𝟏 𝟎

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Esa mañana Will despertó con una terrible migraña debido a las lágrimas derramadas toda la noche anterior, Jane había cuidado de él las primeras horas pero terminó durmiendo también.

No hablaría con su madre, no la perdonaría, ella había sido mala con él y Will realmente odiaba eso.

Se levantó como sea de la cama con tal de ver a Mike y se vistió de acuerdo al clima en el exterior, una posible tormenta se avecinaba, solo se colocó una sudadera y sus pants.
Ese era el momento donde metía sus supresores al pantalón pero claro, su madre los había lanzado por el escusado.

El enojo volvió a él inmediatamente.

― Jane ¿Estás lista?

La chica miró débilmente a su hermano y apenas pasó saliva. ― No puedo.

― ¿Qué pasa? ― Will dejó la mochila a un lado para acercarse a ella tocando su frente y mejillas.

― Me duele la cabeza y mi cuerpo. ― Cerró sus ojos.

Will alzó ambas cejas y abrió su boca en forma de sorpresa. ― Oh por dios.

Jane frunció el ceño mirándolo. ― ¿Uh?

― Eso fue lo que sentí la mañana de el día en el que llegó mi primer celo. ― Explicó. ― ¡Llegará, Jane!

La castaña esbozo una pequeña sonrisa antes de cubrirse con las mantas y dejar caer su cabeza en la almohada.

Will acarició su cabello y dejó un beso en su frente. ― Suerte con esto. ― Susurró. ― Vendré después.

Jane lo siguió con la mirada mientras él se alejaba y salía de la habitación, su olor incrementó instantáneamente.

― Uhm, Jane... Al parecer tendrá su celo. ― Avisó secamente a su madre mientras pasaba por el pasillo.

― Hijo, hablemos por favor...

― Voy tarde a ver a mi novio. ― El castaño giró los ojos y abrió la puerta saliendo de la casa y poniendo el gorro de su sudadera en su cabeza para curbir el repentino frío mañanero.

El grupo (excepto Jordan) había dicho que se organizarian ese día para ver películas pues no tenían clases pero Will no podía soportar estar en casa por más tiempo así que salió desde temprano para ver a Mike sin preocuparle mucho lo que su madre le dijera.

Fue mandando mensajes todo el camino, Mike insistía en que Will le dijera que había sucedido pero el chico se negaba y cambiaba el tema.

― Hey chico, puedo llevarte. ― Un auto se detuvo a un lado de Will y un hombre apestando a alfa lo miró sonriendo.

El castaño giró los ojos volviendo a su teléfono ignorando la insistencia de aquel alfa.

― Vamos, ¿Hacía donde vas? ― Continúo.

― Deja de seguirme, por favor. ― Murmuró caminando más rápido.

― Un omega tan lindo no debería estar caminando tan temprano por aquí. ― Insistió.

― Tengo alfa. ― Soltó Will, deteniéndose.

― Hm, no estás marcado. ― El mayor miró el cuello de Will y éste se cubrió girando.

― Solo-dejame en paz.

― Un hermoso omega sin alfa caminando a tempranas horas de el día, que suerte tuve hoy.

Will sintió su cuerpo temblar levemente y comenzó a caminar con más velocidad sintiéndose intimidado.

¿Qué había hecho para merecer eso?
Su cuerpo estaba bien cubierto y cualquier persona podía caminar por las calles sin importar su género, o así debería ser.
¿Qué estaba haciendo mal? O solo no era su día. Era un día de mierda, sí.

𝐘𝐨𝐮 [✓] BylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora