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—Esto es para ti lindo— le entrego la cerveza— Y este para ti guapo— le entrego aquella pila colada quedándose parada enfrente de ellos. Seguía igual que como lo dejo, con la vista clavada en el piso, con la gorda de su sudadera arriba, con las manos en las bolsas de su pantalones y apenas se atrevía a mirar algo de lo que sucedía ahí. Aprovechando la distracción de sus compañeros se acercó sigilosamente hasta aquel chico y se sentó en sus piernas tomándolo por sorpresa—¿Y tú ternura? ¿Que pedirás?—  meliodas se sintió tan acorralada con esa mujer en su regazo que solo inténtalo mirar a cualquier lugar que no fuera ella.

Para su mala suerte el lugar no ayudo mucho, en una esquina uno se comía a besos a una de las mujeres de los apartados, de el otro había una mujer que bailaba eróticamente consiguiendo  que muchas personas le aventaran dinero y enfrente de él estaba esa mujer vestida de conejito sexy que le pestañeaba como si buscara algo, estaba atrapado 

Dirty ElizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora