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Elizabeth limpiaba la mesa, limpiaba las ventanas, pero junto cuando estaba dispuesta a tomar el plumero una mano la detuvo y la sostuvo fuerte. Contrario a quien esperaba aquella persona era la señora de la casa que la fulminaba con la mirada.

—¿Necesita de mis servicios señora? —

—No actúes zorra—elizabeth frunció el ceño y se libero de él agarre de la mujer —Se que estas detrás de mí esposo y no permitiré que me lo quites —debía admitir que eso le causó miedo sin embargo solo ladeo la cabeza con inocencia haciendo enojar a la castaña

—Perdón, pero imagina cosas señora. Yo le estoy muy agradecida a él señor meliodas por haberme ayudado—zaneri apretó los puños—Otra cosa es que usted sea tan insegura que sabe que el señor meliodas merece algo mucho mejor que usted —

—¡Maldita zorra! —

—¡Kyaaaa! —¿algo mejor que elizabeth actuando? Ver cómo meliodas rápidamente separaba a su esposa de ella dándole un abrazo reconfortante y fulminado con la mirada a zaneri. Tenía muchas ganas de darle un golpe a ese carisimo rostro pero en vez de eso prefirió actuar, cuando la mujer se le aventó encima empezando a jalarla de sus cabellos y golpearla supo que su rubio iba a escuchar y que aquella mujer estaba en problemas

Dirty ElizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora