Capítulo 51

236 37 1
                                    

Dumbledore no la apresuró, aunque Venus podía decir que estaba interesada realmente si era sincera ella no se había puesto a pensar en su padre, así que ella tenia curiosidad. Ella tomó otro trago de ginebra y sus mejillas se pusieron aun más rosadas. 

-El conejo de Billy Stubbs...Bueno, Tom dijo que él no lo hizo y no veo cómo pudo haberlo hecho, pero aun así, ¿No se pudo haber ahorcado el mismo de la viga verdad? 

-No lo creo, no-dijo Dumbledore tranquilamente. 

-Pero miento si digo que sé como se subió ahí para hacerlo. Lo único que sé es que Billy y él habían discutido el día anterior...y luego- la señora Cole tomó otro poco de ginebra, derramándose un poco sobre la barbilla esta vez- En la salida de verano, los sacamos a pasear, sabe, una vez al año, al campo, al mar... Bueno, Amy Benson y Dennis Bishop nunca estuvieron bien después de eso, y todo lo que pudimos sonsacarles fue que habían ido a una cueva con Tom Riddle. El juró que sólo fueron a explorar, pero algo sucedió allí, estoy segura. Y bueno, ha habido muchas cosas, cosas extrañas...-Volvió a mirar a Dumbledore, y aunque sus mejillas estaban sonrosadas,su mirada era firme.-No creo que mucha gente se lamentará de no verlo más. 

-¿Usted entiende, estoy seguro, que no lo tendremos permanentemente?-dijo Dumbledore- Él volverá, finalmente, cada verano. 

-Oh, bien, eso es mejor que un golpe en la nariz con una vara de metal dijo la señora Cole con un leve hipo. 

Se puso de pie, y Venus se impresionó al ver que estaba bastante estable, aunque dos tercios de la botella habían desaparecido

- Supongo que le gustaría verlo. 

-Muchísimo-dijo Dumbledore, incorporándose también. 

Lo guió fuera de su oficina y subieron unas escaleras de piedra,repartiendo instrucciones y amonestaciones a ayudantes y niños mientras pasaba. Venus vio que todos los huérfanos usaban la misma clase de túnica gris. Se los veía razonablemente bien cuidados, pero no había manera de negar que era un lugar bastante lúgubre donde crecer. 

-Aquí es- dijo la señora Cole mientras doblaban en el segundo rellano y se detenían fuera de la primera puerta en un largo corredor. Golpeó dos veces y entró.-¿Tom? Tienes un visitante. Este es el señor Dumberton...perdón,Dumderbore. El ha venido a decirte...bueno, lo dejaré decírtelo... 

Venus, Harry y los dos Dumbledores entraron a la habitación , y la señora Cole cerró la puerta tras ellos. Era un cuarto pequeño y vacío con nada dentro excepto un viejo armario y una cama de hierro. Ahí un niño estaba sentado sobre las mantas grises, sus piernas estiradas frente a sí, sosteniendo un libro. No había rastro de los Gaunt en la cara de Tom Riddle. Su padre. 

Merope había logrado su último deseo. Era la versión de su apuesto padre en miniatura, alto para tener once años, cabello oscuro y tez pálida. Sus ojos se achicaron un poco cuando vio la apariencia excéntrica de Dumbledore.Hubo un momento de silencio. 

-¿Cómo te va Tom?- dijo Dumbledore, acercándosele y extendiéndole la mano. 

El niño dudó , luego la tomó y se saludaron. Dumbledore acercó una pesada silla de madera junto a Riddle, de modo que los dos daban la apariencia de un paciente de hospital y su visitante. 

-Soy el Profesor Dumbledore. 

-¿Profesor?- repitió Riddle. Se veía suspicaz-¿ Es como un Doctor?¿Porqué está aquí?¿Ella lo trajo para que me revise? 

-No, no-dijo Dumbledore sonriendo. 

-No le creo-dijo Riddle- ¿Ella quiere que me examine, verdad? ¡Diga la verdad! 

Dijo estas últimas palabras con una clara y fuerte voz que era casi chocante. Era un mandato, y sonaba como si lo hubiese dado antes muchas veces. Sus ojos se habían agrandado y estaba mirando a Dumbledore fijamente, quien no dio respuesta alguna, simplemente siguió sonriendo placido. Después de unos segundos Riddle dejó de observarlo, aunque se lo veía, por decir algo, expectante. 

-¿Quién es usted? 

-Ya te lo dije. Mi nombre es Profesor Dumbledore y trabajo en un colegio que se llama Hogwarts. He venido a ofrecerte una vacante en mi colegio... tu nuevo colegio, si deseas venir. 

La reacción de Riddle a esto fue más que sorprendente. Se levantó de la cama y se alejó de Dumbledore, aparentemente furioso. 

-¡Usted no puede engañarme! Del asilo es de donde viene ¿verdad?Profesor, sí, seguro...bueno, no pienso ir ¿sabe? Esa vieja es la que debería estar en el asilo. Yo nunca les hice nada a Amy Benson o Dennis Bishop y puede preguntarles ¡Dicen la verdad! 

-No soy del asilo –dijo Dumbledore paciente- Soy un maestro y, si te sientas tranquilo, te contaré acerca de Hogwarts. Por supuesto que si prefieres no venir, nadie te obligará a hacerlo. 

-Me gustaría verlos intentándolo. 

-Hogwarts- prosiguió Dumbledore, como si no hubiese oído las últimas palabras de Riddle- es una escuela para personas con habilidades especiales. 

-¡No estoy loco! 

-Ya sé que no estás loco. Hogwarts no es una escuela para locos. Es una escuela de magia. 

Hubo un silencio. Riddle se congeló, su cara sin expresión, pero sus ojos iban de un ojo a otro de Dumbledore, como si quisiera ver si alguno de los dos mentía. 

-¿Magia?-repitió en un suspiro. 

-Así es-dijo Dumbledore. 

-¿Es...es magia lo que yo puedo hacer? 

-¿Qué es lo que tu puedes hacer? 

-Muchas cosas- suspiró Riddle. Una oleada de excitación subía por su cuello hacia sus mejillas vacías, se veía afiebrado.

Los Secretos De Una WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora