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Trago en seco cuando estuvo frente a la puerta, había tomado dos cervezas antes de ir ahí solo para decidirse si hacerlo o no. ¿Qué planes tenía para él? No tenía idea, quizá podría donarlo una vez más, montarlo, podría pedirle que la embistiera. Se puso colorado pensando en la última opción, él no era capaz de hacerlo, quizá si ya llevaban mucho rato era capaz pero si se lo pedía al empezar entonces se quedaría paralizado. Tomo aire fuerte, se acomodó la camisa que llevaba y tras pasar un mechón de sus cabellos detrás de su oreja toco a la puerta, al instante Elizabeth lo recibió con lo que parecía ser un traje de camarera sexy que casi hace que salga corriendo 

—Si viniste ternura—

—Y-Y-Yo...— no pudo responder por que ella se lanzó a besarlo en los labios cortándole la respiración y lo jalo por el cuello de la camisa para meterlo adentro, sería una noche agitada y divertida 

Dirty ElizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora