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Miraba como ahora si estaba dormido, su claro sonrojo, unos ligeros ronquidos y su cabello alborotado. De tantos hombres que había tuvo que amar a uno que ya estaba casado y que ahora repudiaba. No lo culpaba, se lo merecía rotundamente pero no podía evitar que su corazón doliera, esas pláticas en las que se ponía rojo con cada insinuación, esos besos en su mejilla que la hacían sonreír, esa extraña valentía que había desarrollado solo con ella. Había llegado en un momento de su vida donde el pasado la perseguía y no había encontrado a algún hombre para satisfacerse, ¿resultado?, se había enamorado de aquel hombre que la trataba como un tesoro pese a sus encuentros sexuales

Suspiro empezando a sollozar y llorar enredando sus dedos en su sedoso cabello dorado para abrazarlo.

—Lo siento, en verdad lo siento— era consciente de lo mucho que descubrirlo lo había lastimado, de lo usado que le había hecho sentirse y también de lo difícil que sería recuperarlo

Dirty ElizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora