No, ellos no, Katie Bell. Por acá...
Juntos corrieron y Venus los siguió de vuelta al punto donde estaban los otros.No les llevo mucho tiempo encontrar un grupo de gente alrededor de la chica que ahora ya tenia un nombre; Katie, quien seguía gritando en el suelo; Ron, Hermione y su amiga trataban de tranquilizarla.
-¡Abran paso! –grito Hagrid- ¡Déjenme verla!
-Algo le ha ocurrido! –jadeo su amiga- No sé qué...
Hagrid miro a Katie por un instante y después, sin una palabra, se agachó, la tomó en sus brazos, y salió corriendo en dirección al castillo. En unos segundos, los gritos de Katie se habían dejado de escuchar y el único sonido era el rugido del viento.
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Los Secretos De Una Weasley
FantasyLos Secretos De Una Weasley Una Chica: Venus Aluminé Weasley Un Confidente: Alec Nott Secretos revelados. "Tal vez es momento de que mis secretos, Los Secretos de una Weasley, salgan a la luz"