Venus tenia que admitir que la noche anterior se había demostrado débil, ante una situación que en algún momento tendría que pasar: La muerte de Albus era algo que más temprano que tarde iba a llegar.
Sin embargo el tener que asimilar esa situación estando cerca del potencial asesino de su amigo, era algo que le repugnaba. Pero ahí estaba ella, sentada en el comedor, desayunando con ellos.
Era tan tonta por haber dejado que Albus la convenciera de que era una excelente idea que ella estuviera involucrada en su suicidio, trato de actuar como si nada hubiese pasado, pero claro, paso por alto que un chico, su mejor amigo, la conocía de pies a cabeza.
Si, tuvo que contarle todo, de principio a fin, el como le disgusto que Albus supusiera lo peor de su padre, aunque claro no tenia motivos para no hacerlo. No omitió ningún detalle, ni siquiera cuando exploto porque el viejo no haría nada para detener a Draco a pesar de ya saber que era su objetivo. O cuando su padrino había interrumpido a mitad de la noche para poder sacarla del despacho porque ella no quería dejar a Albus solo.
Alec le hizo ver cuanto le afectaba el que Dumbledore fuera a morir. Pero también a regañadientes le hizo entender que así como Albus le dijo, era mejor que estuviera del lado de Draco y su padre, después de todo ese siempre había sido su plan, que ella estuviera con su padre.
Durante los siguientes días trato de evitar lo más que pudo a Draco, dando excusas tontas para irse cuando él llegaba, o simplemente corriendo cuando lo veía aproximarse, sabia que no seguiría funcionando por mucho tiempo.
Sin embargo aquella tarde no tenia ni la menor idea de la intervención que sus amigos le estaban preparando, después de la comida Blaise la acompaño a la sala de menesteres con la excusa de que hablar sobre la gran fiesta que estaría dando el Profesor Slughorn y sobre las chicas que esperaban una invitación de parte de él.
Si era sincera no estaba poniendo nada de atención, lo menos que le importaba en ese momento era una bendita fiesta. Al llegar a la sala común de Slytherin lo menos que la rubia se esperaba era que Alec, Draco, Theo, Crabbe y Goyle estuvieran sentados justo en la mitad de la sala, lo malo es que tal vez no podría escapar, ya que Blaise ya la estaba guiando directo a ellos.
-Hola chicos... yo eh... ¿saben cuanta tarea me ha dejado Snape?-dijo la chica buscando la manera de irse de ahí.
-¡Basta ya Venus, es hora de que hablemos!-Alec jamás se hubiera atrevido a alzarle la voz a Venus de no ser por una buena razón.
La chica solo atino a abrir mucho los ojos, más de lo que alguna vez hubiera creído que podría hacerlo, fijándose donde pisaba paso a tomar asiento en medio de Crabbe y Goyle.
-Siento mucho haber hablado, lo que menos quería era que te alejaras de mi... y que cargaras con una situación con la que no puedo lidiar.Lo que menos quiero es perderte...
-Alto ahí, no me haz perdido, sin embargo no es por eso que estamos aquí. Sé que necesitas mi ayuda, se más cosas de las que debería, hago magia que casi nadie se atreve a hacer, y claro tengo una venganza que tomar contra mi propia familia que no ha sabido valorarme. Tengo tantos motivos para hacer esto, incluso tengo más motivos que tú. Si me aleje fue porque ocupaba tiempo para poder aclarar mis ideas.
La chica había tenido varios días, sabia que ese momento iba a llegar y claro, Dumbledore estuvo ahí para prepararla. Así como iba se estaba convirtiendo en una maquina de mentiras y no le gustaba, pero para que todo saliera bien era necesario que lo hiciera.
-Y después de estos días es mi deber ayudarte, aunque claro, lo único que pido a cambio es conocer personalmente al Señor Tenebroso.- De reojo pudo ver como Alec estaba confundido, lo había logrado, engaño a su mejor amigo. Obviamente por la noche le explicaría que estaba pasando, pero si él se lo creyó algo hizo bien.
-Dudo que nuestro Señor no quiera conocer a una chica tan bien parecida y que ademas quiere ser parte de su ejercito.
-Nos pondremos manos a la obra, sin embargo no bromeaba con la tarea que ha dejado Snape. Además mañana le vamos a dar una paliza a Gryffindor.
En el fondo ella esperaba ser buena, este seria su primer partido como Capitan del equipo, y más les valía a esos chicos ser buenos en el juego. Estaban entrenando una vez por semana y se veía prometedor.
Por la noche solo le dirigió unas cuantas palabras a Alec, dándole una carta, con instrucciones de quemarla después de que la leyera, en donde le explicaba todo lo acontecido aquella tarde. Y después de leer su tarea para verificar que estuviera bien, simplemente se acostó en su cama dejándose llevar, ese día en verdad estuvo lleno de emociones
El desayuno era el habitual asunto agitado de la mañana siguiente; losSlytherin chiflaban y abucheaban mientras cada miembro del equipo deGryffindor entraba en el Gran Salón. Venus echó un vistazo al techo yvio un cielo azul claro, pálido: un buen augurio.
La mesa de Slytherin, una masa sólida de verde y plata, vitorearon al ver acercarse a la Capitana de su equipo
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Los Secretos De Una Weasley
FantasíaLos Secretos De Una Weasley Una Chica: Venus Aluminé Weasley Un Confidente: Alec Nott Secretos revelados. "Tal vez es momento de que mis secretos, Los Secretos de una Weasley, salgan a la luz"