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—¿Cómo conseguiste este trabajo? —Ya estaba cambiada, ya tenía los instrumentos de limpieza y aunque debía admitir que no le gustaba mucho al menos tenía a su compañera serpiente para ayudarla. Además, meliodas claramente dijo "un tiempo" ¿qué planes tenía para ella en el futuro? No lo sabía, pero iba a seguirlo hasta el fin de el mundo con tal de estar a su lado.

—Conseguí una presa—

—¿Y que haces aquí si tienes una presa? —elizabeth suspiro un poco y empezó a limpia las ventanas

—Me enamore de mi presa, mi presa me descubrió, sufrí un rato, me di cuenta que ya no puedo vivir sin mi preciada presa y ahora mi presa me dio trabajo mientras nos besamos, abrazamos y acostamos a espaldas de su esposa —melascula soltó la cubeta que cargaba de inmediato creando un sonido que llamó la atención de meliodas hacia lo lejos, rápidamente la recogió y cerró la boca

—¿Te enamoraste de el señor meliodas? —

—Irónico, pero si—

—Está casado—

—Su esposa se la pasa siendole infiel, no veo por qué él no pueda serlo—tenía razón. Así como no todos los hombres eran unos infieles y malos, había mujeres que no eran unas santas que sufrían, un claro ejemplo era zaneri que era una verdadera hija de puta pero que manipulaba a su antojo. Además, si su jefe también se enamoro no le veía lo malo a que estuvieran juntos

Dirty ElizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora