Capítulo 66

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Así como estaba en sus planes Venus comenzo a cocinar tratando de que todo saliera tal como ella lo quería, el tiempo se le pasó volando y cuando vio ya era la hora de la cena.

Cómo lo quería la noche transcurrió tranquila y feliz, su padrino hizo el mayor esfuerzo que había hecho nunca al disfrutar aquella cena con Venus y Dumbledore.

Para la chica aquellas fechas nunca habían sido las mejores, de pequeña los gemelos siempre la pasaban con ella en su recamara, hacian juegos divertidos para que se entretuviera. Luego cuando entró a la escuela, prefería quedarse en Beauxbatons, le gustaba pasar las mañanas en el patio lleno de nieve y la compañía no le faltaba.

Ella podría asegurar que a diferencia de sus "hermanos" era la única Weasley sin un suéter tejido a mano por Molly Weasley. Y mientras los años pasaban le fue afectando menos.

Dejó de lado sus pensamientos ya que aquella noche la iban a pasar increíble, no estaba segura de si volvería a tener algo como eso...

-Yo les tengo un pequeño detalle... Se que esto se da por la mañana pero este es el momento exacto para entregarlo...

La chica sacó del bolsillo de su abrigo un par de botellas chiquitas, de un tamaño poco convencional.

-Yo... Aprendí a sacar las memorias de mi mente, y estos son los momentos más felices de mi existencia. Quiero que tengan presente que ustedes son mi familia, son mis adorados padres. Créanme que la vida seria horrible si no los hubiera tenido a mi lado...

Con cuidado Venus puso en las manos de cada uno, una de las botellas que les estaba obsequiando.

-Con esto me pasó a retirar señores, es tarde y aún hay cosas que debo arreglar, gracias a mi adorado padrino.

-*-

-Debes hablar con ella Albus, las cosas se le vendrán como una abalancha y no sabrá sobrellevar todo.

-Es una niña...

-Eres tu quien la metio en este lío, no digas ahora que es una niña, por lo menos dile que cuando llegue el momento tendré que llevarla con su padre.

-Severus, eso se lo diré en el momento indicado...

-Albus, habla con ella, es lo único que te pido. Es fuerte entenderá el porque tiene que estar del lado de su padre.

-Es que no tiene que estar de su lado...

-¿Y como sabrá que eso es lo que quieres? Debes hablarle claro, lo entenderá. Así como yo lo entendí. No le queda nadie y si nosotros le mentimos y ocultamos cosas entonces si será un problema. Es muy poderosa y controla magia que ninguno de nosotros.

-Bien hablaré con ella. Y sabrá lo que quiero y lo que debe hacer, se lo diré todo.

-*-

- Llevo mucho tiempo queriendo encontrarme contigo,- dijo Scrimgeour, después de algunos momentos.- ¿Lo sabías?

- No- dijo Harry- sinceramente.

- Oh, sí, mucho tiempo. Pero Dumbledore ha estado muy protector contigo, Dumbledore y aquella joven que siempre está a su lado- dijo Scrimgeour.- Por supuesto, es natural, claro, después de lo que has pasado… especialmente lo que pasó en el Ministerio...

Esperó que Harry dijera algo, pero Harry no lo hizo, así que continuó

- He estado esperando el momento para hablar contigo desde que gané mi
puesto, pero Dumbledore lo ha… más claramente, como digo yo…evitado. Y aquella muchacha aunque no lo creas es muy intimidante.

Harry todavía no dijo nada, esperando.

- ¡Ha habido muchos rumores por ahí!- dijo Scrimgeour.- Bueno, claro, los dos sabemos cómo estas historias se distorsionan… todos esos cuchicheos sobre la profecía… sobre que eres el “Elegido”…

Harry pensó que ahora, poco a poco, se iban acercando a la verdadera razón por la que  Scrimgeour estaba allí.

- …Doy por hecho que Dumbledore ha discutido estos asuntos contigo, ¿no?

Harry reflexionó, preguntándose si debía mentir o no. Miró las pequeñas huellas de gnomo en los alrededores y la marca en el suelo donde Fred había cogido al gnomo que ahora vestía un tutú en la copa del árbol de Navidad. Finalmente, decidió decir la verdad… o al menos  algo de ésta.

- Sí… hemos hablado de ello.

- Han hablado, claro…- dijo Scrimgeour.

Harry podía ver, con el rabillo de su ojo, mirarle con los ojos entrecerrados, así que Harry fingió estar muy interesado en un gnomo que acababa de sacar la cabeza de debajo de un rododendro congelado.

- ¿Y qué te ha contado Dumbledore, Harry?

-Cosas ministro, crei qué Dumbledore había cerrado este tema con usted... Deje al chico en paz... - Venus salió de las sombras como sin hacer ni un solo ruido.

- Perdone, pero eso queda entre  nosotros,- respondió Harry.

Mantuvo su voz lo más agradable que pudo, y el tono de Scrimgeour, era leve y amigable también, mientras decía,

- Oh, por supuesto, si es un asunto de confidencias, no quisiera que lo divulgaras… y  no, no… y en cualquier caso, ¿realmente importa que seas o no el  Elegido? Muy repentino que estés aquí...

-No tan repentino Ministro, esta es la casa que me vio crecer, tuve que dejar unas cosas pendientes por venir aquí. No sabía que iba a tener la osadia de presentarse aquí, debo agradecer a Percy seguramente.

Harry tuvo que reflexionar esto último unos pocos segundos antes de responder.

- Yo no sé realmente lo que quiere decir, Ministro.

- Bueno, por supuesto, para ti importará enormemente,- dijo Scrimgeour, con una carcajada.- Pero a la comunidad mágica en general… es todo cuestión de percepción, ¿no? Lo importante es lo que la gente cree.

Los Secretos De Una WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora