41

651 67 8
                                    

—Deja de estar llorando como bebé y mejor haz algo productivo— lo que  menos necesitaba era que su esposa llegara y empezará a darle órdenes. No estaba de humor como para poder soportarla, no iba a irse a un trabajo que lo mataba por dentro, con elizabeth había descubierto que había más cosas que sólo un trabajo sin parar—¡Meliodas! ¡Te estoy hablando maldita sea, deja de ignorarme! ¡Levántate y vete a trabajar o te juro que...! —

—¿¡Qué!? ¡Anda, dilo! ¡Atrévete a terminar esa oración, de todas formas no te hare caso! —

—¿¡Cómo te atreves!? ¡Soy tu esposa así que...! —

—¡Que seas mi esposa no quiere decir que debes controlarme! — zaneri empezó a temblar de cuerpo completo por el enojo y el miedo. Meliodas nunca había sido tan seguro de si mismo —Ahora, si no vas a hacer nada productivo y solo me vas a gritar o me vas a robar te ruego te largue con uno de tus noviecitos y me dejes solo—prefirió ya no decir mas. Solo se hizo bolita aun más en la cama ignorando el respingo sorprendido de zaneri y miró de reojo como ella solo se retiro de ahí lo más rápido que podía.

Dirty ElizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora