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Aprovechando que melascula estaba distraída y los demás no les prestaban atención, elizabeth se había levantado la falda un poco hasta llegar a sus muslos y luego se agachó para recoger algo que se le había caído. El resultado de eso fue ver sus excitantes bragas negras y ver como ella contoneaba las caderas luciendo su blanco trasero, intentaba seducirlo pero no iba lograrlo. Cuando se levantó sólo se dio media vuelta con una sonrisa pícara que lo puso colorado, llevo sus manos hasta los botones de su vestido y empezó a desabrocharlos lentamente, de uno por uno, revelando la piel nivea en el área de su pecho hasta liberar sus dos senos tapados por el sostén.

Puso una cara como cuando él la embestia, apretó sus dos montañas soltando un jadeo y cerrando sus ojos como su fuera él quien las apretaba, movió sus caderas de forma seductora y para cuando noto un pequeño bulto en su pantalón dejó de hacerlo, abrocho el área de su pecho, bajo la falda y siguió limpiando como si nada

—Meliodas...meliodas...¡Meliodas reacciona! —

—¡S-Si! —maldita sea, estaba tan metido en como su amada lo seducida que olvidó por completo que estaba con su esposa. Zaneri frunció el ceño, se dio media vuelta queriendo ver lo que lo había distraído pero lo único que encontró fue a su par de sirvientas conversando y riendo entre ellas

—¡Oigan, las contrate para limpiar no para platicar par de criadas! —

—S-Si señora—amabas salieron de ahí como si estuvieran asustadas pero antes de desaparecer elizabeth le dedico un profunda mirada a meliodas. El mensaje era obvio, lo esperaba en la bodega

Dirty ElizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora