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—Yo quiero una cerveza bernia —respondió rápido asomándose por los costados de la mujer albina para ver a una rubia que atendía mesas 

—Yo una piña colada— Respondió king poniendo sus ojos en una mujer alta de cabellos castaños que bailaba de una forma increíble. El lugar se quedó en silencio mientras meliodas luchaba por clavar su mirada en el piso y no en las peligrosas curvas de aquella mujer, sabía cómo era eso de el sexo pero aún así le causaba intriga y terror esa sensación. Muchos decían era buena, ¿sería verdad?

—¿Y usted señor? — le apresuró mientras contoneaba sus caderas hasta ponerse a su lado, su cercanía hizo que la piel se le pusiera de gallina y tragara en seco 

—E-Estoy bien así señorita, gracias— sin embargo la de cabellos plata solo acarició su hombro tensándolo, lo tomo de el mentón sorprendiéndolo obligándolo a mirarla y tras notar cómo sus ojos verdes iban hasta sus pechos sonrió, al instante lo soltó dejando a meliodas confundido y sonrojado. Era un hombre reprimido sexualmente quizá

Dirty ElizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora