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—Ahhh Ellie Ellie— eso era, quizá, lo más intenso que había hecho en su vida. Ni siquiera cuando era un estudiante había hecho cosas como esas, la sensación era palpitante y extraña pero muy muy placentera. Así que a eso se referían los libros y las páginas de internet, no podía dejar de jadear. Tal vez se debía a que su virginidad había sido arrebatada por una mujer que ama el sexo o quizá a que era su primera vez pero sin duda estaba tan ido que no le importaría repetirlo con ella—¡Agh! Mierda—

—Mhhh al parecer si dices groserías — se burló de él entre gemidos, esa mujer lo domaba, movía sus caderas y daba saltos sobre sus caderas para conseguir una sensación más gratificante. Al menos agradecía que estuviera siendo honesta y no estuviera fingiendo nada—Ahhhh creo que voy a correrme— no pasó mucho cuando esos sucedió

—¡Gyaaaaa!— volvía a repetir su grito poco masculino pero placentero a los oídos de Elizabeth. Cayeron rendidos a la cama con los respiraciones agitadas y los cuerpos temblorosos, esos fueron de los orgasmos que más había disfrutado en la vida mucho más por que fue verdadero y no fingido. Mientras meliodas seguía con los ojos cerrados intentando guardar esa sensación en su alarma para no olvidar lo delicioso que era. Buena notica, al fin había dejado de ser Virgen y Elizabeth tomaba pastilllas anticonceptivas. Mala noticia, esperaría a que estuviera dormido para actuar

Dirty ElizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora